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En vísperas del viaje de Milei-Caputo a Washington, Marcelo Bonelli ha difundido en Clarín una amarga noticia para el gobierno. La petrolera malaya Petronas, luego del tumultuoso affaire por la localización geográfica de una planta de licuefacción de GNL, desistiría de invertir y formar parte de su concreción. Bonelli asegura que el “círculo rojo” petrolero que opera en el pais afirma que “en un 95 % Petronas desiste del megaproyecto”. No serían suficiente todas las concesiones de coloniaje económico que desfilaron desde la “casta politica” encabezada por Milei, Kicillof y Weretilneck en un frenético período de unas semanas, con zonas francas, exenciones impositivas de todo orden, libertad de remitir utilidades y de exportar, entre otros. Es decir, las bases para un gigantesco negociado. Recientemente, Bullrich anunció que militariza las cuencas petroleras en Neuquén para aplastar eventuales luchas obreras.
Según distintos medios, Petronas ha trascendido que, en rigor, por el año 2017 se había comenzado a proyectar esta inversión, pero solo se había llegado a un memorándum de entendimiento. Todas las prebendas que se disputaron recientemente no habían sido exigidas tampoco, al menos oficialmente. Pero el dinero nunca había sido comprometido. Sucede que el pulpo petrolero, según la nota de Bonelli, duda de la situacion “macroeconómica” del país; el genocidio a los jubilados y el desguace educativo y social no son condición suficiente. Además, tampoco confían en las condiciones políticas, a pesar de que Milei ha logrado importantes apoyos en el Congreso en donde es una destacada minoría. Aun así, reivindica un gobierno de decretazos y vetazos. La CGT, por su parte, no abrió la boca cuando se ofreció para la instalación de esta planta una zona “libre de sindicatos”.
Tanto para “libertarios” como macristas, peronistas y radicales, Vaca Muerta es el principal y casi único salvavidas para intentar salir de la depresión económica y el quebranto financiero. Un punto conflictivo con Petronas habría sido precisamente el apuro que Milei le quiere imprimir al proyecto, con el objetivo de tenerlo operativo en el 2030 mientras que los malayos tendrían la mira puesta para el ¡2038/45! Además, Milei estaría negociando el ingreso de otros productores de gas, quitando la exclusividad de Petronas en el acuerdo inicial con YPF. Dicho esto, recién en noviembre de este año habría nuevas novedades sobre el destino de la inversión por parte de la petrolera malaya.
Confirmando esta noticia, el presidente de YPF, Horacio Marín, intentó calmar las aguas afirmando que el proyecto continuaría a pesar de una eventual salida de Petronas. No deja de ser, sin embargo, un voluminoso golpe para el “gobierno de los mercados” que se jactó de haber concretado la inversión gracias al RIGI que votó, de nuevo, el Congreso Nacional. En conjunto, el proyecto pasó de radicarse en el puerto de Bahía Blanca al de Punta Colorada, en Rio Negro, asestándole un golpe a Kicillof, quien ofreció como contraparte su propia version del RIGI y recordando aquel que, sin un pomposo nombre, se acordó en beneficio de Chevrón. Marín afirma que estuvo en una gira internacional negociando con otros posibles pulpos para reemplazar a Petronas y que habría “varios interesados”.
Luego, para obtener el financiamiento necesario para el desarrollo de la planta se requiere garantizar primero compradores del gas licuado y, a su vez, garantizar el costo y los plazos para su entrega. Este gas de exportación debe competir con el ofrecido por los pulpos yanquis. El mercado se ha abierto gracias a la guerra promovida por la OTAN en Ucrania, que comenzó con la destrucción de los gasoductos rusos Nordstream. Sin embargo, el costo de los fletes navieros ha crecido considerablemente, afectando la rentabilidad del proyecto, y es probable que crezcan como consecuencia de la guerra en el Mediterráneo y el Mar Rojo, de un lado, y el Mar Negro y el Mar de China del otro.
La noticia se ha difundido cuando el FMI recibirá a Milei-Caputo para abordar la candente cuestión de la devaluación del peso y el levantamiento del cepo. No pareciera ser una simple coincidencia. El posible naufragio de esta megainversión demuestra las contradicciones económicas insalvables de la crisis capitalista que no las resuelve ni el más avezado servilismo colonial.