Escribe Emiliano Fabris
En el aniversario del asesinato de Fuentealba, la policía reprime a docentes en Congreso.
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El paro nacional docente convocado por CTERA tuvo un importante acatamiento, a pesar de ser convocado prácticamente con solo 24 horas de anticipación. La adhesión fue muy importante en las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz, Tucumán, Misiones y Jujuy; fue prácticamente total en Santa Fe y Neuquén, donde se realizó una masiva movilización. Fue bajo, en cambio, en otros lugares, como la Ciudad de Buenos Aires, Santiago del Estero y San Luis. El mismo día pararon también las federaciones de docentes universitarios.
El centro del paro estuvo colocado por parte de la CTERA en la exigencia por la reposición del FONID que acaba de ser eliminado por Milei y el restablecimiento de la paritaria nacional. El mismo día del paro, el vocero presidencial anunció que el gobierno nacional “descontará a los docentes que paran”, lo cual es una mera provocación, porque el descuento solo podría correr por vía de los gobernadores. Se preguntó “¿Qué aporte da un paro a la educación cuando algunos de ellos estuvieron a favor del cierre de las escuelas durante un año y medio en la pandemia?” anticipando de paso que no habrá combate alguno en las escuelas contra el dengue. El gobierno no solo piensa que el paro ‘no aporta’ sino que pretende eliminar directamente el derecho a la huelga mediante la ‘esencialidad’ educativa, para lo cual cuenta con numerosos apoyos en el Congreso. Finalmente redobló sus ataques a la docencia anunciando que modificarán la Ley de Educación Nacional para penalizar el ‘adoctrinamiento’ en las escuelas, algo que para Milei ya es un hecho, según lo expuesto es sus diatribas contra la docencia y todo el sistema educativo por ‘lavar cerebros’.
En la agenda de reivindicaciones, se encuentra la decisiva cuestión de las jubilaciones docentes, cuyas cajas previsionales provinciales acaban de ser desfinanciadas por el gobierno nacional mientras que los docentes dependientes de la ANSES recién recibirán una actualización de haberes en junio.
Los sindicatos provinciales adheridos a la CTERA no agitaron en absoluto este paro, que fue sacado prácticamente de la galera sobre el final de fin de semana extra largo. En las provincias, casi no hubo actividades durante el paro o fueron testimoniales. Esto vale también para la movilización convocada frente al Congreso Nacional por la conducción de la CTERA que fue muy reducida, con un acto que apenas duró 10 minutos y sin sonido. Mientras tanto, un sector combativo de los docentes fue gaseado y reprimido por la policía de la Ciudad, que aplicó el protocolo antipiquetes de Bullrich, que no logró de todas formas desarticular la manifestación. Los sindicatos y agrupaciones opositoras realizaron luego un acto propio.
Culminado el paro, no están previstos ni asambleas ni congresos ni continuidad alguna. La dirección de la CTERA está a la expectativa de que el Congreso sancione una ley para restituir el FONID cuando se está llevando a cabo una negociación entre los gobernadores y Milei para establecer nuevos ataques contra los derechos laborales y previsionales en una nueva ‘ley de bases’. El gobierno nacional no se ha movido un milímetro en sus ataques e incluso encuentra lugar para seguir avanzando, como sucedería en caso del mentiroso ‘adoctrinamiento’. El otro costado derrotista de la CTERA es su alianza con los gobernadores, que supone una desmovilización de la docencia para que no reclame por los aumentos necesarios que se niegan a otorgar en las paritarias provinciales. En este sentido, en Buenos Aires, un sector de la docencia no se adhirió porque todavía sufre los masivos descuentos que le aplicó Kicillof en el pasado. En Tucumán, Jaldo también amenazó con descontar este paro.
La ‘tregua’ que CTERA le está dando a Milei y los gobernadores llegó para quedarse. Discutamos un balance del cuadro que enfrentamos para tomar iniciativas desde abajo, desde los sindicatos opositores, mediante autoconvocatorias para defender el salario, la escuela pública y todos los derechos de la docencia mediante una gran huelga general.