El traslado del Museo del Traje al Museo Histórico Nacional, otro manotazo liberticida

Escribe Belén Duaca

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El lunes 14 de octubre, se publicó en el Boletín Oficial la resolución 677/2024 firmada por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, donde confirma el traslado de una parte del patrimonio y bienes del Museo Nacional de Historia del Traje al Museo Histórico Nacional ubicado en Parque Lezama. El mismo lunes por la tarde, trabajadores del museo denunciaron que personas correspondientes al Ministerio de Capital Humano e Infraestructura quitaron la cartelería de información con horarios de visitas, banderas gremiales y la placa histórica que se encontraba en la entrada del museo desde 1972, declarado monumento histórico en 1990.

Luego de que el Gobierno comunicará el último 27 de septiembre el cierre, las repercusiones fueron inmediatas. Distintas organizaciones del sector artístico cultural, tanto nacionales como internacionales, llamaron a rechazar este cierre. Entre ellas, ICOM argentina, ICOM Brasil, Academia Nacional de Bellas Artes, Asociación Argentina de Críticos de Arte, Universidad Nacional de las Artes (UNA), Fundación TyPA, Curadores en diálogo, Consejo Directivo de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Jorge Moragues -exdirector del museo hasta la European Young Museologists- y la red de jóvenes museólogos de España.

En la sede de Chile 832 también se realizaron actividades y asambleas, donde se hicieron presentes periodistas, actrices y distintos referentes de la cultura para mostrar el apoyo a los trabajadores del museo; también se hicieron presentes los trabajadores de cultura de ATE.

Frente a este escenario de cierres de organismos el secretario de Cultura, Leonardo Ciffelli, volvió a defender el cierre argumentando que Museo del Traje no desaparece, sino que pasa a depender del Museo Histórico Nacional porque su sede “es un edificio que tiene graves problemas” (Ámbito 10/10). Argumentó sobre “la gigantesca batalla cultural” que tuvieron que dar ante una cultura que creía que no se podía sostener por sus propios medios y sin la ayuda del Estado. Pero más que una “batalla cultural” le declararon la guerra a la cultura.

Para Cifelli se trata de desvestir a un santo para vestir a otro, cuando en realidad lo que está en juego es la continuidad institucional del museo y la preservación de su valioso patrimonio. Victoria Salías, hasta ahora directora del museo, recordó que, si se deshace este museo, no quedará ninguna institución dedicada a esta historia y va a quedar un patrimonio que, sin custodia ni conservación, serán meros objetos guardados que pueden dañarse y perder su valor (La Nación 1/10).

El Museo Nacional de Historia del Traje es el único museo a nivel nacional que brega por la conservación, difusión, investigación y cuidado del patrimonio de la industria textil del siglo XVIII hasta la actualidad, con un enorme patrimonio que incluye desde vestimentas, accesorios, molderías y material de estudio y que son parte de una conformación de identidad.

Trasladar a sus trabajadores, sus bienes y su acervo no es garantía de la continuidad de este museo. Este atropello es parte de una “reorganización administrativa”, que integra el traspaso de la Secretaría de Cultura del Ministerio de Capital Humano a la Secretaría General que ocupa Karina Milei.

La defensa edilicia del Museo del Traje, de sus puestos de trabajo y de su patrimonio es una lucha que debe unirse a la lucha estudiantil que se está dando a lo largo del país, en contra de este gobierno.

Demos una verdadera “batalla cultural” y política contra el gobierno enemigo de la cultura y la educación.

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No al cierre del Museo de la Historia del Traje Por Belén Duaca, 03/10/2024.

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