Escribe Aldana González
Mientras no hace nada por cuidar su salud
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Esta semana llegó a las escuelas un comunicado sin fecha y sin más firma que el membrete del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en el cual se informa de un nuevo sistema de auditorías médicas para controlar licencias reiteradas.
Dice textualmente: “La finalidad es determinar en una evaluación médica integral, si las causales que motivaron las inasistencias reiteradas y/o el retorno de la enfermedad después de un periodo de mejora aparente o remisión completa esperada, condice con la ausencia de capacidad laborativa real; o si existe uso indebido de la licencia por enfermedad, siendo pasible una rectificación de la validez del estado aprobada de las solicitudes de licencias objeto de la auditoría.”
La finalidad policíaca de la medida es absurda por varios motivos. En primer lugar porque no tienen manera de analizar el real estado de salud de un docente en retroactivo por una enfermedad aguda que siguió su curso hasta ser vencida por medicamentos o por sus propios glóbulos blancos meses atrás. Es imposible que puedan determinar que una gripe que cursó en abril no existió. Segundo, porque el gobierno no tiene el personal médico necesario para efectuarlo. No van a hacer análisis de sangre para medir anticuerpos, sería el colmo, cuando no hay reactivos en los hospitales para medir el covid ni el dengue. Tercero porque implica desconocer el criterio utilizado por un médico matriculado que emitió una licencia respetando las normas establecidas.
Además es pérfido porque el comunicado es posterior a una modificación reciente en la aplicación de “Mis Licencias” que establece días mínimos de reposo qué muchas veces son mayores a los que prescribe el médico qué atendió al docente y firmó el certificado. Por esta modificación, para tomar un ejemplo, a docentes a quienes su médico les indicó reposo por 48 horas. la aplicación los obligaba a tomar 5 días. Por lo tanto hay docentes que tomaron licencia por días que no están justificados con un certificado. Otros pusieron un diagnóstico diferente que les permitiera recibir la licencia por 48 horas y no por 5 días. Otros tramitaron la licencia por 5 días, pero se presentaron a trabajar al tercero. Antes de esta modificación, cada docente completaba los días de acuerdo a lo que figuraba en el certificado.
El problema de esto último, además de no respetar el criterio del médico que atendió al docente es que lo obliga a este a gastarse días de licencia de más que quizás necesite posteriormente por otra patología. Además, muchas veces los fines de semana corren como licencia, gastando días inútilmente. Esto sumó otra preocupación a pacientes que solo deberían estar preocupados por su salud.
Y es triplemente pérfido porque varios médicos otorrinolaringólogos, admitieron que tienen la indicación por parte de IOMA de no dar más de 48 horas de reposo en patologías agudas de garganta --aunque clínicamente ellos consideren necesario más tiempo– lo que obliga a los docentes a volver al médico para obtener otras 48 horas cuando antes se resolvía con una sola visita.
Por último, para ser citados para la auditoría, el docente debe faltar otro día a trabajar, y ser cubierto por sus compañeros. Lo cual implica más desorganización escolar y sobrecarga laboral para presentarse a una citación absurda.
Lo único que van a poder auditar es a los docentes que fraguaron los diagnósticos para poder presentarse antes a trabajar -tal como les había indicado su médico-, algo que se puede constatar sin citación y que fue solo un acto desesperado por subsanar las incoherencias producidas por la aplicación programada por el gobierno.
El gobierno de la Provincia nunca implementó un sistema para mejorar la salud de los docentes. Jamás hubo un programa de cuidado de la voz, ni chequeos a los docentes en las puertas de las escuelas ni campañas de vacunación como algunos municipios implementan esporádicamente. La cuestión que se oculta es que las razones del deterioro de la salud de los docentes está dada por la sobrecarga laboral que se da, por un lado, por el hambre salarial que obliga a trabajar todo el dia tomando cada vez más cargos u horas para llegar a fin de mes y, por otro, por la multiplicidad de tareas y responsabilidades administrativas que se agregan a las pedagógicas.
Esto se da al mismo tiempo que la atención por IOMA sigue siendo deplorable, con médicos mal pagos, servicios que se cortan, turnos que tardan meses, órdenes que se vencen e implican más trámites, medicamentos que no se consiguen.
Kicillof no implementa un sistema de salud laboral para investigar cómo mejorar la salud de los docentes o cómo prevenir enfermedades sino que solo tiene una intención policíaca –muy en sintonía con el gobierno de Milei– imposible de abarcar y que por lo tanto, solo atina a amedrentar a los docentes para que vayan enfermos a trabajar.