FUA: el congreso fraudulento de Franja Morada y aliados

Escribe Fede Fernández

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Por la mañana del sábado 3 de diciembre se desarrolló en Facultad de Medicina de la UBA el congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA), luego de 4 años de inactividad completa de la Federación, en una época donde no hay clases y sin convocar a los estudiantes. La Franja Morada ha convertido a la FUA en un organismo sin relevancia alguna. La dirige ininterrumpidamente desde 1983 vaciándola de cualquier rol y la ha postrado, ajena a cualquier interés de los estudiantes. El Congreso fue una pantomima. Los “republicanos” de Martín Lousteau y Gerardo Morales distribuyeron y asignaron ellos mismos a los delegados horas antes que inicie el Congreso, en un atributo sin precedentes, más propio del régimen norcoreano que de una discusión democrática entre estudiantes. En un trámite exprés y sin ninguna votación la Franja informó los resultados: el “Frente reformista” de la Franja, naturalmente, salió en primer lugar con 322 votos; “Todos por la Universidad pública” (una sucursal de Franja), en segundo con 59, quedándose con la secretaría general; la alianza entre MNR y Sur salió tercera con 57 votos; y, finalmente, “La izquierda en la FUA” (PO oficial, MST e Izquierda Socialista), obtuvo 35. El aparato del PO -que había acreditado tan sólo 11 delegados sobre 500 y sus aliados apenas uno cada uno- se quedó con la secretaría de la junta ejecutiva de la FUA.

En un breve discurso, la nueva presidenta de la FUA de Franja señaló la orientación que promueven los aliados “estudiantiles” de las camarillas universitarias, esto es, una plataforma de vaciamiento educativo y descalificación laboral. A eso se refirió al reivindicar la “agenda moderna dinamizadora e innovadora”, “donde vayamos con trayectos académicos más breves”. Se encuentra en marcha un desmantelamiento general de las carreras de grado, para “modernizarlas” con títulos devaluados y “convertibles” mediantes créditos y rankings y una proliferación de posgrados y contenidos privatizados. Para los trabajadores, docentes y no docentes, la agenda “dinámica” refiere a la destrucción de sus salarios y sus convenios colectivos. La presidenta de Franja reclamó que el presupuesto es “castigado por la inflación”, ocultando que la reducción presupuestaria se aprobó en el Congreso Nacional con el voto del macri-radicalismo.

La izquierda

El Congreso de la FUA evidenció un acuerdo político entre Franja Morada y el Partido Obrero oficial, al que finalmente se aliaron también el MST e Izquierda Socialista. El mismo consistió en canjear el aporte fundamental del PO oficial al quórum de la reunión de Junta Ejecutiva del 17 de noviembre, que convocó a este Congreso trucho, a cambio de una secretaría. El aparato del PO pretende disimular su retroceso en el movimiento estudiantil mediante componendas. En materia de planteamientos políticos, el PO oficial asegura que fue “a proponerle un plan de lucha” a esta FUA sin relevancia, lo que constituye un dislate.

Por su parte, tanto el PTS, como el NMAS, llevaron la propuesta de posponer el Congreso hasta marzo para que se regularicen las actas, en un guiño al peronismo, que reclamaba el reconocimiento de numerosas facultades donde no se vota desde 2018. Esas agrupaciones -la JUP y La Cámpora/Mella/PCR- judicializaron el Congreso en disconformidad con la asignación arbitraria de Franja, que en el pasado había pactado sin inmutarse. La moción del PTS y el NMAS fue solidaria con su posición.

Política Obrera se hizo presente en el Congreso de la FUA denunciando su vaciamiento y las políticas promovidas contra la universidad y los trabajadores. El movimiento estudiantil tiene el desafío de superar esta representación antidemocrática y cómplice del derrumbe educativo y nacional.

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