Asamblea de AGD-UBA votó el no inicio del ciclo lectivo

Escriben Patricia Lambruschini y Néstor Correa

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Con la presencia de casi un centenar de afiliados, el pasado martes 28 se llevó adelante la primera asamblea del año de AGD-UBA. El debate se concentró fundamentalmente en la cuestión salarial y en la reforma del reglamento de afiliaciones de DOSUBA, votada en el mes de diciembre por el Consejo Superior.

En relación al salario, teniendo en cuenta la pérdida acumulada en los últimos años por las paritarias en cuotas y por detrás de la inflación, se resolvió reclamar un 30% de recomposición salarial en una sola cuota para cerrar la paritaria 2022. De cara a la paritaria 2023, se rechazó el techo del 60% que pretende imponer el gobierno nacional y reclamar un aumento salarial sin cuotas, indexado por inflación y que se compute enteramente al básico, estableciendo, para el cargo testigo, un salario de $170.000 (acorde al reclamo histórico de que sea equivalente a media canasta familiar), lo que significa un incremento de alrededor del 100 %. También se reclamó el pago de la deuda del Fonid a los docentes preuniversitarios y su incorporación al básico, el salario para los ad honorem y la eliminación del impuesto al salario.

La asamblea decidió llevar este pliego al Congreso de Conadu Histórica que se realizará el 10 de marzo y mandatar el no inicio del ciclo lectivo, con paros de una semana y evaluación como comienzo del plan de lucha. Sobre este punto, cabe destacar el viraje de la conducción de la AGD, a manos del PO oficial, que además de proponer el no inicio, cuestionó los paros aislados de la federación en 2022. Es una autocrítica no declarada, porque la mesa ejecutiva del gremio acompañó esta orientación general durante el año pasado. En la asamblea hubo un debate sobre la modalidad que debía asumir el no inicio en la UBA, donde las clases comienzan el 20 de marzo en la mayoría de las facultades. Desde la Agrupación Naranja Tendencia, planteamos que la primera semana debía ser con paros y clases públicas para debatir la situación de la universidad; impulsando recorridas, carteles y una amplia difusión de los reclamos entre docentes y estudiantes; convocando a la docencia que todavía no lo ha hecho a sumarse a las medidas de lucha; y realizando asambleas abiertas en las distintas facultades. Finalmente, se resolvió un híbrido: parar sin clases a partir del 13, con actividades de difusión en las unidades académicas y evaluación esa misma semana.

En relación a la reforma en DOSUBA, que excluye a los futuros jubilados, estudiantes, graduados y a los docentes ad honorem de la posibilidad de afiliarse, y que se suma un largo deterioro de las prestaciones y la cobertura de la obra social, se resolvió una serie de iniciativas. En primer lugar, exigir la derogación de la reforma. En segundo lugar, aunque la medida ha despertado una enorme indignación entre los docentes y no docentes, hay muchos que todavía no están enterados. Por eso se votó continuar con las actividades de difusión en facultades y en los medios de comunicación y con la circulación del petitorio que reclama su anulación. También se resolvió una conferencia de prensa frente al Ministerio de Educación el 13 de marzo y una movilización al Rectorado el 15 en la primera sesión del Consejo Superior, para exigir la derogación de la reforma, la apertura de los libros y un refuerzo presupuestario para la obra social. El 15 también se realizará una asamblea docente.

En el día de ayer, el gobierno convocó a una reunión paritaria, que debía realizar en febrero, para el próximo lunes 6, con el doble objetivo de cerrar la negociación de 2022 y abrir la de 2023. La propia forma de la convocatoria sugiere que pretende imponer un paquete 2x1 que evada cualquier recomposición de lo perdido hasta ahora, para negociar un porcentaje global que probablemente vaya en la línea massista del 60% en cuotas. Todo un sector de la burocracia ya ha avalado esta confiscación a los trabajadores y otro sector se apresta a ello. Los docentes universitarios y preuniversitarios debemos estar alerta y oponernos firmemente a esa entrega de nuestras condiciones de vida y de trabajo.

Para ello, vamos por el no inicio en la UBA y en todas las Universidades del país. Por la recomposición urgente de lo perdido y por un verdadero aumento salarial. En defensa de DOSUBA y de las obras sociales. Por el aumento del presupuesto educativo y científico. Aprovechemos las próximas semanas para difundir, deliberar y organizar la lucha universitaria. Por la unidad de la lucha docente junto a la de todos los trabajadores.

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