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El ataque militar de las fuerzas aéreas estadounidenses contra el “globo chino” es una escalada en las provocaciones de Estados Unidos hacia el país asiático.
Los portavoces estadounidenses declararon que el objeto se trataba de un globo de espionaje de las fuerzas militares chinas. El globo, afirmaron, habría sobrevolado infraestructura sensible de la seguridad estadounidense a través de la capa atmosférica situada entre los 20 km. y los 100 km. sobre la superficie terrestre, conocido como el espacio cercano. Esta ‘corta’ distancia entre el globo y las calles de Montana, Kansas y Carolina del Sur, lo volvió fácilmente visible por los telescopios para principiantes, al zoom de los teléfonos celulares, e incluso al ojo humano.
Desde Beijing el gobierno de Xi Jinping respondió que se trataba de un globo civil que se desvió el 28 de enero mientras realizaba actividades científicas de recopilación de datos meteorológicos. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, John Kirby, rechazó esta explicación, y el globo finalmente fue derribado el sábado 4 de febrero frente a las costas de Carolina del Sur. El ataque se llevó a cabo con un misil aire-aire AIM.9X Sidewinder desde un cazabombardero F-22 Raptor, una de las mejores y más avanzadas aeronaves del mundo. El valor del cazabombardero asciende a los 142 millones de dólares. Este es el primer ataque aéreo de EEUU contra una ‘nave’ de origen chino desde la Guerra de Corea (1950-1953).
Al día siguiente del ataque contra el globo, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, suspendió el viaje que tenía previsto a Beijing, donde se encontraría con altos mandos del régimen chino. El pasado fin de semana EE.UU. volvió a bombardear otros tres objetos aéreos no identificados en Alaska (viernes 10/02), Canadá (sábado 11/02) y Michigan (domingo 12/02). El ataque en espacio aéreo canadiense fue respaldado por el primer ministro Justin Trudeau. Ni EE.UU. ni Canadá han publicado imágenes de los objetos en cuestión.
La locura por los globos también llegó a Australia y Taiwán. El ministro de Defensa australiano, Richard Marles, dijo que EE.UU. estaba completamente en su derecho de hacer lo que hizo. Agregó, además, que, aunque Australia no tiene aviones F-22, sí tiene F-35 desde los cuáles podrían derribar cualquier globo espía chino (The Guardian 13/02).
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Taiwán advirtió esta semana que cualquier objeto militar sospechoso que se acerque a sus costas desde China continental sería derribado (Washington Post, 14/02).
Los expertos en tecnologías de inteligencia aeronáutica se han mostrado escépticos sobre la peligrosidad de este tipo de globos. De hecho, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), un grupo de científicos que trabaja para la inteligencia estadounidense, declararon al globo chino como inofensivo. James A. Lewis, vicepresidente sénior y director del Programa de Tecnologías Estratégicas del CSIS en Washington, publicó una columna en el portal oficial de la institución dónde afirmó: “Los globos no son una plataforma ideal para espiar. Son grandes y difíciles de ocultar. Van donde los lleva el viento (los vientos dominantes van desde el norte de Asia hasta el noroeste de los Estados Unidos) y son esencialmente ingobernables (...) China tiene satélites espías que sobrevuelan EE.UU. todos los días (...) China no ha usado globos para espiar antes, y usar un globo sería un paso atrás” (03/02).
El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wan Wenbin, dijo al respecto que EE.UU. habría volado globos del mismo tipo sobre territorio chino al menos 10 veces desde inicio del 2022; y que lo hace permanentemente en espacio aéreo de otros países.
En efecto, los globos como el derribado el 4 de febrero también son fabricados por la NASA para “datos científicos sobre el universo, la atmósfera y el entorno espacial” (1). Pero el imperialismo norteamericano invierte muchísimo más en el desarrollo de inteligencias artificiales, tecnología espacial, biotecnologías, infraestructuras nucleares y armas hipersónicas. Los globos quedaron obsoletos como instrumento de espionaje desde el desarrollo de los primeros satélites.
Desde el portal oficial de noticias militares en inglés de las Fuerzas Armadas de China, China Military Online, las autoridades chinas catalogaron los ataques de EE.UU. contra el globo como un acto de histeria y una incitación a la confrontación militar entre la OTAN y China (10/02).
Esta incitación a la guerra ha sido abiertamente defendida también por la prensa estadounidense. Recientemente, el Consejo Editorial del Wall Street Journal publicó una columna titulada “Telling the Truth About Possible War Over Taiwan” (Decir la verdad sobre la posible guerra por Taiwán) (29/01), en la que llama a las autoridades políticas y militares estadounidenses a defender abiertamente la necesidad de ir a la guerra con China por Taiwán. La columna fue escrita luego de que se filtrara por la NBC news un memorandum escrito por el General de las Fuerzas Aéreas de EEUU, Mike Minihan, donde señalaba que intuía que la guerra contra China iniciaría el 2025. A esto, agregó Minihan, habría que construir un “equipo de maniobra de Fuerza Conjunta fortificado, listo, integrado y ágil, para luchar y ganar dentro de la primera cadena de islas (frente a China)”. El WSJ señaló que la sinceridad y el entendimiento político de Minihan es superior al de los altos mandos de Biden y las fuerzas militares.
