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La Junta Interna de ATE del Hospital Garrahan convocó este martes a una reunión abierta de organizaciones políticas y gremiales, con el propósito de “coordinar una participación independiente en las próximas acciones generales de trabajadores y trabajadoras que se están preparando”. En ese sentido, en la convocatoria se mencionaba que “una jornada importante podría ser la Marcha Federal que están organizando ambas CTA; a la vez, Pablo Moyano hizo declaraciones públicas respecto de un posible paro general”. En la apertura del encuentro, sus organizadores destacaron el carácter político que pretendían imprimirle al debate.
Con el correr de las intervenciones, rápidamente se puso de manifiesto que la marcha federal de ambas CTA “ya no sería tal” -y tal vez se limite, señalaron algunos, a confluir con la “marcha de la resistencia” que convocaría un sector de Madres de Plaza de Mayo el 5 de diciembre- y que Pablo Moyano, luego de su solitario apartamiento de la conducción de la CGT, se llamó a silencio. La reunión aprobó un compás de espera hasta el próximo sábado, cuando se repetirá en Ademys, a la expectativa de nuevas definiciones de estos sectores.
Pasado en limpio, las organizaciones convocantes propondrían un acto en el Obelisco el 5 de diciembre, desde donde confluirían con la “marcha federal” de la CTA -en caso de que esta se realice- y a una movilización el 20 de diciembre próximo, coincidente con el aniversario del Argentinazo y también de la primera movilización contra Milei y el protocolo represivo de Bullrich.
Hicieron uso de la palabra una treintena de oradores, entre los cuales se destacaron algunos relatos de luchas recientes, especialmente de los hospitales Garrahan y Laura Bonaparte. Nuestro partido, Política Obrera, además de llevar su apoyo a la lucha del Garrahan, recogió de esos testimonios el protagonismo de los trabajadores y sindicatos de base y el método de la autoconvocatoria, una tendencia que se profundizará frente al abismo cada vez más pronunciado entre la burocracia sindical y el movimiento obrero. Denunciamos el pacto reaccionario entre la CGT y el Gobierno, luego de que la búsqueda de ese acuerdo encabezara los paros parciales de enero y mayo pasados, con sus exhortaciones al "diálogo" y al "consenso". La burocracia hizo lobby en todos los foros de la burguesía y, especialmente, ante la embajada norteamericana, con el propósito de llegar a un arreglo con el gobierno liberticida, plasmado en la coautoría de la reforma laboral y la aceptación de la pauta salarial dictada por Caputo. Denunciamos ese acuerdo como expresión del apoyo que la burocracia presta a Milei.
También señalamos el carácter personal de la renuncia de Pablo Moyano. Moyano destacó el rol que él mismo se atribuyó de "articulador" del blindaje parlamentario a la ley de asociaciones profesionales con los bloques del kirchnerismo, Pichetto y La Libertad Avanza, aunque no mencionó al PTS, que también fue de la partida.