Debates en la asamblea de AGD

Escribe Mariana Aguirre

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El martes 27 se hizo de forma virtual una nueva asamblea general de la AGD, de la que participaron unos 80 docentes de distintas facultades y colegios de la UBA. La asamblea tenía como objetivo discutir la continuidad del plan de lucha y llevar un mandato al plenario de Conadu Histórica del miércoles 28.

La reunión tuvo lugar en un contexto donde el conjunto de las federaciones docentes y no docentes nucleadas en el Frente Sindical están impulsando un frenazo de la lucha universitaria, para encausarla hacia el callejón sin salida de la agenda parlamentaria. Contra la gran predisposición a la huelga que se evidenció en las primeras dos semanas del segundo cuatrimestre, las centrales sindicales, los rectores y distintos bloques políticos (radicalismo, peronismo y FITU) elogian ahora el supuesto avance de la ley de financiamiento universitario votada en Diputados y depositan expectativas en su aprobación en el Senado. Presentada como un resultado de la lucha, la ley es una maniobra distractiva para desactivarla: el proyecto no dispone nada, sino que "encomienda" al gobierno ajustador que aumente los salarios y el presupuesto, algo que desde luego no piensa hacer, aunque la ley sea aprobada, e incluso seguramente no descarte vetarla como hizo con el magro aumento para los jubilados.

Este debate se puso de manifiesto en la asamblea de la AGD. La conducción del gremio (Naranja-PO) hizo una serie de propuestas atravesadas por una orientación parlamentaria y electoral. En relación a las medidas de fuerza, planteó un paro de 48 horas para el viernes 30 y el sábado 31 de agosto, movilizar al Polo Científico junto a ATE CONICET el día viernes, y una semana de paro entre el 9 y el 14 de septiembre. En cambio, no se plantearon medidas para la semana del 2 al 6, porque en esos días habrá elecciones en la UBA... De esta manera, la lucha universitaria, que tiene una dimensión nacional, se discontinúa y queda supeditada al cronograma electoral impuesto por las autoridades de la UBA que, en las actuales circunstancias, también tiene un carácter distraccionista.

Por otro lado, luego de aclarar que no despositaba confianza en la ley (a pesar del voto favorable del FITU en Diputados), la conducción de AGD enfatizó en la necesidad de parar y movilizar al Senado el día que se trate, junto con otras iniciativas ligadas a una vía “institucional” (presentar un amparo contra el impuesto a las ganancias y un proyecto de actualización de las jubilaciones pre y universitarias). De esta forma, la conducción de izquierda del gremio abona, con matices, una orientación semejante a la de las federaciones universitarias que están promoviendo el impasse, especulando con que la aprobación de la ley y el veto posterior abrirían, ellas sí, una crisis política en la cual intervenir.

Desde la Tendencia Universitaria Clasista planteamos una perspectiva diferente. Denunciamos el carácter de la ley de financiamiento y llamamos a no poner expectativas en ella. Sólo la lucha de docentes, no docentes, estudiantes e investigadores podrá quebrar la política del gobierno contra la universidad y la ciencia. Propusimos movilizar a Plaza de Mayo el día de su votación, ya que el responsable de la asfixia salarial y de la eventual "encomienda", si fuera aprobada, es el gobierno de Milei. Planteamos la necesidad de reafirmar lo resuelto en la primera asamblea del cuatrimestre, de que el horizonte para arrancar los reclamos debía ser la huelga indefinida. En esa senda, propusimos continuar la lucha con un paro de 5 días o no menor a 72 horas la semana que viene, acompañado con movilización (asambleas por facultad, concentraciones, clases públicas, semaforazos, etc.) y visibilizar el conflicto con acciones en Plaza de Mayo. Otros compañeros también plantearon parar 72 horas la semana próxima. Frente a la dilación de la marcha universitaria por parte de las centrales, propusimos iniciar una campaña desde el gremio, con pronunciamientos, adhesiones y mandatos de asambleas, para que se haga a mediados de septiembre, a Plaza de Mayo y los centros políticos del país.

La asamblea resolvió mayoritariamente acompañar las propuestas de la dirección gremial, pero el debate que se dio es ilustrativo de las diferentes posturas y discusiones que hoy recorren al movimiento universitario, que deberá hacer su experiencia en las próximas semanas. Estos debates también se expresaron en el plenario de CONADU Histórica del 28 de agosto, donde se dio una situación inédita. A pesar de que varias asociaciones de base llevaron mandatos para proseguir las medidas, se decidió pasar a un cuarto intermedio y no resolver nada, a la espera de lo que se decida la reunión del CIN prevista para este viernes 30. Es decir, poner “en pausa” cualquier iniciativa propia de la federación y subordinarla en los hechos a lo que definan los rectores.

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