Escribe Anahí Rodríguez
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Luego del paro masivo de 72 horas donde se expresaron tendencias muy combativas sobrepasando a las conducciones, como ocurrió en San Luis con la ocupación de la universidad, en Córdoba, Rosario, Rio Cuarto, Mar del Plata, extendiendo el paro de tres días a seis, en asociaciones vinculadas a la FEDUN que llamaba a parar solo 24 horas, extendiendo el paro a 48 y 72 horas; en el caso de las tecnológicas, los no docentes extendiendo el paro por encima de las directivas de la FATUN. La conclusión elemental, ante la falta de respuesta del gobierno, era profundizar el proceso huelguístico y convocar de manera resuelta a una nueva Marcha Federal que reeditara e incluso superara la del 23 de abril pasado.
Sin embargo, el Frente Sindical llamó a continuar la lucha con un paro de 48 horas, desinflando el proceso huelguístico y pateando sin fecha la nueva Marcha Educativa, y luego de ello levantó toda acción de fuerza en nombre de converger con el CIN en apoyar la sanción de la Ley de Financiamiento que había logrado media sanción en la Cámara de Diputados.
En un texto del viernes 23 de agosto, el Frente Sindical saluda la media sanción y llama a los senadores a votarla positivamente, incluso comprometiendo a las asociaciones de bases de las federaciones que integran el Frente Sindical a abrir discusiones en cada provincia con los senadores para obtener el apoyo al proyecto.
Con este comunicado el Frente Sindical de Universidades Nacionales sepultaba la lucha huelguística, para ir detrás del proyecto de ley. A la par de ello planteaba atar los nuevos pasos a las decisiones que adoptará el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) que se reunirá el 30 de agosto en La Pampa que también emitió su propio comunicado de apoyo a la “Ley de Financiamiento”.
ADUNS y FATUN (que integran la CGT) son los principales agitadores de esta reunión en La Pampa con todos los rectores de la Universidades Nacionales.
Con ese escenario, el FAB (Frente de Asociaciones de Base), que es el ala disidente dentro de CONADU y que impulsó los paros de una semana en las principales universidades que dirigen, también se suma en apoyo al proyecto parlamentario señalando que es un producto de la lucha, pero advierte en sus comunicados que si se obtuviera la media sanción en el Senado está la posibilidad del veto por parte del Ejecutivo, frente a lo cual, plantean mantenerse en estado de alerta.
ADIUC, el sindicato que dirige la FAB en Córdoba planteó que el proyecto es producto de la Marcha Federal Educativa del 23 de abril y su tratamiento en el Senado será el camino a la segunda marcha.
Por su parte, la CONADU H el 28 de agosto realizó un Plenario de Secretarios Generales que no resolvió nada, salvo un cuarto intermedio para el 2 de setiembre, que dejó sin resolución la moción de algunas asociaciones de bases de retomar la lucha huelguística y concretar la Marcha Federal, como era el caso de la ADIUNT, que llevaban como mandato de asamblea general ir a un nuevo paro de 72 horas para la primera semana de septiembre y en ese marco lanzar la convocatoria de la Marcha Federal Educativa.
En el plenario, casi de manera solitaria, también se escuchó el pronunciamiento crítico que votó la asamblea de la ADIUNT al proyecto de financiamiento universitario, denunciando a la iniciativa parlamentaria como una maniobra de los bloques opositores al oficialismo dirigido a desviar el proceso huelguístico (dándole un pretexto a todas las conducciones burocráticas de todas las federaciones) detrás de la agenda parlamentaria en pos de un proyecto que no dispone la recuperación de los salarios y del presupuesto sino que “encomienda” al Ejecutivo que tenga en cuenta las recomendaciones contempladas en el proyecto, con el agregado de que en materia salarial, todas esas recomendaciones no serán tenidas en cuentas si se convoca a paritarias.
La respuesta anticipada la dio el propio Milei al señalar que las paritarias que superen el 2% mensual de aumento no van a ser homologadas. Por su lado, el propio Congreso, en la misma Cámara de Diputados que le dio media sanción al proyecto de ley de financiamiento universitario, también le dio media sanción a otro proyecto, declarando a la educación como “servicio esencial” fijando un protocolo en las situaciones conflictivas que prácticamente anulan el derecho de huelga de los trabajadores de la educación.
En el plenario de la CONADU H, algunos miembros de la conducción se opusieron a impulsar cualquier acción sin antes coordinar previamente con el CIN y el Frente Sindical. Llegaron a decir que si el Senado aprobaba el proyecto de ley ya no iba a hacer falta impulsar paros y mucho menos una Marcha Federal.
Las conducciones burocráticas nuevamente transfieren la dirección de los reclamos al CIN, o sea a los Rectores, como ocurrió en abril pasado, y que condujo a un acuerdo de los Rectores con el gobierno para aumentar el presupuesto volcado a los gastos de funcionamiento, pero sin atender las demandas salariales que fueron pateadas a negociaciones paritarias que finalmente fueron levantadas y el gobierno decidió manejar la cuestión salarial por decretos, otorgando aumentos irrisorios.
En esa oportunidad los rectores levantaron la declaración de “emergencia presupuestaria”, pues habían solucionado sus problemas de caja, dejando en la banquina, sin solución a los salarios de los trabajadores universitarios. Ahora, nuevamente se repite la historia, sin atender, encubriendo que son los propios rectores los encargados de aplicar el ajuste en las universidades contra los trabajadores docentes y no docentes, los que violan constantemente los convenios colectivos de trabajo, los que en oportunidad del paro de 48 horas convocaron a abrir las puertas e impulsar el carneraje de la medida de fuerza.
Por último, cabe señalar que toda la izquierda, en particular la que integra el FITU ha apoyado la maniobra parlamentaria y han defendido este planteo en las asambleas, dando una muestra más de su degeneración política democratizante.
Por lo tanto, vencer la política de destrucción salarial y de la educación pública gratuita que impulsa Milei, solo será posible con una lucha de conjunto, la huelga indefinida, combinada con una marcha de alcances históricos que replique la que se concretó el 23 de abril.