24 de Marzo: abajo el ajuste contra nuestras vidas - abajo la militarización

El 24 de marzo, hace 47 años, las Fuerzas Armadas dieron un golpe de Estado con el apoyo del conjunto de la clase capitalista, sus representantes políticos y clericales, la burocracia sindical, el FMI y los gobiernos imperialistas de Estados Unidos y Europa, e incluso de la burocracia que, en esa época, regenteaba a la Unión Soviética.

Son los mismos que siguen gobernando Argentina, más la incorporación de una fracción disidente que ocupa un espacio dentro del kirchnerismo, cooptada por el Estado.

No sorprende entonces que los trabajadores suframos la misma política que encararon Videla y Martínez de Hoz: reducción de salarios y jubilaciones, precariedad laboral y una ininterrumpida extensión de la jornada y la semana de trabajo.

Es el sacrificio de nuestras vidas para el mayor lucro del capital.

El 24 de Marzo ha sido convertido en feriado, como ocurriera con el 1° de Mayo, para borrar su condición de jornada de lucha. Una operación política que se ampara en la “defensa de la memoria”.

En “40 años de democracia”, los descendientes políticos de aquellos que azuzaron a los militares a dar el golpe, con el argumento de combatir nada menos que a la “guerrilla fabril”, han intentado todas las vías para absolver a los genocidas. Desde el “punto final” y la “obediencia debida” y los “indultos” hasta el 2x1 a los torturadores condenados.

La dictadura militar, que hoy reivindican los “libertarios”, como Milei y Espert, dio inicio al endeudamiento serial de Argentina. El ‘populismo’ llevó este endeudamiento a niveles de bancarrota, pero el puntapié lo dio el gobierno libertario militar.

47 años después, todas las corrientes patronales, sean oficialistas u opositoras, quieren militarizar a Rosario. Lo hacen a sabiendas de que en Colombia, Perú, México, Ecuador y Centroamérica, esa militarización sólo sirvió para el maridaje entre el alto mando militar y el ‘crimen organizado’.

La militarización es de nuevo el recurso de la burguesía para reprimir lo que ella ha bautizado como la “explosión” social, económica y política.

Para terminar con las huelgas y los acampes. 47 años más tarde, las patronales no visualizan, para un futuro más o menos próximo, otros recursos que los de antaño. Como profetizó en su tiempo el presidente Nicolás Avellaneda: “pagaremos la deuda con la sangre de los argentinos”.

La batalla, el 24 de Marzo de este año, es por la defensa de los derechos democráticos y por los derechos sociales de los trabajadores. Es decir, por el derecho a la vida.

El desafío para los trabajadores es construir un partido de la clase obrera, en la ciudad y en el campo, en las fábricas y en las barriadas, en los colegios y las universidades.

Un partido internacionalista que impulse la lucha por poner fin a las guerras y masacres imperialistas, uniendo a obreros ucranianos y rusos, a turcos e iraníes, a los de Europa entera y Estados Unidos, contra sus gobiernos y Estados explotadores.

Para unir a obreros y campesinos latinoamericanos por una América Latina (India) Socialista.

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