Docentes de Secundarias Bonaerenses

Conclusiones sobre las Jornadas Institucionales en las escuelas bonaerenses

Escribe Julio Gudiño

Tiempo de lectura: 6 minutos

El gobierno bonaerense impulsó, el pasado 9 de diciembre, la realización de Jornadas Institucionales (JI) en toda la provincia, con el único objetivo de informar a los trabajadores docentes sobre la implementación del nuevo Régimen Académico (RA) en la escuela secundaria a partir de 2025 (Resolución Provincial N°1650/24). Estas JI dejaron varias conclusiones.

En primer lugar, en el desarrollo de las JI quedó claro que el nuevo RA es una imposición del gobierno provincial y no el resultado de la “participación” y de la “deliberación democrática” de la comunidad educativa, como rezan los documentos que se distribuyeron como materia prima para desarrollar las jornadas. Efectivamente, como hemos denunciado desde estas páginas, el nuevo régimen académico fue elaborado por el Consejo Provincial de Cultura y Educación integrado por kirchneristas, radicales, massistas y libertarios del PRO. La docencia, los auxiliares, los estudiantes y las familias fueron convidados de piedra en la elaboración del RA, que auspicia el fin de la repitencia y plantea, a término, una nueva reforma de los diseños curriculares que profundizará el vaciamiento de los contenidos científicos y técnicos. En el arranque de las JI, los Inspectores y Equipos Directivos informaban a la docencia la decisión tomada respecto del modelo de “intensificación y profundización de la enseñanza”. Entre las opciones impuestas por el Estado provincial se contempla extender la jornada semanal de trabajo de lunes a viernes por otra que va de lunes a sábados. Es decir, el gobierno provincial con la colaboración de todas las direcciones sindicales docentes agrupadas en el FUDB extiende la jornada semanal de trabajo hasta el sábado pasando a mejor vida la reivindicación docente del descanso de fin de semana.

En segundo lugar, se puso en evidencia que el nuevo RA es una reforma laboral encubierta porque se crean nuevas tareas laborales para los trabajadores docentes sin aumento salarial por las nuevas tareas a realizar. Por ejemplo, los preceptores tendrán que llevar los estados administrativos de los estudiantes del ciclo lectivo y de los que intensifican. Además, los preceptores y el EOE deberán integrar el Equipo de Definición de las Trayectorias Educativas, cuya tarea consiste en evaluar cada una de las “trayectorias educativas” y elaborar “un Plan de Acompañamiento de las Trayectorias Educativas para la intensificación de la enseñanza y el estudio y/o el recursado de las materias”. Ninguna de estas tareas estaba contemplada en las funciones de los preceptores y del EOE, quienes ya tenían bastante con las labores que llevan a cabo en un cuadro de falta de nombramientos de cargos. En el caso de los profesores, de acuerdo al modelo que adopte la institución educativa para implementar el RA, van a tener que trabajar con los alumnos del ciclo lectivo y al mismo tiempo intensificar con alumnos de ciclos lectivos anteriores, sea a contraturno o en el mismo turno. El profesor asume en el contexto áulico, como mínimo, tres tareas que deberán estar planificadas: planificar para los estudiantes que estén en el curso sin adeudar materias, planificar para los estudiantes que deberán intensificar esa materia, planificar para los estudiantes que, cursando en otro año, deberán recursar esa materia en particular y potencialmente, cuando el estudiante que está acorde en tiempo al curso en el que se encuentra, empieza a decaer en su rendimiento y requiera de una intensificación que no será la misma que la planeada para los mencionados en los puntos anteriores. Obviamente, este desdoblamiento de la actividad pedagógica (trabajar con grupos de estudiantes que parten de saberes y aprendizajes diferentes) redundará en una caída de la calidad del proceso educativo, porque un docente frente al aula deberá realizar la tarea de dos docentes. En conclusión, se crean nuevas tareas docentes sin nombrar más docentes, lo que redundará en una sobrecarga laboral y en un aumento de la intensificación del uso de la fuerza de trabajo. Es en este punto que cobra sentido la perorata de los documentos discutidos en la JI acerca del “uso del tiempo escolar”. Para Kicillof-Selioni el punto central es el siguiente: cómo lograr exprimir al máximo al docente durante la jornada laboral, sin importar cómo afecta la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje ni los efectos destructivos para la salud física y psíquica del trabajador docente que, debido al derrumbe del salario, está obligado a trabajar 12 horas por día para arrimarse a la canasta familiar valuada en $1.600.000.

