Escribe Emiliano Fabris
Buenos Aires “primero”.
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En su visita a Punta Alta, Kicillof anunció la realización de una megaobra para ampliar el puerto Rosales, utilizado como plataforma de exportación del petróleo crudo no convencional extraído de Vaca Muerta. Estará en manos de la empresa Oiltanking. De esta forma, se construirían seis nuevos tanques de almacenamiento y se permitiría la operación de barcos de mayor envergadura, ampliándose en un 50 % en total su capacidad operativa. El costo alcanzará unos 500 millones de dólares, de los cuales ya se llevan desembolsados más de la mitad.
Puerto Rosales es la vía de salida para la exportación del petróleo extraído en Vaca Muerta. A Puerto Rosales llegan los buques de Comodoro Rivadavia con el petróleo pesado –llamado Escalante– que se produce en el Golfo San Jorge, para suministrar a las principales refinerías del país: YPF (La Plata), Raízen (Dock Sud) –abastece las estaciones de servicio Shell–, Axion (Campana) y Trafigura (Bahía Blanca) –dueña de Puma Energy–. El petróleo liviano –llamado Medanito– de la cuenca neuquina (Vaca Muerta) llega a las refinerías de Buenos Aires por oleoducto que se carga y se exporta a través de Puerto Rosales.
Envalentonado por el fuerte trascendido de que la petrolera malaya Petronas desistiría de participar en la construcción de una planta de licuefacción de gas (GNL) en Rio Negro, Kicillof aprovechó la oportunidad para reposicionar para el RIGI petrolero a la provincia de Buenos Aires. El RIGI de Kicillof, al igual que el de Milei, consiste en un regimen de múltiples exenciones impositivas, para obras que exploten recursos naturales (minería, energía, petróleo y gas) y superen los u$5 millones.
La operatoria del transporte de petróleo en el Puerto Rosales está a cargo de la empresa Oiltanking, cuya composición accionaria es de un 70 % de la alemana Marquard & Bahls AG y 30 % restante a cargo de YPF. Opera un oleoducto que transporta petróleo crudo desde sus instalaciones de bombeo ubicadas en Puerto Rosales hasta Bahía Blanca. En diciembre del 2023 y enero del 2024, la empresa derramó petróleo sobre la ría de Bahía Blanca, ocasionando importantes daños ambientales. Tanto es así que originó la presentación de una demanda en la Justicia federal del intendente camporista de Bahía Blanca, Federico Susbielles afirmando que la empresa no habría implementado a tiempo los protocolos de contención del derrame. Todo fue un fuego de artificio, porque la denuncia fue luego abandonada. El ministerio de Ambiente de la Provincia suspendió en su momento las actividades de la empresa luego del segundo derrame, para volver a habilitarla en solo cinco días. Kicillof, y los intendentes peronistas de Coronel Rosales y Bahía Blanca ofrecen piedra libre para seguir contaminando.
Para la “casta política” criolla no hay grieta, la única salida que tienen para la crisis es convertir al país en una plataforma de exportación de petróleo y gas de la mano de los monopolios que controlan su producción, distribución y generan un daño ambiental irreparable con la mayor impunidad.