Escribe Comisión Sindical de Política Obrera
Independencia Obrera.
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Luego de consumar una ola de despidos en Fate y Bridgestone, y ‘retiros voluntarios’ en Pirelli, las patronales han requerido la declaración de un “procedimiento preventivo de crisis”, como lo han hecho, de acuerdo a informes de prensa, casi 40 mil otras empresas en todo el país. Todas ellas alegan como razón la monumental recesión desatada por el gobierno de Milei, sin mencionar, claro, al responsable. El “preventivo de crisis” no es la admisión de una quiebra, sino un recurso legal impuesto por las patronales al Estado, para que las situaciones de crisis sean resueltas o atenuadas a costa de derechos, conquistas y condiciones de vida de los trabajadores. La clase obrera juega intereses estratégicos en el conflicto desatado en el Neumático. Un poderoso movimiento de clase había desalojado a la vieja burocracia, primero de la seccional San Fernando, hace menos de veinte años, y del conjunto de la industria, a partir de 2016. Había horadado el edificio levantado durante décadas por la burocracia sindical, a partir del apoyo del propio Estado, abriendo una perspectiva históricamente independiente para el movimiento obrero.
La lucha de los obreros del Neumático se encuentra ahora en un impasse, desde el momento en que las patronales han logrado imponer centenares de despidos en Bridgestone y ofrece convertir las casi cien cesantías perpetradas en Fate en arreglos ‘voluntarios’. Esto tiene lugar luego de una conciliación obligatoria extendida con acuerdo de las partes. Es evidente que este período de conciliación ha servido al propósito de esta figura legal (entre paréntesis, corporativa y fascista), que es atemperar la indignación de los trabajadores por los despidos masivos -‘enfriar el conflicto’- y bajar la reacción elemental de los trabajadores. Las patronales han procedido en dos etapas: primero un tendal de despidos para medir la pulseada, luego el reclamo para que se declare un ´preventivo de crisis´ para emprender una ´limpieza´ más profunda. En forma interesada se busca dejar en segundo plano los masivos despidos iniciales, y aún más cuando en el intervalo de la “conciliación” se han llegado a arreglos individuales en Fate y Bridgestone. Otro elemento de distracción se ha agregado al conflicto, como la disputa acerca de si el “preventivo de crisis” debe ser resuelto en el Ministerio de Trabajo de Kicillof, o en la Secretaría de Trabajo que maneja Julio Cordero, un ladero de Techint y de la Secretaría de Trabajo de Estados Unidos, con quien la CGT busca integrarse al pacto de Mayo de Milei. Madanes Quintanilla comparte el estudio de abogados con Paolo Rocca de Techint. Aunque las conciliaciones obligatorias han sido un método de preferencia de los gobiernos ‘nacionales y populares’ y los ‘preventivos’ fueron usados en la crisis de 2008 por Cristina Kirchner para subsidiar multinacionales, en la actualidad apunta a imponer la reforma laboral del DNU/70 vigente -dejada en suspenso por la Cámara del Trabajo- y la “Ley Bases” recientemente sancionada.
Tanto el Preventivo de Crisis (PPC) de Fate como el de Bridgestone son un fraude. El requisito de tres balances seguidos con pérdidas, condición legal para pedir un PPC, no lo cumple ninguna de las dos fábricas. Bridgestone alega una acumulación desbordante de stock y dificultades para exportar, que no atribuye a la desvalorización del dólar de exportación sino a una supuesta ‘mala fama’ que le habrían creado los conflictos sindicales. Fate también presentó los últimos tres balances con ganancias. La crisis industrial es, de todos modos, innegable. La prensa de la izquierda aglutinada en el FIT-U pone el acento en la ‘mala fe’ patronal para bajarle el precio a la agudeza del conflicto, reducir la lucha a manifestaciones de protesta y negar que el Sindicato y los obreros del Neumático enfrentan una lucha de gran envergadura. La patronal de Bridgestone pretende reemplazar obreros bajo convenio por contratados por agencia.
La ofensiva patronal está concertada con el gobierno de Milei y su Secretaría de Trabajo, encabezada por el mencionado Cordero. Los argumentos de las patronales es que el SUTNA es un obstáculo para la producción.
