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A fines de julio pasado, la conducción del SITAS maniobró para suspender el plan de lucha que venía desarrollándose desde noviembre del 2022 por el salario. En el marco de aquella lucha se desarrollaron paros internos, jornadas sin concurrencia e importantes movilizaciones. Para levantar el plan de lucha, la conducción del SITAS alegó que se había logrado la sanción de una Ley que modificaba los coeficientes de la Ley de Carrera Sanitaria. De aplicarse, iba impactar significativamente en los salarios de los trabajadores. Sin embargo, la aplicación de la Ley iba a ser gradual y los porcentajes dependían del presupuesto cada vez más estrecho de la provincia, condicionados, a su vez, a la discusión paritaria. En aquella oportunidad, los burócratas de ATSA y de otros gremios menores de la salud, se empujaban para sacarse fotos en la legislatura con los funcionarios del gobierno. A ese espectáculo se sumó la dirigencia del SITAS. Pero la euforia se fue disipando en pocos días, pues, tras una serie de reuniones dilatorias, lo único que ofreció el gobierno es un 21% de aumento con el sueldo de septiembre (a cobrar en octubre) del cual de ese porcentaje solo el 10% iría a modificar los coeficientes establecidos en la Ley de Carrera Sanitaria. Una miseria frente a un proceso hiperinflacionario que ha derrumbado los salarios existentes.
Frente a ello, comenzaron a realizarse asambleas base en los hospitales de toda la provincia que se iban pronunciando por retomar el plan de lucha. Esto desembocó en una asamblea interhospitalaria convocada por el SITAS, previa caravana por el centro de la ciudad.
En dicha asamblea se resolvió un plan de paros progresivos con concurrencia que reunió 126 votos contra 26 que planteaban paro sin concurrencia por tiempo indefinido.
Vale aclarar que la conducción del SITAS ha impuesto, desde la conformación del sindicato, un mecanismo antidemocrático para el funcionamiento y votación en las interhospitalarias. Por un lado, en su desarrollo se permiten los discursos, pero no alterar los mandatos, por lo cual la instancia no es soberana, se limita en definitiva a un recuento de mandatos previos. No solo eso. El sistema de votación impuesto por la conducción del SITAS establece un sistema de puntuación donde las instituciones de salud, ya sean Caps u hospitales, en relación a sus afiliados. O sea que no se tiene presente la participación de esos afiliados en las asambleas de base. Si a eso se suma que algunos mandatos no cuentan con la firma de los asistentes a las asambleas, sino que llegan a la interhospitalaria por medio de un mensaje de WhatsApp, se ha instalado un sistema que se presta a todo tipo de manipulación y maniobras de la conducción.
Todo este sistema viene siendo cuestionados por los afiliados y algunos delegados.
A pesar de todas estas maniobras, en esta asamblea todos los mandatos venían con mociones a favor de retomar el proceso de lucha. El próximo lunes comenzarán los paros internos en todo el sistema de salud de la provincia. El reclamo salarial adopto la forma de exigir la aplicación inmediata de la Ley de Carrera Sanitaria, pero con aumento de los coeficientes que signifiquen aumentos de los salarios por encima de la inflación.
El reclamo choca con la decisión del gobierno a ajustar los salarios a la baja, como ha impuesto el FMI. Tirar abajo este esquema va a requerir inexorablemente organizar una lucha a fondo, que no puede ser otra que la huelga general y la elección de una dirección para organizarla y dirigirla.
El escenario provincial se está caldeando en varios sectores, que ya han salido a la lucha, como es el caso de la docencia tanto provincial como universitaria, lo que abre la posibilidad de coordinar una lucha de conjunto.
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