Escribe Lucas Giannetti
Algoritmos para manipular, vigilar y reprimir.
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El 1 de agosto el gobierno nacional ingresó al Congreso de la Nación los DNU 614/2024 y 656/2024. El primero estipula el cambio de nombre de la agencia de inteligencia de AFI a SIDE y una reorganización de la misma, que la subdivide en cuatro divisiones, que abordarán tareas específicas: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la División de Asuntos Internos (DAI) y la Agencia de Federal de Ciberseguridad (AFC).
Esta última fue la beneficiaria de los $100.000 millones de pesos extra asignados para “gastos reservados”, es decir sin rendición de cuentas -se dice en los diarios que ya se han ejecutado más del 80% de esos recursos. El volumen de los fondos reservados ha despertado resquemores en los distintos bloques burgueses, dentro y fuera del Parlamento, ya que muchos avizoran que serán utilizados para volcarlos al aparato de propaganda, a través de los troles libertarios que viralizan fake news e inteligencia interna contra “opositores”, traduciéndose en carpetazos y armado de causas.
Al frente de la nueva-vieja SIDE se encuentra Sergio Neiffert, una persona sin experiencia en el área, pero que habíría sido elegido para el cargo por Santiago Caputo .
El gobierno liberticida se quiere sumar a la tendencia que atraviesan a las “democracias liberales” en lo que respecta a ciberseguridad basada en las nuevas tecnologías. En Alemania, por citar un caso de “avanzada”, la coalición de gobierno encabezada por el socialdemócrata Olaf Scholz ha presentado dos proyectos de ley que le dan nuevas facultades a la Autoridad Federal de Investigación Criminal (BKA) y a la Policial Federal, que se van a valer de datos biométricos y la IA para reforzar el ciberpatrullaje. Con la cantinela del terrorismo y las migraciones, buscan asfaltar la construcción de un Estado policial, que tenga como objetivo controlar y reprimir las convulsiones sociales provocadas por una economía en caída.
La Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) está encabezada por el matemático Ariel Waissbein, experto en blockchain (1) y ciberseguridad. Durante el gobierno de Mauricio Macri desempeñó funciones en el Ministerio del Interior. Cuenta con un recorrido académico, en el que ha publicado una gran cantidad de papers y a su vez ha patentado en EE.UU. una serie de registros de derechos digitales (antipiratería). Waissbein, también conocido como “Wata”, tiene un recorrido en el sector privado. Prestó sus servicios en una de las principales empresas de ciberseguridad del mundo, Core Technologies Security, de origen argentino. Fundada en 1996 y unas de las pioneras en el rubro, mantuvo contratos con el Departamento de Defensa de Estados Unidos, lo que habría despertado el interés de Santiago Caputo en su figura.
La apertura de la AFC está antecedida por la presión del sector InfoSec (seguridad de la información) para que el Estado intervenga en la detección de ciberdelitos cometidos contra empresas y entes estatales (2). Según especialistas en el tema, la Argentina se encuentra en un estadio muy atrasado en la materia, pero advierten que ciberseguridad no es lo mismo que ciberinteligencia y afirman: “si la AFC tiene como objetivo mejorar la ciberseguridad y la meten dentro del paraguas de inteligencia, ya empezamos mal” (Dark News 19/7). Los libertarios se valdrán de las bases de datos del Estado para operar y manipular a la opinión pública.
La designación de Waissbein despertó suspicacias en tanto y en cuanto es un experto en criptomonedas. Según versiones, el Gobierno de Milei paga con monedas virtuales (que no deja rastros de transacciones) a los troles libertarios.