Los 97 despidos en Fate tuvieron lugar en mayo. De una primera conciliación obligatoria se pasó a otra, y ahora al Preventivo de Crisis. Los obreros están impedidos de hacer huelgas pero la empresa no está obligada a retrotraer los despidos. Los compañeros están afuera de sus puestos de trabajo. Las dilaciones consensuadas debilitan a los trabajadores. La patronal de Fate liquida las indemnizaciones por debajo de lo que corresponde por ley, pero si el trabajador la cuestiona estaría aceptando el despido desde el punto de vista de la ley. Ahora está haciendo lo contrario –ofrece pagarlas por encima de la obligación, con la advertencia de que el ‘preventivo’ la autoriza a ofrecer la mitad. Ha lanzado una ofensiva de arreglos al 120% de la indemnización; son despidos encubiertos, pues con el PPC se reducirían al 50 por ciento. Dar por zanjado el conflicto de clase en estos términos, no sólo afecta a quienes rechazan el despido sino que constituyen un golpe a la organización de clase de los trabajadores, que además de defender los intereses inmediatos de la fuerza de trabajo, deben ser instrumentos de lucha por su liberación histórica. Es oponer al sindicalismo clasista, el corporativismo sindical.
Fate, además, ha impuesto un fuerte incremento de los ritmos laborales y condiciones pésimas de trabajo, pero exige todavía más. Es una de las fábricas donde se trabaja jornadas semanales de siete días, en turnos americanos (rotativos) y con abundancia de accidentes laborales. Mientras se tramita el PPC, una inspección laboral llevó a la Secretaría de Trabajo provincial a intimar a la empresa a modificar las condiciones de la producción. Fate debería bajar los ritmos de producción y la cantidad de horas trabajadas por trabajador que han sido ratificadas por los convenios laborales desde hace décadas.
La patronal de Firestone-Bridgestone también anunció que sólo atendería los mercados de reposición y la industria automotriz locales. Además, suspendió la producción durante una semana –un lockout extorsivo. Actualmente mantiene suspensiones masivas, aun cuando el inicio del PPC se lo impide. El objetivo de la patronal es reducir su plantilla en más de 400 trabajadores. Durante todo 2024, ha recurrido a despidos y retiros voluntarios.
La patronal de Pirelli también se encuentra a la ofensiva. Ha llevado adelante suspensiones y retiros voluntarios masivos durante los últimos seis meses. Ha suspendido la producción los fines de semana. A los trabajadores que realizaban jornada de lunes a sábado les modificó el régimen de trabajo pasando a trabajar cinco días, con la consecuente reducción salarial.
Las conciliaciones obligatorias y la mediación del Ministerio de la Provincia, como alternativa a la Secretaría de Trabajo de Milei, han fracasado. Como ocurre con el RIGI, Kicillof no es la salida al liberticida. La izquierda del FIT-U, con poca influencia en la masa del Neumático, pero con capacidad de producir confusión en sus prédicas, no propone para el caso un plan de lucha, sino que le deriva la responsabilidad a la CGT, con total conciencia de que no hará nada y menos a favor del SUTNA. En cuanto a la disidencia moyanista, no se la ha visto aparecer en el conflicto, quizás preocupada por las grúas y el acarreo en la Ciudad. De nuevo, es necesario un plan de lucha, llevarlo a una o más asambleas y preparar las condiciones para una gran pelea.
En cuanto al programa, en oposición a las suspensiones y despidos, reivindicamos el reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos los trabajadores sin afectar el salario, así como la apertura de los libros contables de las empresas para denunciar sus fraudes y malversaciones. Un ejemplo reciente lo dieron los trabajadores del Banco Central que denunciaron el traslado secreto del oro de las reservas al Banco de Inglaterra.
El conflicto plantea la preparación de una huelga de la industria en las condiciones de “sobreestoqueo” de las patronales y las maniobras concertadas con el Estado, o sea la ocupación de las fábricas. El desgaste de las conciliaciones y otras dilaciones pueden ser superadas, como ocurre en toda lucha, diciendo las cosas como son y la disposición a defender lo que ha sido duramente ganado. La agitación por esta lucha debe alcanzar a las grandes concentraciones de la industria, donde los trabajadores atraviesan situaciones similares. Es muy importante desechar el conservadurismo de aparato de la izquierda democratizante, que tiene su vista puesta en las elecciones de 2025. La crisis planteada debe ser discutida abiertamente con la masa de los trabajadores. El peronismo sindical, el parlamentario y el bonaerense -que opera a través del Ministerio de Trabajo de Kicillof- aporta una gran cuota, enorme, al desgaste de los trabajadores, con “declaraciones” y “denuncias”– pero prefiere una derrota de los trabajadores del Neumático a una victoria que sacudiría el carrerismo electoral del gobernador, o sea su “partitura musical” de una alianza con el peronio/macrista/mileista Miguel Pichetto. En definitiva, sus voceros sindicales y empresariales ya se han sentado con el gobierno de Milei a considerar la “letra chica” de la reforma laboral, que es el telón de fondo de la ofensiva contra el SUTNA. ¡Independencia Obrera!