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Las elecciones provinciales del próximo 7 de mayo designarán al sucesor de Morales, que termina su segundo mandato sin posibilidad de reelección. Morales ha gobernado con un sector del peronismo; mantiene acuerdos con Massa; ha sido el gobernador más macrista del país y hoy se apoya en Larreta para integrar una fórmula nacional. Cualquier colectivo le viene bien, si se trata de defender los intereses de los monopolios mineros y del capital financiero.
La explotación del litio es la plataforma nacional de Morales y la supuesta “panacea” para el Noroeste. Los grupos capitalistas en pugna por el litio condicionan, sin embargo, sus inversiones a una megadevaluación del peso y la liberación del mercado de cambios para girar al exterior sus utilidades y los intereses que deberán pagar por el endeudamiento que financiará la explotación de minerales. No alcanza, para los pulpos mineros, la “estabilidad fiscal y cambiaria” que proponen Massa y los Fernández, porque se trata de un gobierno quebrado que lucha por llegar al final del mandato. En los yacimientos de litio rige ya una ‘reforma laboral’ que implica: tercerización de la producción por medio de sub-contratistas que pagan salarios de miseria, y un régimen de extensión de la semana laboral y de flexibilización del trabajo. Bajo el gobierno de Morales, los salarios estatales perdieron más de la mitad del poder adquisitivo, en tanto se instaló un régimen de persecución de los luchadores. Morales impulsa una reforma de la Constitución de la provincia para castigar penalmente los piquetes de trabajadores y los métodos de lucha directos.
En Jujuy se ha producido una reforma laboral de hecho: empleos no registrados, precarios y flexibilizados. La provincia es una suerte de zona franca, sin derechos laborales. Al mismo tiempo se han dispuesto leyes de emergencia, fondos especiales, exenciones impositivas, privatizaciones (Ingenio La Esperanza) y demás subsidios para los grandes capitalistas.
Este régimen no ha impedido, sin embargo, el cierre de casi toda la industria metalúrgica en Palpalá, los de Mina Aguilar y Pirquita (reabiertas después de liquidar todas las conquistas obreras).
Los puestos de trabajo perdidos han sido reemplazados por trabajo precario y flexibilizado, muchas veces disimulado como trabajo ‘autónomo’. El trabajo agropecuario es precario en el tabaco, el citrus y la horticultura. .
Por su parte, el Estado ha dispuesto “pases a planta” que desconocen todos los derechos adquiridos. En los “pases a planta” se desconoce la antigüedad de los trabajadores contratados y las categorías, e inclusive se han reducido los salarios. Los compañeros que cobran un plan deben cumplir una contraprestación al interior del propio estado, sin convenio ni derechos laborales y previsionales, sin obra social ni derechos sindicales. Morales ha establecido un estado de extorsión laboral.
En esta elección, también se votarán representantes para una reforma parcial de la Constitución. El gobierno fracasó en el propósito de habilitar un tercer mandato de Morales, pero está firme en el de imponer un proyecto reaccionario. El establecimiento del sistema judicial acusatorio apunta, por sobre todo, a agilizar las condenas contra los luchadores obreros y populares. El contaminador por excelencia – el extractivismo y la deposición de residuos patológicos – plantea con descaro la “defensa del medio ambiente y de la tierra”. Los convencionales de “Política Obrera”, plantearemos la disolución de esta Constituyente anti-obrera, e impulsaremos un plan de lucha para bloquear el éxito de sus disposiciones contrarias a los derechos sindicales y políticos de los trabajadores.
Una verdadera Asamblea Constituyente, soberana y resolutiva, sólo puede ser convocada por un gobierno de trabajadores.
Las elecciones encuentran al peronismo en el momento más agudo de su descomposición.
Un sector del PJ volverá a aliarse con el frente oficial radical-macrista de Cambia-Jujuy; el resto, irá dividido en tres bloques: el de Rivarola, que responde al oficialismo nacional; el del senador Snopek, que ha arrastrado a la CCC, la TUPAC y otras organizaciones filokirchneristas, y el del ex rector Tecchi. Snopek se ha integrado a un bloque autónomo en el Senado nacional, para promover una nueva mayoría en alianza con el macrismo.
El intendente de Perico, por su parte, buscó una alianza con los libertarios y Milei, pero éste ha terminado desconociendo el acuerdo y a los propios libertarios jujeños.
El FITU ha dilapidado las grandes votaciones de 2017 y 2021. Se encuentra enfrascado en una disputa sin principios y por fuera de las luchas de los trabajadores. El PTS y Vilca ha dilapidado las posibilidades de lucha política socialista que ofrece la tribuna parlamentaria. El Partido Obrero oficial no ha hecho pie en la provincia; se ha valido de los planes del ministerio de Desarrollo Social para sustituir la organización de un partido revolucionario y socialista.
Luego de una tenaz lucha política, donde enfrentamos los bloqueos del Estado y del aparato nacional del Partido Obrero que confiscó nuestra personería electoral, los militantes que habíamos construido el Partido Obrero en Jujuy hemos re-conquistado la legalidad electoral.
Como POLITICA OBRERA vamos a utilizar esta campaña electoral, en primer lugar como una plataforma de agitación política contra el gobierno y el Estado patronal que ha llevado al mayor nivel histórico de pobreza a la mayoría del pueblo. Frente a la miseria social, la destrucción climática, el derrumbe económico y la guerra imperialista, reivindicamos la lucha por un gobierno de trabajadores y el socialismo.
Nuestra lista de candidatos es representativa de este propósito: trabajadores autoconvocados de la salud, estatales, docentes, obreros del citrus, del tabaco, de la construcción y organizadoras de las barriadas.
Política Obrera lleva en sus listas a representantes de las principales expresiones de lucha en nuestra provincia.
En un mundo atravesado por la pandemia del covid, sus secuelas y la amenaza de nuevas pandemias; por la destrucción sistemática del ambiente y la naturaleza; por la guerra imperialista en Europa; por bancarrotas financieras sistémicas; en definitiva, por una; crisis humanitaria sin precedentes; la lucha por la unidad internacional de los trabajadores y por el socialismo es más urgente que nunca. Solo la intervención histórica independiente de los trabajadores podrá poner en debate la perspectiva de satisfacción de todos nuestros reclamos y acabar con la pobreza, la miseria, la desocupación, la guerra y la destrucción.
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