A la represión y persecución a cargo de la ministra de Seguridad, “patrulla” Bullrich, hay que sumarle los “grupos de tareas” digitales, que actúan en las redes sociales llevando adelante persecuciones, hostigamiento y propaganda libertaria a tiempo completo. Actúan como verdaderos grupos paraestatales, que tienen su centro de operaciones en el Salón de los Próceres en la Casa Rosada y se sustentan con los gastos reservados de la SIDE. Entre los que caminan los pasillos de la casa de gobierno se encuentran Juan Pablo Carreira y el médico genetista Daniel Parisini, más conocido como el Gordo Dan. El primero fue nombrado como director de Comunicación Digital y Publica del gobierno nacional. El segundo es un patotero de poca monta que mantiene un modus operandi: el doxing, término proveniente del inglés que se utiliza para describir la práctica de investigación y publicación de información privada en Internet sobre un individuo o una organización, generalmente con el propósito de intimidar, humillar o amenazar. Se puede inferir que esta práctica de las patotas virtuales se valgan de información proveniente de los servicios de inteligencia.
La ciberpatota no se queda en el amedrentamiento por las redes. Con el aval del gobierno y de Santiago Caputo, su jefe político, y utilizando las herramientas del Estado han comenzado a materializar sus amenazas. El inefable Gordo Dan, por medio del doxing, comenzó un hostigamiento a un tuitero (@Antiponzista) que reveló información sensible sobre el gobierno. El tuitero en cuestión recibió en su domicilio a un “repartidor de Mercado Libre tocó el timbre de su casa y le entregó la típica bolsa amarilla de la compañía, en cuyo interior había un bol de plástico y tapa transparente con tierra y gusanos. Horas después le llegó un mensaje advirtiéndole que, en caso de seguirla, él también terminaría en la tierra” (Revista Crisis, 13/7). Estos tipos de ataques se han multiplicados en los últimos meses, ratificando la impunidad con la que se mueven estos grupos de tareas, que para materializar estos hechos utilizan a lumpenes y mano de obra desocupada. .
Reforzando esta línea de acción, el gobierno ha sumado a sus huestes, a través de Santiago Caputo, a un ferviente seguidor de Trump, Javier Negre, uno de los dueños del pasquín virtual La Derecha a Diario, señalado por la viralización de fake news. Algunos analistas indican que el dinero para la compra de ese sitio provino, precisamente, de los fondos reservados de la SIDE. Negre realizó pasantías en el diario El Mundo. Sus colegas españoles lo acusan de difundir desinformación y transgredir principios éticos de la profesión. En 2019 fue condenado por difundir información privada de una víctima de violencia de género que se encontraba bajo identidad reservada. Durante la pandemia abrió su canal de YouTube Estado de Alerta (EDA). Por la desinformación YouTube y Twitter suspendieron temporalmente las cuentas de EDA. El libertario de Negre, haciendo caso omiso de sus principios, recibe pauta del Estado español, así como de gobiernos derechistas de Galicia, Sevilla y Madrid, gobernadas por el PP o VOX. En definitiva, un ensobrado más. Es este el gramaje con el que están hechos los manipuladores de la opinión pública que construyen a través de su propaganda un escenario de confusión sobre las masas. Es esto lo que ha venido a hacer Negre a la Argentina.
Mientras Milei descarga por medio de un plan de guerra un ajuste de características brutales (“el más grande de la historia”), pretende aumentar el presupuesto para los servicios de inteligencia brindándole toda la maquinaria estatal, para afrontar por medio de la represión, el espionaje y el ciberpatrullaje la convulsión social y los choques de clases que se deriven de la aplicación de su plan económico. La lucha contra el Estado policial no va a salir de la rosca de los partidos burgueses en el Parlamento o fuera de él. Es necesario plantear la apertura y desclasificación de los archivos en manos de los aparatos represivos del Estado y su consecuente desmantelamiento.
(2) InfoSec (Seguridad de la información) es un término general que abarca diversas prácticas, herramientas y procedimientos que las empresas utilizan para proteger la información comercial. El objetivo de InfoSec es evitar cualquier uso, modificación, destrucción o inspección no autorizados de los datos. Los tres principios fundamentales de InfoSec (a menudo llamados CIA tríada) son Confidencialidad, Integridad y Disponibilidad.