Santa Fe: organicemos la huelga general autoconvocada por un salario igual a la canasta familiar

Conocida la inflación de agosto, del 12,4 %, la brecha existente entre la inflación acumulada del año en curso y el salario de los trabajadores públicos de Santa Fe superó el 30 %. Desde enero hasta agosto, mes del último indicador publicado, la inflación del Índice de Precios al Consumidor medido por el INDEC alcanzó el 80,2 %, en tanto que el salario acumulado, establecido por la paritaria acordada entre el gobierno de Omar Perotti y las burocracias de ATE, UPCN, AMSAFE y SADOP, hasta el último día hábil del mismo mes, había alcanzado solamente el 49,1 %. Hay que tener en cuenta que los trabajadores cobramos nuestros haberes a mes vencido, mientras que el aumento de los precios es continuo, es decir, cuando cobramos el salario de un mes, por caso, agosto, la inflación de ese mismo mes ya impactó sobre nuestros consumos, a los que tuvimos que hacer frente con el salario del mes anterior. Este mecanismo de atraso del salario respecto de la inflación es por lo que perdimos un salario completo durante el año pasado y seguimos perdiendo mes a mes.

El acuerdo paritario estableció un 25 % de actualización con el salario cobrado en septiembre, un 7 % más en cada uno de los meses de octubre y noviembre, y un 6 % en diciembre y en enero. Todos los porcentajes se expresan en función del salario de febrero, por lo que representan aproximadamente la mitad de ese porcentaje cuando se lo compara con el mes anterior. Es decir, la paritaria firmada es una farsa frente a una hiperinflación en puerta. El 25 % cobrado a principios de septiembre, por ejemplo, es solamente un 16,4 % respecto del salario del mes anterior, en el que la inflación de alimentos alcanzó el 15,6 % según los índices oficiales, y bastante más según las consultoras que miden la evolución de precios en comercios de cercanía. Las cuotas de 6 % y 7 % para los meses que restan hasta enero son una provocación: En un cargo docente representan 8 y 9.000 pesos, respectivamente, y algo menos en la categoría 1 del escalafón estatal.

La paritaria se encuentra cerrada hasta marzo y el acuerdo firmado sólo prevé una cláusula de actualización recién cuando se conozca la inflación de octubre, lo que ocurrirá a mediados de noviembre. Es decir, con suerte se cobraría una actualización muy tardíamente, a finales de noviembre, si se pagara por planilla complementaria, o en diciembre, cuando se pague el salario siguiente. Frente a la devaluación y la inflación creciente la burocracia sindical no ha abierto la boca. La oposición de AMMSAFE Rosario, en tanto, ha publicado una infografía que plantea que mientras la inflación hasta agosto fue del 80,2 %, el salario actualizado por paritaria, hasta el mismo mes, fue del 74,1 %, sacando la tramposa conclusión de que los salarios están solamente 6,1 % por debajo de la inflación. Así, desconocen lo que denunciamos en el primer párrafo de esta nota, que es que en agosto el salario estuvo 31 % por debajo de la inflación, nada menos. Con esta enorme concesión a la burocracia y al gobierno preparan el terreno para un posible “adelanto de tramos” del gobierno, que no resolverá en nada la situación de los trabajadores, mientras que las consultoras ya anuncian una inflación de dos dígitos también para septiembre.

El salario del cargo inicial docente, que es apenas superior al estatal de la categoría uno, se encuentra hoy en $237.000 pesos. La línea de pobreza superará los $300.000 en septiembre. La canasta familiar no es una aspiración utópica ni lejana, como plantean los dirigentes de AMSAFE Rosario, cuando dicen que la lucha por el salario se da “con el horizonte” (sic) de la canasta familiar. Se trata del monto que efectivamente necesita una familia, HOY, para acceder a los consumos necesarios para reproducir su vida, por lo que, si no se lo obtiene con un salario, obliga a conseguir dos. Esto es lo que explica que tantos compañeros docentes tengan dos y hasta tres cargos, trabajando turno mañana, tarde y noche; que los catedráticos cumplan el máximo permitido de 44 horas y agreguen trabajo con el plan FINES, o algún otro que paga en negro y no computa para el tope; o que los compañeros estatales busquen otro trabajo a contraturno.

La precarización del trabajo es la precarización del conjunto de la vida social, incluido el deterioro de la salud. Un padre o una madre obligada a trabajar 10, 12 ó 14 horas por jornada no puede atender correctamente a la crianza de los hijos, no puede alimentarse correctamente, hacer el ejercicio físico recomendado por los médicos, ni gozar de buena salud mental. La sobrecarga laboral de la docencia va claramente en contra de la calidad educativa. Es al revés de lo que plantean todas las fuerzas políticas patronales en su propaganda electoral, cuando dicen que terminando con los paros va a mejorar la calidad educativa: para tener una educación de calidad debemos ir a una huelga a fondo para duplicar el salario docente, reducir a la mitad la jornada laboral de maestros y profesores y triplicar el presupuesto educativo.

Pongamos en pie autoconvocatorias y organicemos una vigorosa lucha para preparar la Huelga General, única forma de derrotar el ajuste, los planes de guerra a la clase obrera y de enfrentar una crisis de disolución de la moneda. Por un salario inicial por cargo igual a la canasta familiar (hoy por sobre los $450.000), todo al básico y la indexación mensual o quincenal automática por inflación. ¡Trabajadores, pongámonos de pie!

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