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El intendente de Bariloche, Walter Cortés, electo tan solo por el 19 % de los votos en septiembre último, modificó la ordenanza que establece la gratuidad del transporte público para todos los estudiantes de la ciudad.
A partir de ahora, los estudiantes mayores de 18 años ya no gozarán de ese beneficio. La gratuidad se limitará a dos viajes diarios de lunes a viernes de alumnos primarios y secundarios de colegios públicos. Es decir 10 viajes semanales y cuarenta mensuales. La estructura escolar obliga a los estudiantes secundarios a cursar a contraturno Educación Física. Ese viaje deberá costearlo a partir de ahora la familia empobrecida por el brutal ajuste del gobierno.
Los estudiantes universitarios y los del Instituto de Formación Continua Docente deberán costear de sus magros bolsillos el traslado a sus lugares de estudio. La medida de Cortés es un ataque directo a la educación.
La conquista del boleto gratuito se logró en 2012 a través de una intensa lucha estudiantil que incluyó asambleas masivas de estudiantes secundarios, una gran campaña de apoyo al reclamo y la toma de la Sala de Prensa de la Intendencia. Desde ese entonces pasaron tres empresas de colectivos por Bariloche. Actualmente la concesión la tiene la empresa Mí Bus que desde su inicio en la prestación atacó la gratuidad del boleto estudiantil. Sin embargo, su “personal político” nunca logró tocarlo. Ahora este nuevo intendente, que fue dirigente eterno del gremio mercantil y estuvo preso por estafa en la construcción de un sanatorio saca una resolución que deroga una ordenanza. Al mejor estilo DNU barre con una ley local que afectará a las familias trabajadoras. Limitar el boleto estudiantil implicará un gasto impagable. Las consecuencias de la quita de subsidios nacionales anunciada hace tres semanas son trasladadas automáticamente a los trabajadores por el gobierno municipal. No solo deberán costear viajes escolares que excedan los dos por día, sino que lo pagarán con un aumento del 200 %. Actualmente la tarifa es de $320 y se anuncia un boleto de $1.000. La reacción estudiantil no tardó en aparecer. Ya surgieron llamados a asambleas de secundarios. En pocos días probablemente se inicien las clases. Ya se sumarán los docentes quienes recibirán migajas de aumento salarial con el que no podrán pagar los boletos para trasladarse a las escuelas donde trabajan dos turnos.
El intendente que antes de asumir vociferaba que “si le hacían paro él le daría los colectivos a la gente”, no toma ninguna medida respecto de la empresa. Exijamos la apertura de los libros, constatemos la contabilidad para determinar el valor del pasaje.
Defendamos el boleto gratuito estudiantil. Organicemos asambleas de estudiantes y trabajadores.