Un tercer aspecto para destacar es que los modelos a adoptar por cada institución escolar están determinados por la crisis edilicia fabulosa que padece el sistema educativo provincial,, en donde el hacinamiento es la regla y la falta de espacios para aulas, salas de computación, bibliotecas, salas de profesores y patios es la norma. Por lo tanto, no hay espacio físico y otros recursos pedagógicos para que los alumnos tengan “más horas de clases, más escuela y más aprendizajes”, como repiten los funcionarios de Kicillof y burócratas sindicales tales como Baradel, Romero, Salcedo, etc. La crisis edilicia explica que los Inspectores y Equipos Directivos hayan resuelto abrir los sábados los colegios para la “intensificación y profundización” de los aprendizajes. Por otro lado, la diversidad de “modelos escolares” a adoptar con el fin de implementar el RA conduce a la descentralización educativa y a la disgregación regional; en ese sentido, profundiza la descentralización del sistema educativo iniciado por el menemismo con La Ley Federal de Educación.

Por último, está la cuestión de cómo va a afectar el nuevo RA y la reforma de los diseños curriculares que conlleva a la calidad educativa. De acuerdo a las declaraciones de los funcionarios provinciales el nuevo RA es “más tiempo de escolaridad, más escuela, más y mejores aprendizaje”. Sin embargo, el resultado será bien diferente de los objetivos formalmente declarados porque un estudiante que no adquirió y asimiló determinados contenidos, sea porque no viene a clases o viene en forma discontinúa, no va a poder recuperar los contenidos de un cuatrimestre o bimestre en dos o cuatro semanas. Lo que acontecerá es que, inevitablemente, la atención de la enseñanza se centrará en aquellos estudiantes que estén en condiciones de intensificar, generándose así mayor fuerza y energía concentrada en aquellos que no alcancen lo esperado, lo cual implica un golpe a la enseñanza de aquellos estudiantes que están avanzando en su proceso escolar. El nuevo RA -previéndolo- plantea que “cada docente planificará y explicitará propuestas de trabajo complementarias para que las/os estudiantes interesadas/os en determinada temática amplíen sus conocimientos sobre lo abordado en clase.” (Anexo 2, p. 32); es decir que la planificación docente debe incluir una propuesta pedagógica para que, quienes estén interesados, puedan ampliar sus conocimientos. Es decir, para aquellos que estén logrando aprendizajes en los tiempos correspondientes entonces se les puede ofrecer materiales para que complementen sus aprendizajes, mientras el docente concentra sus esfuerzos y su tarea en aquellos que requieren intensificación. Además, un estudiante que no logró adquirir los aprendizajes necesarios debido a que no pudo asimilar adecuadamente ciertos conocimientos de los años anteriores ¿podrá recuperar esos contenidos en los periodos de “intensificación”, que duran apenas dos semanas? Peor aún, mientras “intensifica” matemáticas de segundo año cursando, al mismo tiempo, matemáticas de tercer año ¿cómo logrará el estudiante concatenar el desarrollo de los contenidos que se entrelazan unos con otros? Ningún constructor puede levantar pared sin antes haber construido sólidas bases.

El nuevo RA va a agudizar la caída de la formación técnica y científica de los estudiantes aun en el contexto de que un sector de ellos permanezca más tiempo en el sistema educativo y logre egresar. Probablemente, los egresados terminen con mayor de materias adeudadas que con el actual RA y la cantidad de egresados con analítico no sufra grandes variaciones.

Conclusiones

Entonces, como corolario ¿qué tenemos? Que el gobierno provincial quiere abordar la crisis del conjunto del sistema educativo con resoluciones ministeriales barnizadas de progresistas, porque “los chicos no repiten”, “no se los castiga”, pero estas frases rimbombantes no van a cambiar la realidad material en la que los estudiantes y docentes producen el acto pedagógico, por lo cual no va a haber ningún avance en calidad y profundidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por el contrario, las diversas reformas llevadas adelante por menemismo, kirchnerismo y el macrismo profundizan la tendencia a la descalificación de la fuerza de trabajo en el capitalismo y prefigura un sistema educativo dual: una enseñanza de calidad para la burguesía y ciertas categorías de la pequeñoburguesía, y una formación básica y mínima para los hijos/as de la clase obrera profundizando de este modo la mercantilización de la educación (privatización).

El sistema educativo tal como lo conocemos atraviesa una crisis terminal. La salida aa essta crisis debe ser de raíz y esta debe ser el resultado de un debate pedagógico nacional, en el cual los docentes y estudiantes, no los burócratas de Estado y del sector privado, se planten en la defensa de la educación pública, laica y de calidad partiendo de un programa de lucha: por la construcción de más instituciones educativas, refacción de las existentes, más materiales didácticos, más cargos, asistencia del Estado a las familias de nuestros estudiantes que están atravesando por una crisis social inédita caracterizada por el crecimiento de la desocupación, la caída de los salarios y el aumento de la pobreza. O sea, no puede haber calidad educativa con la panza vacía.

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