Por su lado, el New York Times sigue dedicando artículos al globo ya desinflado, afirmando que la recopilación de datos climáticos serían usados por China para mejorar la precisión de sus próximos ataques aéreos. Además, asegura, estos globos no serían detectados por los radares militares. Para el NYT, la anacronía y lentitud de la tecnología de los globos es lo que los hace tan peligrosos. La misma línea ha seguido el Washington Post desde que el globo chino fue bombardeado.
El imperialismo se sirve de sus medios de comunicación para legitimar ideológicamente una guerra contra China. La misma atmósfera que creó con las presuntas armas nucleares en Irak. Aunque semejantes en estilo, pero no en dimensiones.
Las posiciones militares de la OTAN sobre el Indo-Pacífico siguen avanzando. Hace tan solo dos semanas, EE.UU. anunció un programa para instalar bases militares en Filipinas. El país asíatico se encuentra precisamente en la primera cadena de islas frente a China de las que habla Minihan. El imperialismo también quiere mejorar sus posiciones más cercanas en Asia continental. Las altas autoridades políticas estadounidenses tienen una apretada agenda de visitas por el Indo-Pacífico.
Victoria Nuland, la subsecretaria de Asuntos Políticos de EE.UU. -y una de las diseñadoras de los preparativos de la guerra contra Rusia ahora, y antes en la guerra contra Irak- visitó Nepal, India y Sri Lanka recientemente en enero. Nuland es conocida también por ser una de las principales lobbystas de la industria armamentística.
También el secretario de Defensa, Lloyd Austin, visitó Asia para reunirse con el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-Yeol Corea, y su ministro de Defensa Lee Jong Seop. Tras el encuentro, Yoon Suk Yeol dejó abierta la posibilidad de adquirir sus propias armas nucleares con la ayuda de EE.UU. Y aunque Blinken suspendió su visita a Beijing, se espera que visite India antes de que termine el mes. India es el principal socio estratégico de EE.UU. en Asia del sur, y una pieza importante para lograr involucrar a Maldivas, Sri Lanka y Bangladesh.
Mientras tanto, la guerra económica avanza por su propio carril. Biden aprovechó el teatro del globo para sancionar a seis compañías fabricantes de globos de gran altura. Tres de estas pertenecen a uno de los principales desarrolladores chinos de naves, el científico aeronáutico Wu Zhe, colaborador del ejército chino.
Pero el epicentro de las sanciones y bloqueos económicos giran en torno a los fabricantes de piezas para semiconductores. El bloqueo comercial que las flotas navales estadounidenses ejercen contra China en el estrecho de Taiwán ha afectado la cadena de suministros globales. En una reciente entrevista del Financial Times, el director ejecutivo de la empresa MKS (fabricantes y proveedores de subsistemas para la fabricación de semiconductores), señaló que la isla de Taiwán y Corea del Sur seguirán siendo el bastión de esta industria tecnológica, aun cuando haya un intento de diversificarla en otros continentes (como América, con México). Las fábricas de MKS en Taiwán proveen el 85 % de los equipos utilizados para la fabricación de semiconductores en todo el mundo.
Los capitales de Singapur, Corea del Sur y Taiwán le han pedido a EE.UU. que ‘haga algo’ para restablecer la cadena de suministro. El pedido de ‘hacer algo’ mientras se despliegan posiciones militares de la OTAN por todo el Indo-Pacífico, es un llamado a actuar por la vía de la guerra.
Los capitales chinos y las élites restauracionistas le reclaman a Xi retomar la vía de la diplomacia con EE.UU. Naturalmente que esa no es la vía de EE.UU., mucho menos mientras Xi siga manteniendo su alianza con el régimen de Putin. El globito sólo fue un personaje cómico del escenario de la guerra mundial y en el objetivo estratégico del Pentágono de ir por China.
(1) https://sites.wff.nasa.gov/code820/
La guerra Estados Unidos-China no es un globo Por Sara Golan, 05/02/2023.
El Pentágono y la estrategia de guerra sobre el Indo-Pacífico Por Javiera Sarraz, 08/11/2022.
La guerra llega a China Por Leib Erlej, 04/08/2022.
Radiografía política de un viaje a Taiwán Despliegue de armas de destrucción masiva en el sudeste de Asia. Por Jorge Altamira, 03/08/2022.