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En el último informe de Estrategia de Defensa Nacional publicado por el Pentágono, Rusia es considerada como amenaza grave para Estados Unidos pero, señalan, no tiene capacidad de sostener un enfrentamiento bélico de manera sistemática en el tiempo. Según ese mismo informe, la amenaza más profunda y estratégica a nivel económico, político y militar para los norteamericanos no es Rusia sino China. Luego, en tercera posición de amenaza coloca a los países de Irán y Corea del Norte.
En sintonía con esto, para el Secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austen, su país debe dar un giro hacia el Indo-Pacífico y fortalecer sus infraestructuras de defensa en Japón, Taiwán e India. El objetivo sería cercar a China desde un corredor comercial y militar que se extienda desde los mares Oriental y Meridional chinos, hasta la llamada la Línea de Control Real que marca la frontera terrestre entre China e India.
El informe define como prioritario reforzar y construir infraestructura de defensa propia y de sus aliados. Para el Pentágono, el verdadero riesgo de un ataque nuclear ruso se encuentra en una posible colaboración tecnológica por parte de China. Uno de los conceptos estructurales del informe es el de la “disuasión integrada” contra China para que ‘desista’ de un ataque militar en el estrecho de Taiwán. O, dicho más claramente, un despliegue mundial de la capacidad armamentística nuclear en territorios aliados del Indo-Pacífco, acompañado de una guerra económica permanente contra China.
La llamada “disuasión integral” incluye también nuevas inversiones para desarrollo de misiles hipersónicos y una estrategia de mayor reclutamiento militar y mayor entrenamiento profesional de las actuales tropas.
En este contexto es que recientemente EEUU y Japón han realizado pruebas de combate aéreo sobre el Mar Oriental chino y el Ministerio de Defensa japonés agradeció la cooperación entre ambos países, especialmente luego de las pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte. La acción conjunta incluyó dos bombarderos norteamericanos, los cuales también habrían participado anteriormente en maniobras de prueba con la defensa de Corea del Sur.
Pero quizá los movimientos militares de EEUU que más controversias ha generado entre sus rivales en Asia y entre aliados de la Unión Europea, fueron los que se realizaron a partir del pacto AUKUS. Éste establece la incorporación de Australia en la cooperación de tecnología militar avanzada entre EEUU y Gran Bretaña. El acuerdo se había firmado entre Joseph Biden (EEUU), Boris Johnson (Gran Bretaña) y Scott Morris (Australia). La decisión de incorporar a Australia tiene como objetivo contrarrestar la influencia comercial de China en el resto del Pacifico, y mantener una retaguardia permanente en el océano para los futuros movimientos en el corredor marítimo indochino.
Aunque AUKUS fue firmado el año pasado, recién tomó envergadura durante las últimas semanas, luego de que EEUU anunciara el despliegue permanente de seis bombarderos B-52 hacia Australia. Estos bombarderos, son el eje estructural de la organización de la fuerza aérea estadounidense. Desde el 2013 se ha trabajado sistemáticamente en la modernización de estas aeronaves, lo que ha incluido la incorporación de un motor de Rolls-Royce. El historial de rendimiento de estos motores en otros modelos de aeronaves acumula cerca de 200 mil horas de operaciones en vuelo. Las inversiones en tecnología avanzada para mejorar estos bombarderos y contrarrestar los avances militares que desarrolla aceleradamente China se han transformado en una verdadera carrera armamentística.
A este despliegue sobre Australia se suman la construcción de una plataforma de despegue y aterrizaje para aeronaves de combate; un centro de mantenimiento para la infraestructura militar; un tanque de almacenamiento de combustible; y un búnker de municiones. EEUU también trasladará una cantidad aún no confirmada de soldados del Cuerpo de Marines estadounidenses.
Además, la cooperación científica que recibirá Australia incluye tecnología de inteligencia artificial y cuántica, así como la posibilidad de construir ocho submarinos de propulsión nuclear. La obtención última de submarinos generó especial malestar por parte de Francia, quien había acordado vender a Australia submarinos de diseño francés. El problema de los submarinos franceses es que son de fácil detección y dependen de recarga de combustible diesel cada ciertos días. Es decir, están obligados a volver a la superficie de manera regular.
En contraparte, los submarinos estadounidenses están pensados para sostener una guerra de larga duración bajo condiciones extremas. Estos submarinos de propulsión nuclear se sostienen con energía de uranio enriquecido (que depende de un reactor nuclear integrado). Hasta ahora, sólo Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y la India cuentan con submarinos con tecnología similar. Algunos expertos señalan que el nivel de tecnología adquirida para construir un submarino de propulsión nuclear equivale a la posibilidad de desarrollar un arma nuclear propia.
China considera el despliegue estadounidense sobre Australia como acto de ‘Guerra Fría’. A la preocupación de China sobre las alianzas estadounidenses con Japón, Taiwán, Corea del Sur y Australia, también se suma India. Esto porque, tal como lo considera el Pentágono en su Informe, espera formalizar y profundizar su alianza de defensa con India para ‘disuadir’ de una agresión de China sobre Taiwán, y garantizar su libre acceso sobre los corredores del océano Índico.
EEUU lleva adelante un monumental despliegue de inteligencia (incluyendo la artificial), cadenas de suministros y armas avanzadas. Las infraestructuras y posiciones militares desplegadas en Asia y el Pacífico anuncian una profundización de la guerra capitalista, cuyos alcances son aún inimaginables. El destino que tome la guerra entre la OTAN y Rusia está condicionado por la ruta que EEUU ha trazado sobre China.