Escribe Nicolás Morel
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Luego de la masiva movilización del 23 de abril, el gobierno recibió, nuevamente, a una comitiva de representantes del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).
A diferencia de oportunidades anteriores, la reunión contó, esta vez, con la presencia de la ministra de ´Capital Humano´, Sandra Petovello, a cargo del área educativa. El resultado fue nulo. El ahogo presupuestario, dicen los rectores y decanos, inviabiliza el inicio del próximo cuatrimestre. Desde el CIN, en un comunicado, sin embargo, celebraron la decisión del gobierno de involucrar a la ministra en la mesa de negociaciones, a pesar de la ausencia confesa de “resultados concretos inmediatos”. Mientras tanto, la Facultad de Exactas de la UBA ha advertido que solamente dispone de presupuesto para un mes más de funcionamiento; en el caso de Filosofía y Letras, en palabras de su Decano, dispone de sólo 20 millones de pesos de los 120 que tenía en enero para afrontar el pago de salarios, servicios, becas y gastos de infraestructura durante todo el año. El conjunto de las universidades nacionales se encuentran a oscuras por decisión del CIN.
A nivel parlamentario, los mismos partidos que dirigen las universidades junto al peronismo, dieron media sanción a la antiobrera “Ley ómnibus”. Luego de la movilización del 23, las camarillas que gobiernan las universidades han apostado exclusivamente a la negociación a puertas cerradas con el gobierno, abandonando cualquier iniciativa de una nueva movilización política.
La movilización del 23 estuvo precedida por piquetes con clases públicas, movilizaciones callejeras masivas, asambleas autoconvocadas y tomas de facultades y otros lugares de estudio. Ese es el camino para enfrentar al gobierno. La orientación que se desprende de las organizaciones estudiantiles, sin embargo, es la contraria. La Federación Universitaria Argentina (FUA) y sus federaciones regionales son una caja de resonancia de la política del CIN. Promueven una línea de subordinación política del estudiantado a las negociaciones de los rectores con el gobierno. El kirchnerismo y el FITU siguen la línea de presionar a estas direcciones para que “hagan algo”. Como consecuencia, se han vuelto un factor de inmovilismo dentro del activismo.
Luego de la marcha del 23 para el activismo estudiantil y docente se abre un desafío político de magnitud: retomar la lucha, con clases en la calle y tomas de edificio y asambleas conjuntas de facultades y una gran asamblea universitaria por provincias y distritos
La negociación entre los rectores y el gobierno Después de la gran marcha educativa. Por Federico Fernández, 26/04/2024.
El planteo de los rectores: que los docentes y no docentes arreglen “en una paritaria con el gobierno” Por Marcelo Ramal, 24/04/2024.