Escribe Julio Gudiño
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Javier Madanes Quintanilla, dueño de FATE, declaró, en una reciente entrevista en La Fábrica Podcast, que las grandes patronales de la industria despidieron durante 2024 a 1.200 trabajadores (30% de toda la fuerza laboral ocupada). Este empleicidio sería consecuencia de la apertura indiscriminada de importaciones, de la apreciación del peso y de la recesión industrial promovida por el gobierno de Milei-Caputo que apoyan, en menor o mayor grado, el conjunto de la clase capitalista, especialmente el capital financiero.
En simultáneo con las declaraciones de Madanes, la multinacional japonesa Bridgestone anunció por medio de un comunicado que “Después de una planificación exhaustiva para asegurar la vitalidad de largo plazo de la compañía, Bridgestone ha evaluado cómo implementar mejor las medidas de reducción de costos, incluyendo reducciones de personal en sus operaciones corporativas, de ventas y manufactura en toda América”. O sea, para las patronales los trabajadores son un “costo” que hay que “reducir” para adecuar la producción a las necesidades del mercado acentuando de este modo la recesión industrial y la caída de la producción y de las ventas de las que Madanes se quejó de pico en la entrevista en La Fábrica Podcast.
Para seguir despidiendo obreros en la industria del neumático y así “adecuar la producción al mercado” Bridgestone solicitará a la Secretaria de Trabajo de la Nación la ampliación del PPC que no prospero en el 2024 porque nunca pudo demostrar la crisis que aducía atravesar. En 2024, los PPC solicitados por FATE y Bridgestone, y las conciliaciones obligatorias subsiguientes, sirvieron para despedir 1/3 de toda la fuerza laboral empleada. Ahora, probablemente, las patronales amenacen con cientos de despidos para avanzar contra el convenio de trabajo y por este medio intensificar los ritmos de producción y lograr aumentar la tasa de explotación vía productividad y caída del salario real.
Las amenazas de despidos por parte de las patronales emergen en el marco de expectativas positivas por parte de las terminales automotrices para 2025. Varias de ellas anunciaron, recientemente, inversiones y pronósticos de repunte de la producción para este año en comparación con 2024.
Con relación a los “costos” vale señalar que el SUTNA ha denunciado en reiteradas ocasiones que el costo salarial en el valor de un neumático no excede el 2% cuando el trabajador crea el 100% de ese valor y se apropia de una ínfima parte del mismo. Evidentemente, la “reducción de costos” que pretende Bridgestone no pasa por la variable salario sino por las siderales ganancias que la empresa embolsa año a año. Para asegurar la “vitalidad” de la industria y de sus trabajadores que son la savia de la misma hay que ajustar al capital impulsando reducir la jornada de trabajo a seis horas sin rebaja salarial para preservar todos los puestos de trabajo.
Es necesario un debate entre todos los trabajadores del gremio y sus activistas por medio de asambleas para reclamar el reparto de las horas de trabajo entre todos los trabajadores y por un aumento del salario conforme a la inflación.