Escribe Diego Toscano
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Durante esta semana tendrán lugar paros docentes y no docentes. El Frente Sindical Universitario llamó a parar este lunes y martes, mientras CONADU Histórica llamó a extender la huelga durante toda la semana. Cabe acotar que algunas asociaciones de base ya están realizando paros por tiempo indeterminado, como ocurre en la Universidad de San Luis.
La rebelión estudiantil que se ha desatado desde comienzos de octubre ha puesto en crisis al Frente Sindical Universitario y a todos los aparatos que lo integran. FATUN, FEDUN y la FUA están buscando frenar el movimiento de lucha y “encausarlo” a la vía muerta de acciones aisladas y dilatadas en el tiempo (marcha de velas, por ejemplo).
Esta política fue abiertamente debatida en una reunión entre las federaciones, los rectores y la FUA, que se realizó la semana pasada, donde la FUA buscó ponerle un límite a las tomas, promoviendo jornadas de visibilización de un día por semana y la postergación hasta entrado noviembre de una nueva marcha federal (Página/12, 16/10). En un reciente Plenario de Secretarios Generales de CONADU Histórica, su secretaria general expuso las presiones en la mentada reunión de los representantes del CIN. Más que a las auditorías de Milei, los rectorados temen a las consecuencias de la rebelión estudiantil.
El reclamo de una tercera marcha federal universitaria viene siendo planteado en numerosas asambleas, tanto docentes como estudiantiles e interclaustros en todo el país. Incluso hay llamados a concretarla de manera autoconvocada (Córdoba). Durante la semana pasada hubo marchas masivas en Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Luján, entre otras, sin esperar ninguna convocatoria del CIN ni de las autoridades locales. El 22, en el marco del conflicto que envuelve a sectores de la salud, algunas asociaciones de base están llamando a marchar nuevamente.
CONADU Histórica ha sido la única federación que llamó abiertamente a apoyar las tomas. Así se resolvió en el último plenario de Secretarios Generales, revirtiendo la posición pasiva que había tomado hace dos meses, en ocasión de la ocupación del rectorado en la Universidad de San Luis. En aquella oportunidad, desde ADIUNT -el sindicato de la docencia universitaria de Tucumán- propusimos no solo el apoyo a esa toma, sino también extenderla de manera masiva, como una orientación para derrotar la política de Milei. La conducción de la federación, en esa oportunidad, se opuso abiertamente.
Más recientemente, en el taller de Universidad del Encuentro Nacional de Mujeres de Jujuy, las dirigentes de CONADU H polemizaron con las de ADIUNT defendiendo el terreno parlamentario de la lucha en oposición a la huelga indefinida y las ocupaciones.
La lucha universitaria está mostrando agudamente el rol de las conducciones sindicales de todo pelaje ante la irrupción de un sector de las bases docentes y la rebelión estudiantil. En primer lugar, la burocracia alineada a la CGT, que en todo momento ha buscado pactar con el Gobierno a cambio de algunas migajas que, finalmente, tampoco ha logrado. Por otro lado, el actual proceso de lucha ha vuelto a poner de relieve los límites históricos de las corrientes tributarias de la CTA y su impotencia para superar a la burocracia cegetista. Hay intentos en curso para la unificación de las CTA y de las CONADU, pero estos chocan con intereses de aparato de cada parroquia y, fundamentalmente, con la falta de perspectiva de cómo enfrentar al gobierno de Milei. En esa dirección, para este viernes 25 está convocado un plenario de secretarías generales conjunto de CONADU y CONADU Histórica.
Por otra parte, la CGT no ha convocado a ninguna acción en apoyo a la lucha universitaria, como tampoco lo ha hecho en apoyo a ninguna lucha hasta ahora (ni lo hará). Está integrada a la política del gobierno y de la burguesía, que apunta a atomizar al movimiento obrero argentino. La burocracia solamente está discutiendo por las migajas con que se quedará. Resulta patético, en ese sentido, el planteo que formula buena parte de los partidos del FIT-U, particularmente nos referimos al PTS, el MST y el PO, de “exigirle a la CGT un paro general”. Las tomas, los interclaustros, las asambleas autoconvocadas, los interfacultades, toda la nueva fase del movimiento universitario en curso es la refutación misma de ese planteo inmovilista.
El reclamo a la CGT pone de manifiesto una estrategia que, aunque se pretende denunciadora y clarificadora, lleva a la lucha y a sus activistas al seguidismo a la burocracia sindical y, en última instancia, al peronismo que la conduce.
Es importante clarificar estas posiciones con todo el activismo que ha emergido en esta gran lucha.