Escribe Julián Asiner
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Del Bonaparte al Ministerio de Salud, las asambleas autoconvocadas se multiplican entre los profesionales y trabajadores de la salud. Demuestran ser la única vía de resistencia y lucha contra los despidos y embates del gobierno, ante la deserción de las burocracias sindicales de todos los pelajes. Pero estas autoconvocatorias no se limitan a los trabajadores de base. Una autoconvocatoria reciente reunió a 25 jefes de los Centros de Salud y Acción Comunitaria (prácticamente, la mitad de los CeSACs) de la ciudad e impulsó una potente carta abierta contra el intento del gobierno porteño y la burocracia de Médicos Municipales de dividir la carrera profesional.
Por su claridad y contundencia, el texto representa un importante progreso de la campaña contra la destrucción de la carrera; contribuye, a su vez, a la elaboración de un programa para enfrentar las políticas de mercantilización, vaciamiento y precarización laboral contra la salud pública y sus trabajadores. La autoconvocatoria de 25 jefes y la formulación de un planteamiento de estas características implican, ya de por sí, una mini insurrección al interior de la cadena de mandos del Ministerio de Salud de CABA. Los funcionarios del Ministerio que conduce Fernán Quirós y su orientación insalubre, contraria a las necesidades de salud de la población trabajadora de la Ciudad, ha quedado desenmascarada y denunciada ante los ojos del conjunto de los trabajadores y usuarios del sistema.
El texto parte de ubicar una política gerencial de reestructuración del sistema de salud público porteño, que se expresó en el traslado compulsivo de los trabajadores de las áreas programáticas de los hospitales a la Subsecretaría de Atención Primaria. En lugar de fortalecer a la llamada “salud comunitaria”, esta política impuso nuevos ritmos y lógicas de trabajo que obstaculizaron el trabajo territorial de los equipos locales en pos de un sistema de atención dictado por las normativas de las patronales de la medicina privada.
Este control autoritario y vertical de los procesos de trabajo llevó, según denuncian los jefes de los CeSACs, a desatender necesidades de salud impostergables de la población de la ciudad, como “el abordaje de familias con problemáticas de violencia/abuso, la emergencia habitacional, la tuberculosis, la mejora de circuitos en diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la detección y tratamiento del cáncer, entre otras”. A su vez, esta línea mercantilista se llevó a cabo en el marco de un acentuado ajuste presupuestario, que según la carta abierta está implicando una crisis en el funcionamiento de las farmacias y la entrega de medicamentos, obras edilicias que no se realizan y cargos que no se cubren.
Es en este contexto que la carta abierta ubica al intento de dividir la carrera profesional, que según sus firmantes “provocaría la fragmentación de los equipos de trabajo interdisciplinarios, el deterioro de las condiciones y derechos como trabajadores de la salud”. En contraposición, los jefes de los CeSACs se pronuncian por “la inclusión de enfermería y el pase a planta permanente de administrativos y promotores de salud”, una figura ultraprecaria promovida en los últimos años para incorporar a personal proveniente de los barrios vulnerados con salarios bajísimos, que representa un subescalón del escalafón sanitario.
La rebelión de los jefes de los CeSACs porteños contra la política de Macri, Quirós y la burocracia sindical de Médicos Municipales evidencia la inviabilidad de un sistema de salud manejado por los privatizadores de la salud y los destructores sistemáticos de los derechos laborales de sus trabajadores. Por eso, la carta abierta deja planteada la cuestión del poder al interior de los hospitales y CeSACs, en el sentido de colocar en agenda la necesidad de que sean sus propios profesionales, investigadores, técnicos y trabajadores quienes controlen y gestionen, junto a la población usuaria, los procesos de trabajo y las estrategias de abordaje y atención de los padecimientos y problemas de salud.
Llamamos a impulsar la difusión de la carta abierta y a promover la realización de nuevas asambleas y autoconvocatorias a escala de todos los efectores y de toda la ciudad. La campaña contra la destrucción de la carrera profesional debe incorporar la cuestión del salario, que este mes se cobró con cero (0) aumento, a pesar de la caída sufrida el año pasado y de que los precios y las tarifas siguen escalando. La burocracia de Médicos Municipales, que pone sus energías en la fragmentación de la carrera, no abrió la boca sobre este derrumbe de los ingresos de sus afiliados. Tendría asegurada por esta labor propatronal una caja propia, imponiendo en su ansiada “carrera médica” el pago de una matrícula en CABA, un negociado similar al que ya existe con el Colegio de Médicos de la provincia de Buenos Aires.
