UCR-K-FITU: un proyecto de ley que “encomienda” a Milei a aumentar el presupuesto universitario

Escribe Fede Fernández

Un arma para combatir el plan de lucha y las huelgas de docentes y no docentes.

Tiempo de lectura: 5 minutos

El ataque despiadado del gobierno de Milei contra la Universidad ha generado en todo el país una clara disposición a la huelga de la docencia, del sector no docente e, incipientemente, de un movimiento estudiantil que busca retomar una impronta de combatividad y defender su cursada y sus reivindicaciones. En este contexto, ¿qué representa la media sanción de la ley de “financiamiento universitario”, promovida por la UCR y apoyada por el kirchnerismo, los bloques ´dialoguistas´ y el conjunto del FITU?

El proyecto con media sanción no resuelve nada, por la simple razón de que no dispone ninguna de las medidas que enuncia sino que “encomienda” al Ejecutivo a llevarlas a cabo: no se trata exactamente de un proyecto de ley sino de declaración –o sea una estafa. Aprobada en medio de la huelga universitaria, opera como un pliego de demanda para una negociación con Milei, que facilite los medios para levantarla y poner fin a la movilización docente-estudiantil. Un comentarista señaló en forma atinada que el proyecto no prevé los recursos para financiar el gasto que propone, o sea que no pasa de una expresión de deseos. Estamos ante una operación parlamentaria previa a las elecciones de claustros universitarios, donde los bloques parlamentarios buscan los votos para sus camarillas de rectores, graduados y estudiantes.

Lejos de denunciar la patraña, Christian Castillo ha ido más lejos que los propulsores del proyecto, que saben que es un engendro. “Hoy después de haber votado tantas cosas horribles como sacarle derechos a las trabajadoras y trabajadores -expuso Castillo en Diputados- podemos votar algo que es recomponer el salario de docentes y no docentes”. El ‘Chipi’ no se interroga acerca de la paradoja que él mismo expone y hasta se atreve a mostrar el entusiasmo que le produce poder, por fin, dar un voto positivo. Horas antes los salvadores de la Universidad votaban la “esencialidad de la educación”, que deroga el derecho de huelga que están ejerciendo ahora mismo docentes y no docentes universitarios. “El gobierno fue derrotado”, titula Izquierda Diario. “Tras 22 horas de sesión, dice, llegó la votación para el Financiamiento de las Universidades, y la lucha de la comunidad universitaria y el paro docente logra un avance importante. Con 143 votos a favor obtuvo la media sanción en la Cámara de Diputados la obligación (sic) para el Poder Ejecutivo de recomponer los salarios docentes y no docentes del sistema universitario con actualización por inflación para todo el 2024 y retroactivo desde diciembre de 2023 mientras no se resuelva por paritaria nacional”.

No solamente es una “encomienda” (“Encomiéndase al Poder Ejecutivo) y no una “obligación”, sino que, en cuanto a las paritarias, sólo señala que quedan libres de establecer sus propios acuerdos. La misma nota explica la función ´propositiva´ del FITU en enmendar el entuerto de la ley. “Si bien la UCR fue quien pidió incorporar el tema en la sesión, su dictamen no tenía ninguna referencia a los salarios docentes y no docentes, sólo se limitaba a actualizar el presupuesto para gastos de financiamiento. La propuesta de Unión por la Patria incluía una propuesta sobre los salarios pero sin especificar ningún mecanismo de actualización. La del Frente de Izquierda era la única que planteaba un incremento de base del 300% y que los salarios se actualicen “mes a mes según el IPC durante 2024 o en mayor medida si así resultase de las discusiones paritarias del sector, recomponiendo lo perdido en años anteriores” (LID, 15/8.

Obviamente, nada de este 300% fue incorporado al proyecto que “encomienda” al Poder Ejecutivo aplicar los “mecanismos compensatorios” de acuerdo al INDEC. Como ha ocurrido con varios convenios laborales, incluso estos mecanismos son confiscatorios, porque se trata de la aplicación tardía de un dinero que ha perdido su poder de compra en forma estrepitosa. ¿Es admisible que la bancada del FITU no haya advertido la estafa? No, no es admisible, es un voto para congraciarse con los lobbys que dirigen las universidades.

Para justificar su voto afirmativo, Castillo declaró que “La gran marcha universitaria cambió el panorama. Recibieron un cachetazo. Pero hubo quienes frenaron, en vez de poner quinta retrocedieron a primera por eso llegamos hoy sin la aprobación de esto. Lo hubiésemos votado antes y ya teníamos el problema resuelto”. Castillo se va de mambo: lamenta que hubiera sido necesaria la huelga. “Si no avanzamos en dar una respuesta a esta emergencia”, redobla, “vamos a entrar en una situación de paro por tiempo indeterminado en las Universidades”. Qué dios no lo permita, ¡¡un paro por tiempo indeterminado!! Ahora que la palabra la tiene el Senado, de lo que dice Castillo se desprende que habrá que esperar a una eventual confirmación de la media sanción para que se justifique ese endiablado paro indefinido.

La diputada del Partido Obrero, Vanina Biasi también votó a favor, aunque Prensa Obrera, a diferencia de LID, no dedica un renglón al elogio de la proeza. Al igual que Castillo, Biasi sostuvo “que este Congreso está tratando el presupuesto universitario es el logro de la lucha de los docentes, patrimonio de la organización de docentes, no docentes y estudiantes. Si no venían los paros universitarios acá no pasaba nada”. Es una verdad a medias, o sea la peor de las mentiras, porque el Congreso ha tomado el asunto por el lobby de la camarilla de Yacobitti, vicerrector de la UBA, Nosiglia, Angelici, la banda de Jaime Stiuso en la SIDE del pasado y del presente. Esa camarilla necesita el presupuesto universitario para seguir con los negocios universitarios, una combinación de privatización de investigaciones y de compras a las grandes empresas que atienden los servicios de la Universidad. Lo que no dice es que el Congreso actúa justamente para frenar el movimiento de lucha, no para consagrar sus reclamos. En un discurso sinuoso, ensayó una definición revisionista de la lucha de la izquierda en la Universidad, que ha dejado de ser la formación de una juventud socialista revolucionaria. Ahora es la siguiente: “Nosotros hemos luchado históricamente en la universidades públicas justamente para imponer el pensamiento crítico, el debate de ideas y de esa manera hacer avanzar el pensamiento científico (?) en nuestro país”. La camarilla del Partido Obrero no sólo termina votando leyes que finge no leer (presupuesto y privatizaciones en Chaco, definición de antisemitismo de acuerdo al código de Netanyahu y Trump), sino que disuelve el marxismo dentro del llamado ´pensamiento critico´ y a la confrontación con el capitalismo en la promoción del pensamiento (?) científico. Del Caño acaba de adjudicarle a Milei el propósito de “destruir la ciencia” – nada menos. El objetivo del fascismo es valerse de la ciencia para reforzar la explotación de la clase obrera, desatar guerras imperialistas cada vez más destructivas y combatir al socialismo mediante la barbarie.

La política del FITU es un satélite de las iniciativas de los rectores y decanos; se mueve con comodidad en ese ambiente, y entorpece el rumbo independiente de la lucha universitaria.

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