Escribe Aldana González
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Como buen fanático de los maximalismos, el gobierno de Milei puede empezar a jactarse de ser uno de los mayores defolteadores del universo. A los generadores de energía lleva pagándoles solo el 30 % de la energía que circula en el sistema -los arregló con un bono que implica una quita del 50 %- y ahora se suma la deuda con los generadores de energía renovables.
Desde la implementación del Programa RenovAr impulsado por Mauricio Macri, la generación eólica y solar tiene prioridad de despacho, pese a que vale el doble, y a la diferencia la paga el Estado. En condiciones normales, un 35 % de la generación de energía pertenece al programa RenoVar.
En 2017, cuando Luis "Toto" Caputo fue ministro de Finanzas de Mauricio Macri, determinó la emisión de Letras del Tesoro a ser entregadas al Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (Foder), a fin de ser utilizadas como garantía de pago de las tarifas dolarizadas que se les reconocían a los que invertían en ese sector (LPO, 16/07).
Esto generó polémica en su momento porque se otorgaba un sobreprecio subsidiado y garantizado mediante ‘puts’ por más de 4.000 millones de dólares y más aún, porque los parques eólicos implicados pertenecían en parte a la familia Macri. Durante los años 2016 a 2019, se colocaron y emitieron Letras del Tesoro Foder por más de 13.000 millones de dólares para pagar la generación de energía renovable.
Hoy el incumplimiento de los pagos por parte de CAMESSA implica una deuda que se calcula en más de 7.000 millones de dólares -el equivalente a tres gasoductos Néstor Kirchner- y habilita a los acreedores a gatillar el cobro de los puts. Este no pago implica un desconocimiento de contratos -por parte del acérrimo defensor mundial de la propiedad privada- que fueron firmados ante el Banco Mundial.
Entre los acreedores de los afectados se encuentran organismos multilaterales de crédito, bancos internacionales, fondos de inversión y otros Estados soberanos. A los generadores de energía convencional tampoco les cumplió la promesa de regularizar los pagos a partir de la aceptación del bono, con lo cual se sigue aumentando la deuda.
Yendo a otro rubro de defolteados, los importadores, a quienes arregló con otro bono, el aumento de deuda con ellos se desaceleró por el derrumbe de más de un 50 % del volumen de la mercadería y los insumos que entran al país, todo gracias a la recesión planificada por Milei.
El gobierno sigue incumpliendo con los pagos al solo fin de dibujar superávit. Con el de junio -un supuesto superávit primario de 488.000 millones de pesos- lleva el récord de 6 meses de cuentas “positivas”. Tras el pago de vencimientos de deuda, alcanzó un supuesto superávit financiero por más de 200.000 millones de pesos. Son saldos positivos completamente artificiales, hechos a fuerza de dejar muertos por todos lados que alimentan un default de magnitud.
Esta necesidad de pisar los pagos se acrecienta tras los anuncios de que el Banco Central dejará de emitir pesos hasta para la compra de dólares. Y los dólares los necesita para pagar vencimiento de deuda. Y como Caputo, además, a una parte de los dólares la está quemando en los mercados paralelos para bajar el precio y así regalarle un dólar subsidiado a los fondos de inversión que vinieron a hacer carry trade a la Argentina, el Gobierno solo podrá sostener las cuentas al costo de seguir dejando pagadioses por doquier que, entre otras penurias, ya anuncian apagones energéticos en el verano por falta de suministro.