Los ataques a la salud de Milei, Macri y los gobernadores requieren una respuesta de conjunto por parte de sus trabajadores. Como enseñó la masiva marcha antifascista, es necesaria una gran autoconvocatoria para organizar un paro nacional y una movilización independiente para derrotar los ataques contra la salud pública y los derechos de sus trabajadores.
A continuación, reproducimos el texto completo de la declaración firmada por los 25 jefes de los CeSACs de CABA:
Carta abierta dirigida a la comunidad, a los profesionales de la salud y al Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires
Desde el 2018 la Subsecretaría de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria de la Ciudad de Buenos Aires viene implementando cambios estructurales, acordes a una lógica gerencial y centralizada del sistema público de salud del GCBA, que ponen en jaque a los procesos de trabajo locales/territoriales de la gestión de la salud colectiva. Proceso que, si bien ya lleva varios años de desarrollo, ha encontrado un escenario de expansión durante la pandemia y de consolidación en la actual post pandemia.
Las coordenadas de eficiencia y eficacia irrumpen en las planificaciones gerenciadas por equipos técnicos, trazando un modelo o plan de acción universal, y por lo tanto descontextualizado de los territorios, en torno a objetivos y metas por ellos definidas.
En este escenario, una sucesión de instrumentos y protocolos de atención han aterrizado en los CeSACs: HCE-Gestor de Encuentros, imposición de las agendas -Fila Cero- información epidemiológica centralizada en la plataforma Owncloud Salud, etc. A este movimiento se sumó el traspaso del personal de salud desde los efectores del primer nivel articulados a sus áreas programáticas, a la dependencia administrativa de la Subsecretaría, implementando nuevas plataformas de regulación y control para tal fin (SIAL, MIA, SIGAF).
Este proceso viene provocando un desgaste en los equipos, se empiezan a instituir lógicas y prácticas que generan malestar, cansancio, angustia y desmotivación en los y las trabajadoras de los CeSACs.
En la actualidad estamos haciendo frente a una nueva embestida, que de concretarse, detonaría a los equipos de salud y marcaría un punto de inflexión en este proceso de reorganización de la Atención Primaria de la Salud de la Ciudad. El planteo de desdoblar la carrera profesional entre profesionales médicos y profesionales no médicos, reformulando la ley Nº6035, hoy nos encuentra en estado de alerta. De concretarse, provocaría la fragmentación de los equipos de trabajo interdisciplinarios, el deterioro de las condiciones y derechos como trabajadores de la salud. Nos preguntamos ¿quién y desde dónde se define la acreditación de la complejidad para la carrera profesional? ¿Bajo qué paradigma y concepción de salud? Acaso la jerarquización entre profesionales desde la asimetría, ¿no sería un retroceso a un modelo médico hegemónico empobrecido y a una salud integral desintegrada?
En este marco se inscriben las siguientes declaraciones y/o propuestas:
Gestión centralizada: Esta lógica de planificación centralizada y homogeneizante, plantea una división entre quienes planifican, organizan el trabajo e instituyen metas y quienes las llevan a cabo. Esto tiene como efecto una expropiación del proceso de trabajo en su integralidad. Esta reorganización no puede captar la complejidad de la vida de la población, plantea un modelo de agenda rígido que espera productividad, que no permite la flexibilidad ni los tiempos que el trabajo en atención primaria requiere. El abordaje de problemas complejos no puede estar sujeto a mecanismos que en lugar de ordenar y facilitar el acceso a la salud, lo terminan limitando y obstaculizando.
Homogeneización: Es imprescindible que se respete el trabajo y la organización propia de cada CeSAC en tanto y en cuanto ésta es fruto de conocer las necesidades, demandas y derechos de la población a cargo.
Impacto disruptivo de las agendas en la organización del trabajo interdisciplinario: la lógica propuesta por la implementación de las agendas se centra en la atención individual uno a uno. Esta modalidad de trabajo no es la única ni la hegemónica en los centros de salud, siendo mucho más pertinente y productiva la atención conjunta en consultorio, así como la cocoordinación de dispositivos grupales.
Impacto disruptivo de las agendas en la gestión del tiempo: el tiempo cronometrado en el otorgamiento de turnos no contempla la disponibilidad de tiempo para reuniones de planificación, para reuniones y coordinación con otros actores e instituciones intervinientes en el abordaje de los pacientes y para la articulación intersectorial. Es decir, los seguimientos no se agotan en una cantidad de turnos mensuales/anuales, sino que requieren de una flexibilidad acorde a los trayectos terapéuticos de cada paciente y/o familia.
