Paro en línea C: "que el vagón contaminado se vaya por donde vino”

Escribe Matías Cisneros

Paro en línea C: "que el vagón contaminado se vaya por donde vino”

Tiempo de lectura: 2 minutos

El martes 7 a las 20 horas, la empresa Emova puso a circular la formación Nagoya 5000, que contiene asbesto. La maniobra de ingreso y circulación la realizó personal jerárquico.

Los trabajadores de tráfico rechazan que formaciones contaminadas con asbesto circulen. Acumulan en su sector 4 afectados por el cancerígeno, 3 compañeros de base y 1 supervisor. Por lo tanto, tomaron está acción de la empresa como una provocación.

Apenas pudieron advertir la presencia de la formación contaminada, pararon la línea. El Nagoya 5000 había salido de una cochera cercana a Retiro y se dirigía hacia Constitución. El paro impidió que la formación llegue a destino y se estancó en mitad del camino.

La firmeza de los trabajadores hizo que la empresa tenga que aceptar que la formación dé marcha atrás.

Contexto

El cuerpo de delegados votó en el último plenario un paro para el 9 de febrero, por la compra de formaciones nuevas libres de asbesto, los 2 francos semanales e incorporación de personal. Los delegados que impulsaron la acción fueron de las líneas B, C y H.

La empresa activó el protocolo antihuelga para citar al sindicato el día 8 al mediodía a discutir esos temas. La provocación de la noche del 7, en este contexto, apunta a condicionar la agenda en cuestión.

En la tarde del día 7, comenzaron las actividades de recorridas y asambleas. Justo la primera tuvo lugar en la línea C. Los compañeros pusieron en cuestión el tema de la firma de una paz social (protocolo antihuelga), la falta de apoyo para alcanzar el reclamo por el bono de fin de año y se interiorizaron de la propuesta de la línea B de declarar al servicio en “emergencia", por las situaciones contaminantes. La conclusión de la primera actividad es que hay que sostener la recorrida y sumar compañeros. Delegados de la C suman sus esfuerzos a compañeros de tráfico de la B y el taller Rancagua.

La lucha de los trabajadores del subte contra el asbesto es un conflicto obrero y de la salud pública, pero también de poder político. La compra de formaciones contaminadas tiene responsabilidades políticas y empresariales. El gobierno debe implementar la compra de formaciones libres de asbesto en forma inmediata y hay que asegurar, con la lucha, el fin de las provocaciones patronales.

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Subte: una agenda para el paro del jueves 9 Por Matías Cisneros, 07/02/2023.

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