Escribe Julio Gudiño
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SUTEBA afirma, en un bochornoso comunicado de prensa, que por demanda “urgente” del FUDB el gobierno de Axel Kicillof aplicó una “actualización salarial” que pone el “poder adquisitivo del salario docente por arriba de la inflación” (Suteba.org.ar, 11/05). Esto es sencillamente un embuste.
En términos concretos, lo único que ofreció el gobierno provincial fue adelantar la tercera cuota de la paritaria que iba de enero a agosto. En vez de cobrar la tercera cuota en septiembre se cobrará en junio. Con esta “actualización del salario” el salario del trabajador docente quedará 15% por debajo de la inflación porque la inflación acumulada de enero a junio ascenderá al 55% y el aumento de salario nominal percibido en el mismo periodo será de 40,5%. En conclusión, estamos ante una reducción salarial. Esta nueva reducción del poder adquisitivo del salario consolida la tendencia a la baja del salario docente en los últimos ocho años. Este hecho es el que explica la sistemática extensión de la jornada de trabajo de la docencia que está obligada a trabajar dos y hasta tres turnos para subsistir. A su vez, la sobrecarga laboral de muchos docentes tiene como contracara el crecimiento del desempleo y la caída de la calidad académica porque no pueden existir docentes con formación académica si trabajan 10-12 horas por día.
Por otra parte, lo firmado por las burocracias del FUDB no contempla una reivindicación esencial en un cuadro de alta inflación: la indexación del salario. Sucede que con una inflación mensual que se acerca a los dos dígitos no hay aumento salarial posible sin que el mismo se indexe mensualmente. Todos los precios de los bienes y servicios se indexan por inflación, menos los salarios y las jubilaciones que pierden semanalmente su poder adquisitivo. Todo aumento de salario conquistado en una paritaria por medio de una lucha será carcomido por la inflación si no va acompañado de cláusulas de indexación mensual.
Las direcciones oficialistas de los sindicatos docentes enrolados unos en la CGT y otros en la CTA están comprometidos hasta los tuétanos con el “plan aguantar” blindado por el FMI y la embajada norteamericana y en función de ello aceptan entregar el salario y las condiciones de trabajo.
Los trabajadores docentes y todo el movimiento obrero argentino necesitamos construir una huelga general indefinida que sea el punto de inflexión para comenzar a recuperar salarios, terminar con la flexibilidad laboral y por condiciones de trabajo seguras. Este 17 y de 18 paremos masivamente en la perspectiva de construir la huelga general.
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