Impacto disruptivo de las agendas en los procesos de trabajo: abona a la fragmentación de los procesos de trabajo, obstaculizando la planificación estratégica, la cooperación entre pares, limitando la autonomía y la creatividad. Asimismo, el rendimiento basado en el criterio de “criticidad”, fomenta la competencia entre profesionales.
Algunas propuestas:
Necesidad de que las planificaciones anuales de los CeSACs tengan carácter local, a partir de los diagnósticos de los equipos, de la población usuaria y de las competencias de las jefaturas y áreas para su implementación y evaluación.
Poner en agenda los reclamos y necesidades de la gestión diaria de los CeSACs (abordaje de familias con problemáticas de violencia/abuso, emergencia habitacional, tuberculosis, mejora de circuitos en diabetes, enfermedades cardiovasculares, detección y tratamiento del cáncer, etc), desplazados frente a la insistencia por parte de la Subsecretaría de centrar la atención en la formalización de las agendas.
Marcha atrás al potencial desdoblamiento de la carrera profesional entre profesionales médicos y profesionales no médicos.
Pase a carrera profesional de lxs enfermerxs y pase a planta permanente de lxs trabajadorxs administrativos y promotorxs.
Jerarquizar el trabajo en el primer nivel de atención, acompañando personas y familias en situación de extrema vulnerabilidad, promoviendo la salud en comunidades atravesadas por una marcada desigualdad social, por lo cual solicitamos se incorpore al salario de los trabajadores de atención primaria un ítem como plus por trabajo en atención primaria.
Contabilizar dentro de las horas asistenciales tanto la atención conjunta interdisciplinaria como las consultas prolongadas atribuibles a problemáticas complejas que lo requieren, incluyendo la atención domiciliaria, cuidados paliativos, los triages, los relevamientos epidemiológicos, etc., así como también las agendas asistenciales reservadas para manejo de los integrantes de los diferentes equipos territoriales.
Agenda electrónica para el equipo de salud mental supeditada al fortalecimiento efectivo de “la red de cuidados progresivos” en salud mental. Esto significa incluir criterios rectores para la inclusión y permanencia de un paciente/familia en dispositivo terapéutico del primer nivel de atención, su inclusión/permanencia en un dispositivo terapéutico del segundo nivel de atención, así como su ingreso a un dispositivo de urgencias y/o de internación, garantizando la referencia y contrarreferencia.
Entrega de turnos de seguimiento terapéutico según criterio de los profesionales de salud mental tratante, así como las “metas” en cuanto a cantidad de turnos y modalidad de atención (admisión y atención grupal).
Garantizar la continuidad de los cuidados, así como la articulación oportuna y adecuada al segundo nivel y al área de urgencias, SAME, etc.
Cubrir los cargos vacantes de jefes de unidad y de sección de los CeSACs, por concurso.
Respetar el rol de las Jefaturas, siendo que estas están cubiertas por profesionales capacitados, que dan muestra de su idoneidad y cumplen una función esencial en el funcionamiento de los Centros de Salud, con una responsabilidad legal que no se evade. No renunciamos al derecho que nos asiste a ejercer las Jefaturas, lo que involucra la planificación y toma de decisiones a nivel local, que no siempre se puede amalgamar de manera homogénea a la imposición central.
Se deben respetar las particularidades de cada barrio y cada comunidad, y son los equipos y los jefes quienes más las conocen.
Garantizar la convocatoria a concursos de cargos vacantes y según emergentes de cada efector.
Resolución definitiva de la situación de las farmacias de los CeSACs (farmacéuticos de planta, reemplazos por licencias, técnicos de farmacia) y la continuidad de los insumos y presupuestos.
Agilizar los tiempos y proyectos de construcción y mejoras edilicias de CeSACs, para mejorar la accesibilidad y cobertura, especialmente para la población con cobertura pública exclusiva.
Mejorar en tiempo y forma la información epidemiológica que los equipos producen cotidianamente y a la que no se tiene acceso más allá del Owncloud, que ha demostrado que no es efectiva ni eficiente. Los equipos necesitan de dicha información para una mejor gestión de nuestras instituciones.
Recuperar el diálogo franco entre las autoridades ministeriales y los jefes de los Centros de Salud, sin bajadas de línea dogmáticas, en el que la voz de los actores sea escuchada y tomada en cuenta, lo que nos permitirá recuperar la confianza en pos de una mejor gestión de la salud para el beneficio de los ciudadanos.