Escribe Emiliano Fabris
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Kicillof ofreció a los docentes un aumento del 9,5 % ‘en promedio’ correspondiente a la paritaria del mes de abril, a cobrar en mayo. Desde el vamos, el aumento es inferior a la inflación oficial de marzo del 11 % publicada por el INDEC, lo cual había sido adelantado hace unos días por el Gobernador a todos los sindicatos docentes de la provincia, que asintieron comprensivamente ante quien han definido como un “amigo de los docentes”.
En un comunicado, el FUDB informa que este aumento “incrementa fundamentalmente el salario básico docente” –sin mayores detalles-, el cual se encuentra a marzo del 2024 en unos miserables $176.464 para un maestro de grado sin antigüedad y por cargo. La burocracia presenta esto como una ‘compensación’ por una actualización a la baja, pero que concretamente deja el salario de bolsillo para el caso recién señalado, en mayo, en $420.000. Significan unos $45.242 nuevos. Con respecto a diciembre del 2023, el aumento del salario de bolsillo lleva un 29 % de incremento, muy por detrás de la inflación acumulada del 51,6 %. La paritaria 2023 fue cerrada por decreto por Kicillof, quien luego pagó por un mes el Incentivo Docente discontinuado por Milei y que ahora se ha dejado de pagar por completo. Todas las actualizaciones del 2024 se hacen sobre un ya devaluado salario de diciembre del 2023.
Esta paritaria ya ha sido aceptada por el FUDB, como lo ha expresado la secretaria adjunta de SUTEBA, María Laura Torre, al finalizar la reunión. Sucede que solo hay tiempo hasta el 17 de abril para que este ‘incremento’ ingrese en la liquidación a cobrar en mayo: es tómalo o déjalo. De hecho, la paritaria había sido convocada inicialmente para el lunes 15 y fue luego postergada para el miércoles 16. Es decir que concretamente no hay ninguna discusión paritaria sino ‘encuentros’ mensuales que ofician de taparrabos para hacer pasar las cifras establecidas por el gobernador unilateralmente. En las ‘consultas’ que el 17 y 18 se harán en SUTEBA y otros sindicatos, los docentes son convidados de piedra y también lo vienen siendo durante todo el año.
Una vez más el FUDB rescata a Kicillof para que licue el salario de los docentes, dado “un contexto económico de ajuste nacional en la educación pública” y la eliminación del Incentivo Docente, Conectividad, etc. Kicillof anunció que presentaría un reclamo por ello ante la Corte Suprema de Justicia, la cual acaba de rechazar dos recursos presentados contra el DNU de Milei. Con estas formalidades, gana tiempo para imponer ajustes a los docentes y estatales de la provincia, una realidad que se emparenta al fin y al cabo con la motosierra y licuadora de Milei a nivel nacional contra salarios, jubilaciones y gastos sociales que es definitivamente brutal. Mientras esto ocurre Kicillof apuesta a un lejano año electoral en 2027 y a esto apunta su presencia en la marcha universitaria del próximo 23 de abril, que convoca la CTERA mediante una ‘jornada de protesta’.
Tenemos que rechazar esta paritaria que, de nuevo, ya ha sido aceptada sin mandato. Si Kicillof quiere enfrentar realmente el ajuste de Milei no debería hacer lo propio en su pago. Si los docentes no tenemos voz ni voto, los paritarios docentes carecen de representatividad alguna en un contexto de inflación de dos dígitos mensuales y de un gobierno nacional que pretende, sin tapujos, la privatización completa de la educación pública. Por ello tenemos que movilizar masivamente con la perspectiva de autoconvocarnos y preparar una huelga general.