Escribe Walter Sánchez
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El martes 1 de octubre, el senador Martin Lousteau estuvo en La Nación+, donde fue entrevistado por el periodista Eduardo Feinmann.
Allí Lousteau planteó que el problema central es que el gobierno no los llama -a los ´opositores´- para debatir una política universitaria. ¿Cuáles serían los ejes de esa política universitaria? Lo deja en claro el mismo Lousteau: “Hay cosas para mejorar?, seguro que sí, como en todo el Estado argentino. ¿Se podría debatir acerca de los extranjeros? Sí. ¿Acerca de cobrarle un impuesto a los graduados? También. ¿Se podría debatir acerca de reorientar carreras, de acortarlas? ¿De darle incentivos para que aquellas carreras que son importantes para argentina estén más nutridas de alumnos? (…) ¿[El gobierno] quiere que los post grados cuesten el triple? Todo se podría debatir”.
Lousteau dicen sin pelos en la lengua cómo llevar adelante el ajuste en la universidad, como ya lo vienen aplicando hace años las camarillas privatizadoras que dominan las universidades, como el recorte de carreras y el pase de materias a los posgrados pagos. Pero va más allá: está dispuesto a poner fin al ingreso irrestricto, a que los estudiantes paguen un arancel (los extranjeros son solo una excusa) e incluso crear un impuesto a los graduados y mucho más ya que “todo se podría debatir”. En septiembre de este año el Consejo Superior de la UBA ratificó por unanimidad las reformas planteadas por los Consejos Directivos de las facultades de Ciencias Médicas e Ingeniería, que significaron una reducción de 1.000 horas de cursada en Medicina y otras 600 en Ingeniería, en las carreras de grado. Las materias que se sacan van a parar a los posgrados que son pagos, y así las carreras se van privatizando. Esta es la hoja de ruta que Lousteau quiere discutir con Milei.
No es solo la opinión de un senador. Lousteau responde a Emiliano Yacobitti, ex diputado nacional por la UCR y vicerrector de la UBA, quien además encabeza el sector de radicales cuya base política se encuentra en las universidades públicas.
Yacobitti fue uno de los puentes esenciales -junto con Pichetto- para aprobar la Ley Bases: “ el asesor presidencial Santiago Caputo mantuvo conversaciones con Yacobitti, a quien conocía por su paso fugaz por la Facultad de Sociales. Pese a que la masividad de la marcha universitaria era inevitable, antes de la movilización ellos hablaron de destrabar los fondos para las casas de altos estudios. El asesor presidencial pidió el apoyo de los legisladores de la UCR porteña a la Ley Bases...” Es decir, ofreció la lucha universitaria como moneda de cambio para sus acuerdos políticos y económicos.
La ley que promueve el dúo Lousteau-Yacobitti no establece obligación alguna para el Ejecutivo. Es solo una exhortación, un llamado a aumentar el presupuesto universitario. Recordemos que en el presupuesto 2025 las universidades tienen presupuestado 3.8 billones de pesos mientras que los rectores pidieron el doble. Motosierra no, sintonía fina SI, sería la consigna que sintetiza sus intenciones. Está claro que esta camarilla no tiene intenciones de frenar ningún ajuste y menos que triunfe la lucha universitaria. Su objetivo final es discutir con Milei “la manera, el método, el cómo” ese ajuste debería llevarse a cabo.
Solo la lucha independiente de los rectores (y de las camarillas de Franja Morada y La Cámpora) de los estudiantes y docentes logrará derrotar una política de Estado: Déficit 0, a como dé lugar.