Jornada de movilización en defensa de la Universidad

Escribe Mariana Aguirre

Jornada de movilización en defensa de la Universidad

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En el marco del paro de 48 horas convocado por CONADU y CONADU Histórica y la jornada de manifestación nacional planteada por el Frente Sindical, el CIN y la FUA, el jueves 26 se llevaron adelante movilizaciones, clases públicas, abrazos simbólicos y radios abiertas en defensa de la universidad pública en distintas partes del país.

El grado de participación fue desigual. En algunas ciudades fue muy importante, por ejemplo, en La Plata, Rosario o Neuquén y, en otros lugares hubo una asistencia más reducida y por debajo de las posibilidades, como fue el caso de CABA.

En esta última, a la mañana se hizo un abrazo al Hospital de Clínicas -que depende de la UBA y atraviesa un verdadero colapso por la falta de presupuesto- y a la tarde hubo una marcha de antorchas desde Plaza Houssay hacia el Palacio Pizzurno.

La merma relativa en la participación no debería sorprender si se tiene en cuenta que la jornada fue convocada sobre el final del cuatrimestre, cuando las unidades académicas están tomando parciales o han terminado las clases, y que no fue precedida por un trabajo de organización.

Los rectores y las burocracias sindicales idearon la jornada para presionar por el tratamiento y la aprobación de la nueva Ley de Financiamiento Universitario que elaboraron conjuntamente. Han lanzado una juntada de firmas en apoyo de ese proyecto, que representa un retroceso en toda la línea frente a la política de Milei. Llamaron a participar de las manifestaciones del 26/6 con la consigna “Prendete a defender la universidad pública”, un eslogan que no sólo suena poco serio frente a la gravedad de la crisis en curso, sino que también encubre bajo un llamado “a la comunidad en general”, cuando son las propias gestiones y burocracias las que no se han “prendido” y vienen saboteando esa defensa desde el año pasado. Algunas asociaciones de base -sobre todo de la CONADU Histórica- llamaron a movilizar con otras consignas.

Debido al sometimiento del Frente Sindical a los Rectores, el primer cuatrimestre ha transcurrido y finalizado sin un plan de lucha nacional de los trabajadores universitarios. Las burocracias se han empeñado, en cambio, en la tarea de desmovilizar y desmoralizar a las bases.

Esto se da en el marco de un retroceso presupuestario y salarial estrepitoso, como no ocurría desde hace veinte años. El presupuesto asignado a la educación superior para 2025 es un 33 % menor que el de 2023 y es el más bajo desde 2006 (La Nación, 26/6). Esto afecta los gastos de funcionamiento, infraestructura, investigación y, sobre todo, a los salarios. Los sueldos de docentes y no docentes han perdido un 40 % de su poder adquisitivo desde fines de 2023 y acumulan una pérdida cercana al 80 % con respecto a 2015. Las paritarias del sector están suspendidas. El derrumbe salarial es tan severo, que se estima que un 10 % de los docentes ha abandonado la universidad pública para buscar otro trabajo que le permita sobrevivir (Página/12, 27/6). El gobierno de Milei está empujando a la docencia universitaria a la situación paupérrima que tenía en los años 90. Las becas estudiantiles han sido recortadas y congeladas, mientras la juventud se hunde en la pobreza.

Es indudable que esta política de vaciamiento y liquidación de la universidad pública no podrá ser revertida mediante acuerdos parlamentarios entre los partidos de “oposición” que colaboran con el gobierno. Es necesario superarla desarrollando el camino de la huelga general de cara al próximo cuatrimestre.

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26 y 27 de junio: paro nacional de docentes universitarios Por Anahí Rodríguez, 25/06/2025.

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