Bullrich anuncia en el “Club del Petróleo” la militarización de Vaca Muerta
Escribe Elena Florín
Se pone en marcha el “Comando Unificado de Seguridad Productiva”.
Tiempo de lectura: 3 minutos
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich se reunió con los empresarios petroleros en el Club del Petróleo que preside el multimillonario Alejandro Bulgheroni, de Panamerican Energy. Les aseguró que actuará de inmediato para desalojar una protesta que bloquea la salida de camiones que transportan residuos petroleros en Vaca Muerta. Para eso instalará una dotación de 300 gendarmes en la localidad de Fernández Oro, provincia de Rio Negro, y otra menor en Añelo, el pueblo neuquino más cercano a Vaca Muerta. Les pide a los empresarios petroleros que construyan las viviendas para alojar a las fuerzas de seguridad de lo que sería la subdelegación de Añelo.
La falta de viviendas y el altísimo valor de las disponibles es el padecimiento permanente de quienes trabajan para las empresas de Vaca Muerta. Para sus verdugos, la ministra pide “no casas de lujo, pero sí alojamiento”.
Desde el lunes 16, se desarrolla una protesta mapuche que bloquea la salida de camiones de las plantas de tratamiento de residuos petroleros. El reclamo mapuche tiene por ejes el daño ambiental que esos residuos producen sobre sus territorios y la exigencia al gobernador para que concrete el reconocimiento jurídico de las comunidades originarias. El Ministerio Público Fiscal de Neuquén ordenó a la Policía de Añelo intervenir, pero aún no se efectivizó.
Anteriormente, el 6 de septiembre, la ministra había ordenado la creación del Comando Unificado de Seguridad Productiva para “desactivar piquetes que pudieran interferir con la producción”. Ese Comando tiene tres destinos iniciales: Rosario, Bahía Blanca y Vaca Muerta. Lo componen todas las fuerzas de seguridad: Prefectura, Gendarmería, PSA, Policía Federal y local. El objetivo es “la prevención y control del orden en los enclaves productivos del país”. No el combate al narcotráfico ni la búsqueda de Loan Peña ni el desmantelamiento de redes de trata, sino atacar piquetes y ocupaciones de empresas.
Los piquetes alrededor de empresas instaladas en Vaca Muerta son frecuentes por diversos motivos. La población de Añelo bloqueó por varios días las rutas por falta de agua. Ven pasar camiones de agua que se usa para el fracking- método por el que se extrae el shale oil y el shale gas- mientras los pobladores cuentan con agua por apenas unas horas al día.
A su vez los trabajadores petroleros suelen protestar y reforzar sus huelgas mediante piquetes. Recientemente se manifestaron en repudio a la creación del comando antipiquete y contra la suspensión de mil puestos de trabajo.
Por su lado, también las comunidades originarias persisten en la defensa de sus territorios, arrasados por las actividades extractivistas y contaminantes. Exigen la clausura de los basureros petroleros.
El anuncio de Bullrich de enviar gendarmes a la provincia de Neuquén abrió un conflicto con el gobernador Rolando Figueroa “por intromisión a sus fronteras y un avasallamiento al régimen federal”, según expresó uno de sus ministros. Bullrich se queja de la pasividad del gobernador para resolver el bloqueo y apura el envío de los batallones.
Figueroa, un gobernador ajustador a la medida de Milei, salió inmediatamente después de la presentación del presupuesto a postularse junto con Weretilnek, el gobernador de Río Negro, como adalides del ajuste.
En definitiva, “el Gobierno espera que la creación del Comando genere una mejor y más eficiente organización sobre el despliegue territorial de las tareas destinadas a la prevención de los delitos contra la propiedad, las personas y acciones delictivas que dañen los sectores productivos, mediante hechos o amenazas que pongan en riesgo la vigencia de los derechos y garantías constitucionales donde se realiza la producción” (Perfil, 6/9). Significa la prohibición y represión de cualquier manifestación obrera en el uso de sus tradicionales métodos de piquete y huelga.
La figura de Patricia Bullrich, veterana de la represión en las manifestaciones obreras, de las comunidades indígenas o de los jubilados, va cobrando una preponderancia en el gobierno liberticida en la misma medida que los trabajadores buscan una salida a la miseria social.
