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El Sindicato de Prensa de Buenos Aires -SiPreBA- logró arrancar al Ministerio de Trabajo la personaría gremial, luego de ganarle la compulsa de afiliados a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA). La noticia fue publicada en el Boletín Oficial el lunes 23. La fundamentación de la resolución adoptada por la cartera dirigida por la ministra Kelly Olmos deja blanco sobre negro el fraude de la UTPBA, un cascarón vacío que en la última década firmó paritarias a la baja a repetición y abandonó cualquier organización de los trabajadores de prensa.
SiPreBA nació en 2015, desde las redacciones de CABA, en un proceso de autoconvocatorias por la paritaria del gremio, que resultó una desautorización defnitiva de la burocracia. Los trabajadores debían enfrentar no solo a las patronales del sector: también a la UTPBA, una burocracia de personeros de las empresas, que permitió el avasallamiento del Estatuto del Periodista y de las condiciones laborales dentro de cada medio.
Los trabajadores afiliados y las Comisiones Internas de delegados y delegadas -que son exclusivamente del SiPreBA, la UTPBA no tiene ni una- pelearon la personería desde el minuto uno y solicitaron una compulsa para verificar la representatividad real. El Ministerio de Trabajo dio vueltas largamente antes de admitir la compulsa.
Finalmente, el Ministerio de Trabajo requirió las listas de afiliados a todos los sindicatos que intervienen en el gremio en empresas privadas, mixtas y públicas. La UTPBA, dice la resolución, “no ha acreditado afiliados cotizantes ni su cantidad” (BO Resolución 21/2023). Además, el SiPreBA no sólo presentó la documentación que corrobora que es el sindicato mayoritario frente a la UTPBA, sino que en Télam superó al SITRAPREN, el sindicato de empresa que interviene en la agencia de noticias.
La resolución que otorga al SiPreBA la Personería Gremial definitiva es un golpe duro contra el cascarón vacío que es la UTPBA y sus burócratas enquistados. La burocracia dejó pasar los despidos masivos en Clarín en el año 2000 y todos los que le sucedieron después. Firmaron año tras años paritaria a la baja, vaciaron la Obra Social en favor de la desregulación y las prepagas -muchas veces asociadas a las propias empresas- y dejaron pasar la extensión de la jornada laboral, violando el Estatuto del Periodista, que contempla la jornada de 6 horas entre otros beneficios para la actividad.
Las paritarias de hambre y la destrucción del salario
La UTPBA viene de firmar en 2022 y hasta abril del 2023 una paritaria del 56 %. Al acuerdo más bajo de entre los firmados se le suma que las patronales han modificado la jornada laboral a 7 horas o más, con incrementos salariales acordados por fuera del convenio. La extensión de la jornada es una forma de cubrir los puestos de trabajo perdidos en los últimos años.
El sistema de “colaboradores” encubre el fraude laboral sistemático, donde trabajadores que cumplen horario y todas las exigencias de un trabajador bajo convenio figuran como proveedores sin derecho a estabilidad laboral, vacaciones y obra social. En otros medios, se falsea el encuadramiento laboral para eludir los derechos de los trabajadores.
En algunos medios se han negado a pagar el bono de los privados firmado por el gobierno en 24.000 pesos; en otros se adeudan los aportes patronales perjudicando la cobertura de salud y jubilatoria o directamente adeudan parte del aguinaldo. La UTPBA dejó estancado el salario del redactor en 115.775 pesos. Son salarios que obligan al multiempleo.
SiPreBA se movilizó el 13 de enero último por la reapertura de la paritaria y por el reconocimiento de su representatividad. En el medio, los trabajadores de Olé lograron revertir los descuentos que Clarín le realizó a aquellos que participaron de un plan de lucha por aumento salarial. Todas las peleas que se presentan en el gremio son dirigidas por delegados electos en cada redacción.
En dos trabajos realizados respecto de la situación del gremio que realizó el propio sindicato se relevó que entre los años 2016 y 2017 se perdieron 1.800 puestos de trabajo. De ellos el 46,1 % fueron por despidos directos y el 53,9 % por retiros voluntarios o jubilaciones compulsivas. Esa merma de puestos de trabajo permite de hecho la extensión de la jornada de trabajo por sumas arregladas entre empleador y trabajador, o la instauración de las horas extras haciendo las jornadas interminables.
En esos años cerraron DyN y Revista 23. Clarín y La Nación lograron deshacerse de trabajadores a través de retiros voluntarios y flexibilizar las condiciones de trabajo. Los salarios están por debajo de la línea de pobreza.
La personería gremial otorgada al SiPreBA debe ser un jalón para tomar la agenda de los y las trabajadoras, recuperar los puestos de trabajo y la defensa del estatuto del periodista.
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