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El gobierno despidió al interventor de Yacimientos Carboníferos Rio Turbio, Thierry Decoud, luego de que el diario Clarín revelara un audio donde se escucha a dos supuestos intermediarios de la empresa estatal pedir coimas para cerrar una venta a la empresa Tegi Limited.
El anuncio del despido sonó casi como una exculpación. "Hasta que se aclaren los hechos (sic), el Presidente (Javier Milei) ha tomado la decisión de despedirlo", fue la fórmula del anuncio que utilizó el vocero Manuel Adorni.
Decoud proviene del PRO y tiene una larga trayectoria en materia de política y negocios. Comenzó su trayectoria en 2013, ocupando el cargo de director general de tratamiento y nuevas tecnologías en la Secretaría de Higiene Urbana del gobierno porteño, hasta que, en 2015, pasó a ocupar el cargo de presidente y CEO de Centrales de la Costa Atlántica durante la gestión de María Eugenia Vidal. En 2017, fue convocado por el rabino y ex ministro de Medio Ambiente Sergio Bergman para liderar la Secretaría de Control Medioambiental, cargo que ocupó hasta el final del mandato de Mauricio Macri. Desde entonces, Decoud lanzó varios emprendimientos personales, hasta que, en 2023, recaló en el sector minero y fundó Remkor SA, una sociedad enfocada en la “explotación, exploración y adquisición de minas y canteras” (Infobae, 10/9). En estas horas, nadie se hace cargo de su llegada al gobierno: los libertarios recalcan su procedencia macrista, mientras que el macrismo asegura que su incorporación al gobierno fue una decisión estrictamente personal.
El caso tiene todo el tufillo de una operación política. La empresa Tegi es una intermediaria, que supuestamente tenía previsto comprar 30 mil toneladas de carbón de baja calidad para revender nada menos que a India o China, según Clarín (9/9). Su sede declarada se encuentra en Dubai, aunque las primeras versiones indicaban que es controlada por capitales israelíes, cosa que la embajada sionista dijo desconocer. El primer acercamiento entre YCRT y la empresa habría sido gestionado por la Cancillería argentina. La pretensión de Tegi era comprar el carbón almacenado en el puerto de Punta Loyola, listo para embarcar. Si bien se trataba de una operación pequeña -2,1 millones de dólares- le hubiera dado aire a la empresa estatal, la cual -según el gobierno- tiene un déficit de 5 millones de dólares mensuales. La versión oficial indica que la operación se cayó cuando dos personas que se presentaron como intermediarios de YCRT -uno de ellos de reconocida amistad con el interventor Decoud- pidieron un ´retorno´ de entre 20 mil y 30 mil dólares. La versión de YCRT es diferente: “La empresa ha tomado conocimiento de un audio que corresponde supuestamente a un representante de la empresa Tegi (empresa broker), que si bien hizo una propuesta hace unas semanas, fue desestimada por no ser comprador directo y por presentar precios muy bajos y poco convenientes para la empresa” (Clarín, 9/9). Todo indica que hubo negocios e intereses superpuestos a varias bandas.
YCRT fue creada en 1958, como una división de YPF. En 1993, tras el despido de 1.700 trabajadores, fue privatizada por Menem. La empresa quedó en manos de un consorcio encabezado por Sergio Taselli, un vaciador consuetudinario de empresas y servicios públicos. Renacionalizada en 2002, dos años después se produjo un incendio que le costó la vida a 14 trabajadores. Desde entonces se sucedieron las intervenciones kirchneristas y macristas. En la actualidad emplea a unos 2.100 empleados. Su cierre representaría una catástrofe para los habitantes de la zona. Actualmente, YCRT se encuentra en la lista de ´privatizables´ que fue sancionada con la “Ley Bases”, con su estela de despidos, o bajo la amenaza de cierre. Trabajadores y delegados que han denunciado el vaciamiento han sido sancionados. El escándalo de Decoud descalifica a los privatizadores, y debe ser aprovechado para golpear a los que preparan el remate de YCRT.