OMS: la declaración del “fin de la pandemia” y su impacto a nivel mundial

Escribe Soledad Domínguez

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El 5 de mayo de este año Tedros Adhanom Gebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró el fin emergencia sanitaria internacional por COVID-19, siguiendo las recomendaciones del comité de emergencia de dicho organismo. En su discurso advirtió que “esto no significa que COVID-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial” y que COVID-19 sigue siendo una prioridad de salud pública global” (6/05). En los hechos, el fin de la pandemia significa el desmantelamiento de los dispositivos de seguimiento, control y prevención de la misma, pese a los impactos que sigue causando el COVID-19 en la población a nivel mundial.

La declaración de que la COVID-19 ya no constituye una emergencia de salud pública de importancia internacional implica que es el momento en que los países pasen del modo de emergencia al manejo y control de la COVID-19 como otras enfermedades infecciosas, considerándose al COVID, ahora, como un problema de salud establecido y persistente. Sin embargo, la OMS, menciona que el virus llegó para quedarse: A fines de abril del 2023, la enfermedad se cobró una vida cada tres minutos y ahora mismo hay ingresadas miles de personas en las unidades de cuidados intensivos (informe de la Organización Panamericana de la Salud, 6/05). En la actualidad, se producen más de 12.000 muertes a nivel mundial atribuibles a la pandemia cada día, según Our World in Data y The Economist, lo que equivale a 1 millón de personas muertas cada tres meses. Según la OMS, el COVID-19 seguirá evolucionando en variantes y sub-variantes de menor gravedad.

Con el anuncio de la OMS, el desmantelamiento de los sistemas de salud para combatir al COVID-19 ha avanzado a nivel mundial: El gobierno estadounidense de Joe Biden dejó que expirara la emergencia de salud pública nacional por COVID-19, mientras los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), contabilizan que el 6,1 por ciento de los adultos estadounidenses padece COVID persistente en la actualidad. Esto significa que más de 1 millón de estadounidenses que sufre este mal debilitante podrían perder su cobertura médica. A su vez, la expiración de la PHE privatizará la distribución de pruebas, tratamientos y vacunas para el COVID-19 cuando se agoten las existencias en los próximos meses. Sus fabricantes como Pfizer planean vender sus vacunas a precios de hasta $130 por dosis y el antiviral Paxlovid potencialmente a $500, mientras las pruebas rápidas costarán $10 cada una (WSWS, 11/05). Esto dificultará el acceso de aproximadamente 30 millones de estadounidenses sin seguro.

Por su parte, la ministra de salud de Brasil, en relación a la declaración del fin de la emergencia sanitaria por COVID-19, declaró: "Nuestro país recibe esta noticia con esperanza" y reconoció que: “Vamos a seguir viviendo con el COVID-19, que sigue evolucionando y mutando” (WSWS, 15/05), manteniendo como única medida de prevención la vacunación. Pero, esto no ha tenido grandes resultados: para el 20 de abril, sólo 17,6% de la población de riesgo, mayor de 60 años o cursando embarazo, había recibido la vacuna bivalente en Brasil. Este año, con el predominio de la subvariante XBB.1.5, en Brasil ya se han notificado 1.180.640 casos y 8.263 muertes y, en total, Brasil cuenta con 37 millones de casos y 702.000 muertes, además de los incontables millones de personas que padecen COVID persistente (ídem). A su vez, un estudio realizado a principios de este año estimó que, a finales de 2022, Brasil tendría 1,14 millones de muertes por COVID-19, un número 1,6 veces mayor que los 693.000 registrados hasta entonces.

Por su parte, Sri Lanka, del 1 al 22 de mayo, informó oficialmente 23 muertes relacionadas con COVID, o un promedio de una persona por día, con 195 casos o un promedio diario de nueve casos. Dado que el país solo realiza un número muy limitado de pruebas de COVID-19, las cifras reales deben ser mucho más altas. (WSWS, 25/05). Contando con casi 15 millones, o el 67,6 % de la población completamente vacunados al 23 de octubre de 2022.

El anuncio de la OMS se produjo a pesar de las 12.000 muertes diarias a nivel mundial atribuibles a la pandemia, según la contabilidad de Our World in Data. Esta cifra se ha disparado considerablemente desde marzo con la subvariante Arcturus volviéndose dominante en la India.

La declaración del Fin de la Pandemia significa avanzar en el desmantelamiento de los sistemas de salud mientras que el COVID-19 y sus secuelas siguen causando estragos en la población a nivel mundial, e incluso cuando no quedan descartadas la aparición de nuevas pandemias y epidemias.

Referencias:

https://www.who.int/es/news/item/05-05-2023-statement-on-the-fifteenth-meeting-of-the-international-health-regulations-(2005)-emergency-committee-regarding-the-coronavirus-disease-(covid-19)-pandemic

https://www.paho.org/es/noticias/6-5-2023-se-acaba-emergencia-por-pandemia-pero-covid-19-continua

https://www.wsws.org/en/articles/2023/05/26/aejh-m26.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws

https://www.wsws.org/es/articles/2023/05/13/pers-m13.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws

https://www.wsws.org/es/articles/2023/05/15/64a8-m15.html?pk_campaign=newsletter&pk_kwd=wsws

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