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El pasado miércoles 29 de mayo, cinco trabajadores de la planta de Avellaneda de Tenaris SIAT fueron despedidos. En este caso, los trabajadores fueron acusados por la empresa de negarse a llevar adelante la producción, cuando en realidad se negaron a saltearse los procedimientos de seguridad y calidad. El hecho de que entre los despedidos haya trabajadores de muchísima antigüedad en la planta y hasta algunos supervisores demuestra que lo que la empresa encubre como una falta de constricción al trabajo de los despedidos se trata, en realidad, de la defensa de los trabajadores de los procedimientos de trabajo seguro y de calidad.
La planta de Siat Tenaris produce los caños sin costura para el Gasoducto Néstor Kirchner y ya recibió, a partir del retardo en las obras de reversión del gasoducto del Norte, una reducción de personal sustancial. Los trabajadores realizaron, a instancias de la Comisión Interna, una asamblea en la que resolvieron por unanimidad el paro, o “retención de tareas”, como lo presentaron los delegados ante los medios. El Ministerio de Trabajo dictó una Conciliación Obligatoria por los siguientes 15 días hábiles. Los delegados de planta sometieron el acatamiento de la medida a la decisión de la asamblea, que la aprobó. El pasado lunes los despedidos volvieron a sus puestos de trabajo.
Paralelamente, se han notificado más de 30 bajas de contratos a trabajadores de la planta de Siderca en Campana, que se suman a los suspendidos y dispensados. La particularidad de esta tanda de despidos es que, según fuentes periodísticas, “los trabajadores ocupan un conjunto de puestos fundamentales para la producción, y lo habitual era que pasaran a ser trabajadores efectivos de la empresa” (Anred).
En la planta de Techint General Savio, debido a la falta de mantenimiento e inversión de la empresa hubo una serie de accidentes laborales, de los cuales el último le costó la vida a Nicolás Troyas, operario del sector de calderas. La negligencia de la empresa ahorrando gastos en los sistemas de inyección de gas en las calderas produjo el estallido de la cañería, lo cual al incendiarse produjo heridas a dos operarios de dicha planta. En respuesta a esta muerte obrera, la burocracia de la UOM San Nicolás llevó adelante una medida de fuerza que paralizó la planta sólo por 24 horas, en reclamo de mayor seguridad. La precarización de las condiciones de seguridad en el trabajo también son parte de la ofensiva patronal.
Como se ve, Techint está a la cabeza de una ofensiva reaccionaria general, que incluye despidos, suspensiones, congelamiento de los salarios y precarización de las condiciones de trabajo, pero que no se limita a Techint. Las otras siderúrgicas y metalúrgicas siguen la misma agenda: solo en las últimas semanas hay despidos en Ferrum, Whirlpool, FV, Montich Córdoba, Gonella Entre Ríos, Garro (en Venado Tuerto). Las suspensiones son en todas las plantas, con Acindar a la cabeza.
Los trabajadores siderúrgicos de la rama 21 siguen cobrando, ahora en mayo, los salarios sin aumentos desde noviembre, mientras la inflación de diciembre a mayo superó el 100 %. La rama 21 de la producción de acero es dominada por el Grupo Techint de Paolo Rocca. Techint ubicó en el gobierno de Milei a un grupo de funcionarios propios, entre ellos Julio Cordero, actualmente secretario de Trabajo. Pero el ataque de Techint a los trabajadores no se reduce al congelamiento de los salarios por un semestre, sino que incluye suspensiones, despidos, precarización de las condiciones de seguridad laboral.
La respuesta de la UOM del kirchnerista Abel Furlán no va más allá de medidas de lucha dosificadas, planes de lucha pasteurizados y movilizaciones que no marcan un rumbo. Hasta tal punto está planteada la huelga general de los siderúrgicos que la paritaria ha entrado en un impasse sin salida, porque Furlán se niega a convocarla y todavía no han madurado las condiciones para que los trabajadores se autoconvoquen. La maniobra del plebiscito para forzar a los trabajadores a aceptar salarios a la baja fracasó rotundamente.
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