Escribe Aldana González
Tiempo de lectura: 5 minutos
El presidente norteamericano Donald Trump está focalizado en lograr el control de su zona de influencia próxima, el continente americano y en especial los pasos marítimos. En Panamá, desembarcó tropas del ejército y está logrando la expulsión de los capitales chinos con el propósito de retomar el control del canal que Estados Unidos ocupó durante casi todo el siglo XX. La disputa por el control de los pasos era algo que se preveía desde antes de que asumiera, debido al enfrentamiento comercial con China y, asimismo, por la saturación del Canal. Para contrapesar este control, muchos países latinoamericanos están emprendiendo corredores bioceánicos como pasos alternativos, impulsados claramente por China.
Desde el gobierno de López Obrador, México se puso el objetivo de construir y mejorar un paso interoceánico. El Tren Interoceánico -que conecta los océanos Pacífico y Atlántico en la parte más angosta de México-, a pesar de que está construido sobre líneas ya existentes, tiene un impacto ambiental que, según denuncian las comunidades aborígenes, no fue estudiado ni tenido en cuenta. El tren está conectado además con otras dos vías férreas que atraviesan al Istmo en forma transversal.
Esto ha representado para los defensores indígenas del territorio una amenaza diaria, debido a las detenciones y acusaciones penales por oponerse a este proyecto. La obra ha sido criticada por deforestación excesiva, contaminación del agua, falta de información sobre el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y el bloqueo de la participación activa de las comunidades. (Mongabay, 3/02). Además, se pretende que el tren recorra más de 300 km en 3 horas y media, lo cual implica imposibilidad de paso para animales y personas con su correspondiente vallado.
En enero fue asesinado Arnoldo Nicolás Romero, un comisario ejidal -autoridad encargada de la administración de tierras comunitarias- en San Juan Gichicovi, Oaxaca, uno de los estados que atraviesa el tren. Romero era uno de los líderes contra el corredor. Otros 23 defensores, muchas mujeres aborígenes, enfrentan un proceso penal desde 2023 por acciones pacíficas de resistencia contra el tren cuando, ni siquiera, hubo bloqueos.
Según el monitoreo “Alas y raíces”, realizado por diferentes organizaciones civiles de México, Oaxaca es el estado más peligroso para la defensa de los derechos humanos. De 225 personas defensoras asesinadas en el país entre 2018 y 2024 –sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)– 58 eran de este distrito, eso equivale a casi el 26 %. Además, del total de asesinatos cometidos en ese sexenio, un 41 % correspondía a personas defensoras del territorio y del medio ambiente. (Ídem)
Mientras se hacían las obras, los asesinatos por arma de fuego crecieron en la región, irrumpió el crimen organizado y se descubrió una fosa clandestina en San Juan Guichicovi, en 2021. Y es que no solo se trata de las vías férreas y de las 13 contratistas a cargo del negocio –de las cuales 3 son españolas, a pesar de la promesa de AMLO de que solo habría contratación nacional–. Hay varios emprendimientos industriales y extractivistas vinculados al corredor, ya que toda la zona alrededor de las vías fue declarada zona franca. Sobre esto, hay numerosas denuncias por contaminación del agua, peces muertos y deforestación excesiva.
Las 10.000 personas que durante el gobierno de AMLO siguieron desapareciendo por año, dan cuenta de que los gobiernos nacionales y populares no afectaron en nada al crimen organizado, mucho menos cuando ataca a las organizaciones populares. Sin embargo, en materia de “logros” se puede anotar un poroto. Esta semana, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec logró concretar su primer traslado en solo una semana -600 automóviles Hyundai- los cuales fueron movilizados desde el puerto de Salina Cruz hasta Coatzacoalcos. La misma operación, hecha por el canal, hubiera demorado mínimo 12 días.
El Corredor Ferroviario Bioceánico Central busca conectar Brasil, Bolivia y Perú a través de una red ferroviaria. Esta línea uniría el océano Atlántico, desde el puerto de Santos (Brasil), con el océano Pacífico, mediante el puerto de Chancay (Perú), con una inversión de China estimada en 3.500 millones de dólares.
En 2023 se había firmado un acuerdo entre los dos países del BRICS, pero recién esta semana funcionarios chinos viajaron a diferentes estados de Brasil para visitar las zonas comprometidas en el proyecto. El impacto ambiental y la afectación de las comunidades aborígenes que viven en la Amazonia es algo que tampoco se está revisando.
Al mismo tiempo, Lula retoma junto con Boric el Corredor Bioceánico que implica una red de rutas para unir, a través de 2.400 kilómetros, el sur de Brasil, el Chaco paraguayo y las provincias argentinas de Salta y Jujuy con los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones e Iquique, para conectar los océanos Atlántico y Pacífico.
En la ya mencionada visita, los funcionarios chinos también se interesaron por el proyecto. En otro encuentro que Boric tuvo con Lula estos días, el presidente chileno asintió callado todas las palabras de acercamiento que el brasileño tuvo con China, cuando también lo invitó a vincularse a los BRICS.
Sin embargo, casi al mismo tiempo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile cuestionó la legalidad del convenio firmado entre la Universidad Católica del Norte (UCN) y el Observatorio Nacional Astronómico de China para realizar un proyecto astronómico en Antofagasta, Chile, y así confirmó su suspensión. Este límite a China se produce luego de una apretada del gobierno de Trump a Boric alarmado por el uso que de los telescopios se podía dar en defensa. Es una disputa por la influencia minuto a minuto.
En cualquier caso, la reorientación del comercio hacia el Pacifico no cambia la matriz productiva de América latina. Es otra forma de consolidarla. China se asegura la provisión de materias primas y alimentos, y la colocación de manufacturas de todo tipo.
La obsesión de Trump por Groenlandia y Canadá responde a un interés concreto que es el control del océano Ártico. El recalentamiento global, que en esa zona es cuatro veces mayor que en el resto del mundo, está provocando el descongelamiento que permite la navegación, antes casi imposible.
China incursiona desde hace años en lograr esta vía navegable debido a que le acorta considerablemente los tiempos de llegada a Europa.
Parte del interés de Trump de acercarse a Rusia tiene que ver con lograr dominar esta vía que por un lado le resulta una alternativa al canal de Panamá, y por otro es la ruta más próxima a parte de Europa y la misma Rusia.
Los pasos son claves para el comercio y son estratégicos para la guerra, pero en esta disputa no entran en juego los intereses de los trabajadores. La soberanía que se encuentra comprometida -como la del canal de Panamá- o el cuidado ambiental, sólo pueden ser defendidos con una lucha consecuente contra el imperialismo y todas las formas de explotación humana.