Escribe Julio Gudiño
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En un artículo de Prensa Obrera, el aparato del Partido Obrero se pronuncia sobre la asamblea de FATE que rechazó el preacuerdo firmado entre la dirección del SUTNA y Madanes Quintanilla. Para el autor, “la patronal presentó una propuesta de cambio de régimen de trabajo que incorporaba los reclamos del sindicato”.
El párrafo no tiene desperdicio, lo mismo que la caradurez de su autor. Para que una asamblea rechace la satisfacción de los reclamos del Sindicato, esos reclamos deben ser, previamente, conocidos y aprobados por los trabajadores de la fábrica. En este caso, los reclamos son de autoría exclusiva de la dirección del sindicato, que prefirió presentarlos a la base después de un preacuerdo con la patronal, como un hecho consumado. Desde el punto de vista de la democracia sindical, esto ya justificaría un rechazo o una interpelación a los dirigentes. Pero el autor dice también que la propuesta es de la patronal, lo que plantea un enorme interrogante: ¿Cómo se explica que una patronal que quiso imponer un régimen preventivo de crisis a través del gobierno, y que también despidió a dos centenares de trabajadores, enseguida se avino a incorporar los reclamos del sindicato? El brulote es un intento del autor, Juan Pablo Rodríguez, de defenderse a sí mismo, porque como representante del aparato del PO es un instigador de esa propuesta patronal ante la asamblea– que la rechazó.
Entre lo que suponemos eran los reclamos del sindicato, debía haber figurado la reincorporación de los despedidos. Rodríguez ¿asegura que no figuraban? Si es así, ¿qué clase de reclamos del sindicato son estos que no ponen en primer lugar a los despidos? El mismo Rodríguez, pone en el primer lugar de los reclamos del sindicato al régimen de trabajo, pero ¿qué puede haber de bueno en una propuesta patronal de régimen de trabajo que arranca con una disminución del plantel laboral? O ¿acaso la patronal quiere reducir la producción y no aumentarla con menos personal: la misma producción con un número menor de equipos? A Rodríguez se le escapó este detalle básico porque nunca levantó un neumático ni para cambiar una pinchadura. Entre los reclamos del sindicato que presentó a la patronal tampoco figura otro reclamo que en FATE es crucial, como la insalubridad en bambury ¿Tampoco estaba esto en la propuesta patronal de los reclamos del sindicato, sobre el régimen laboral? Para salir de este disparate, este aparato que hace de articulista dice que los obreros votaron contra el preacuerdo porque la dirección del SUTNA no tuvo tiempo para explicar sus beneficios. ¿Quién le cercenó el tiempo? Al que le sobró el tiempo es al aparato, que en conocimiento de sus términos no lo difundió, y luego fue el último en salir a opinar, cuando ya habían justificado el rechazo, aunque en términos oportunistas, los restantes socios del FITU y allegados. Rodríguez se felicita porque el preacuerdo presentado por la patronal, la compromete a no despedir hasta febrero de 2026, cuando debería denunciar esta promesa como una coartada por los centenares de despidos que impuso hace un par de meses. La violadora de los acuerdos vigentes, que no debería despedir cuando aún está vigente un acuerdo paritario, promete no volver a violar.
Los despidos que oculta Prensa Obrera es lo fundamental: el nuevo sistema de trabajo rige para un plantel con 15% de trabajadores menos. Dicho de otro modo, la implementación de este sistema de trabajo (6x1 / 6x1 5x2, 5x2 de rotación quincenal) implica despedir de un plumazo el 15% del personal. Esto se hizo durante el trámite del Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC). Si los despedidos hubiesen seguidos en planta, el nuevo sistema de trabajo sería inaplicable. Como ya hemos planteado en artículos precedentes, de nuestra Comisión Sindical, cada 84 días el trabajador pierde tres días de franco y durante el año aproximadamente pierde 15 días de franco. Por lo tanto, si el trabajador descansa menos durante un año, quiere decir que trabaja más y produce más. Sin embargo, Prensa Obrera afirma que “Los reclamos establecidos por el SUTNA dieron por resultado una propuesta que incorporaba los mayores descansos que se hayan obtenido en los regímenes de trabajo en el neumático”. Es lo contrario. Finalmente, la cláusula 6 del acuerdo dice que la empresa, sin ningún tipo de consulta, puede volver al viejo sistema (7x2, 7x2, 7x3), quedarse con el nuevo sistema 6x1, 6x1-5x2, 5x2 o implementar en la planta un mix de estos sistemas de trabajo en toda la planta, lo cual va a fragmentar el colectivo obrero (además de la fragmentación que ya implica el convenio por empresa dentro de la rama). Prensa Obrera oculta todo este régimen negativo para los trabajadores y no explica por qué la asamblea se unió en un rechazo, porque se afana por blindar a la dirección del SUTNA y, lo que es peor, señala que no va a considerar ninguno de los reclamos de la asamblea. El aparato Rodríguez le pone al SUTNA un chaleco de fuerza. Para Prensa Obrera, los obreros rechazaron la propuesta de Madanes, porque “desconfían de él” y afirma, sin temor al ridículo, que “La desconfianza en la patronal ante un cambio de estas características y la premura en la realización de la asamblea se combinaron para que los trabajadores ejercieran su voto contrario a la propuesta”. Al veto de los obreros al preacuerdo, Rodríguez dice que va a insistir. El autoasumido Adorni del SUTNA es más grosero que el portavoz de Milei.
El artículo en cuestión asegura también, sin presentar evidencias, que el FITU, sus allegados y la novel Lista Independiente dijeron falsedades sobre el preacuerdo y confundieron a los obreros. Rodríguez lamenta el naufragio del nuevo sistema de trabajo, porque el preacuerdo aportaba una suma de dinero a OSPIN, la obra social del SUTNA, que podía permitirle salir de una grave crisis en la prestación de salud a los trabajadores de FATE. Pero esto es seguramente una ficción, porque el gobierno de Milei quiere reducir la Prestación Mínima Obligatoria y encarecer el conjunto de la atención de salud. Además, ya ha publicado un decreto que autoriza a los afiliados sindicales a asociarse a la prepaga en forma directa.
Hay también una cuestión de principios para el movimiento obrero clasista y socialista: ningún sistema de trabajo por rendimiento y no por jornada de ocho horas es positivo para el desenvolvimiento social y político de los trabajadores. Al aparato del PO esto le importa un cuerno. Prensa Obrera reivindica el nuevo sistema propuesto por Madanes, pasando por alto que los sistemas americanos (7x2, 7x3x 6x1, 5x2, 4x3 etc.) son una picadora de carne que produce obreros rotos. Tienen la función de mantener en movimiento ininterrumpido al capital, no la condición humana del trabajador. La rotación (mañana, tarde y noche), la intensidad del uso de la fuerza de trabajo y los ítems salariales por fuera del básico llevan al trabajador a que se súperexplote aumentando constantemente la productividad del trabajo a costa de su esfuerzo.
El aparato defiende los sistemas de trabajo americanos en vez de organizar y convocar a pelear a los trabajadores contra ellos y por el control de los procesos de producción.
Queda claro que el aparato ha impulsado una política conservadora y de adaptación. El liquidacionismo del aparato del PO es una trituradora de la iniciativa política independiente de la clase obrera.