Escribe Anahí Rodríguez
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Uno de los argumentos que esgrimió la conducción de la Conadu H en su último congreso, ante la propuesta de que la federación adhiriera a la marcha nacional convocada por los estudiantes el 12 de noviembre pasado, fue que el Frente Sindical ya había votado un acto-festival en plaza de Mayo para el 22 de noviembre, para conmemorar los “75 años de la gratuidad universitaria". Para disimular que, en el fondo, no querían ninguna marcha universitaria y menos autoconvocada, dijeron que iban a proponer a las otras federaciones universitarias marchar el 22 y culminar con el festival.
Finalmente, levantaron el festival del 22. Su “convocatoria”, por lo tanto, se trató de una maniobra, en sintonía con la política del CIN y la CGT de tregua y colaboracionismo con el gobierno. Su propósito era abortar la preparación y concreción de la marcha del 12 de noviembre. En función de ello, el Frente Sindical presentó una agenda de "acciones regionales" con visitas de dirigentes nacionales a diferentes regiones del país, donde se hicieron actos con apoyo de las autoridades y de los aparatos sindicales burocráticos zonales, en especial de la Fatun (no docentes). Pero no lograron suscitar interés entre la docencia y aún menos entre el estudiantado.
Mediante un comunicado se anunció que el acto-festival quedaba suspendido porque no había acuerdo entre el Frente Sindical, el CIN y la FUA. Y que, además, varias federaciones se sumaban a la acción de una intrascendente “noche de las universidades”, impulsada por el CIN, el 21 de noviembre.
El CIN por su parte, está negociando con el gobierno nacional una mejor tajada para el 2025. Ya lo señaló su presidente, Víctor Moriñigo: “Mientras tanto, creo que hay una enorme oportunidad en el presupuesto 2025 de llegar a un acuerdo y generar un triunfo colectivo del Gobierno, de los diputados, de los rectores y de los gremios. Ojalá por primera vez estemos de acuerdo estos cuatro actores y podamos darles a las universidades un presupuesto nacional que traiga tranquilidad”. Mientras el CIN despliega el palabrerío, Milei se prepara para patear el tablero de la negociación parlamentaria, a menos que el Congreso acepte sin chistar su propuesta inicial de presupuesto.
El presupuesto presentado por Milei para las universidades es de 3.8 billones en 2025, cuando los rectores estiman que se necesitará un 7.2 billones de pesos, lo que marca que la crisis en las universidades se va a intensificar el próximo año. La marcha del 12 de noviembre tuvo la virtud de marcar una perspectiva independiente, y sentó las bases para la lucha en el 2025.