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Luego del acto que realizó el FIT-U en Plaza de Mayo de pasado 1ro. de Mayo, donde los partidos que integran este frente hicieron una demostración pública de faccionalismo extremo en su disputa por las próximas candidaturas, el PO le dedicó una nota editorial haciendo un balance que podría calificarse como peculiar. Allí, el autor de la nota, Juan García, reivindica el carácter faccional que tuvo el acto, presentándolo como “una suerte de asamblea pública”. La intención de estafar al lector es notoria. En una etapa anterior (antes de la usurpación de su dirección por un aparato), el PO denunciaba que el PTS quería convertir al FIT en “un campo de disputas”, es decir, un terreno de luchas faccionales sin principios. Hoy el PO es el principal defensor de esa orientación, disfrazando el defecto como una virtud. No podía ser de otra manera, porque el faccionalismo es la forma que adquiere una orientación estratégica; en este caso, la adaptación al régimen, el electoralismo y, en consecuencia, la pelea por el reparto de los cargos parlamentarios.
García, en su editorial, afirma que el FIT-U “es la expresión más importante de la izquierda en la Argentina”. La afirmación elude el contenido político que esta expresión (el FIT-U) contiene. Anteriormente, la actual dirección del PO se aventuró a afirmar que el FIT-U es una expresión de independencia de clase único en el mundo. Hoy ya no sería “única”, sino la “más importante”, lo cual no quiere decir nada en términos políticos. La ausencia de una definición política dice más de lo que oculta.
En su balance del acto, el articulista aprovecha para desarrollar las posiciones políticas que, según él, se dirimieron el 1ro. de Mayo. Sostiene que “lo que está en discusión no es un problema de cargos, sino fundamentalmente de orientación política, entre una orientación fuertemente electoralista y de adaptación política al kirchnerismo que viene desarrollando el PTS, y otra independiente”. En esta polémica, afirman que “reducir la crítica a Cristina a su apoyo a Massa, como hizo el PTS a través de Myriam Bregman, oculta que en realidad, matiz más matiz menos, el gobierno (además lleno de funcionarios kirchneristas) responde a la política y los intereses que defiende el kirchnerismo”.
Pero esta orientación que le achaca al PTS es un calco de la que sostiene el PO en el movimiento piquetero, donde llama a Grabois y compañía a “que rompan con el gobierno”, como si el emisario del Papa no fuera parte de la misma orientación y no tuviera el Ministerio de Desarrollo Social “lleno de funcionarios” de su riñón. El mismo 1ro. de Mayo, el Polo Obrero oficial estaba invitado a participar del acto de la UTEP junto a la CTA-A y la CCC en la 9 de Julio, al cual desistió de ir sólo en función de su compromiso con el FIT-U en Plaza de Mayo, pero dejando abierto el diálogo para otras actividades en común.
García agrega a esto que “delimitarnos del kirchnerismo es especialmente clave porque los trabajadores y la población en general lo consideran de izquierda, cuando no lo es, y nos asocian a él aunque combatamos al gobierno”. En los próximos días seremos testigos de una marcha convocada en común por el Polo Obrero y la UTEP, la CTA-A (“Cachorro” Godoy), a la que algunos medios agregan la participación de La Cámpora. El objetivo de las organizaciones kirchneristas es generar una presión en su favor en la disputa por los cargos al interior del Frente de Todos. La dirección del PO, que se lamenta de que el electorado los 'asocie' al kirchnerismo, acuerda una marcha con estos dirigentes oficialistas aún cuando ellos no han roto con el gobierno (es decir, marchan con una parte del gobierno contra otra facción del mismo).
De esto se desprende que toda la cantinela sobre la importancia primordial para el FIT-U de “delimitarnos del kirchnerismo”, no es más que un relato en función de la lucha faccional de ese frente de cara al armado de listas electorales.
García, también refiriéndose al discurso de Bregman, le critica que “el PTS vuelve a insistir con la convocatoria a una asamblea constituyente para modificar entre otras cosas el Poder Judicial”, y agrega: “una constituyente hoy estaría dominada por la derecha de todos los signos y (…) solo un gobierno de los trabajadores puede llevarla adelante”. Pero la consigna de la Constituyente, que el PTS convirtió en un slogan electoral, el PO no la ha planteado en ninguna de sus intervenciones en el acto del 1ro. de Mayo, así como tampoco la planteó jamás en sus participaciones en los medios de comunicación ni en su periódico. Tomando por caso la reciente suspensión de las elecciones tucumanas por parte de la Corte Suprema, la salida planteada por el PO es que “necesitamos una elección que se desarrolle en términos realmente democráticos” que garantice “una campaña electoral equitativa entre los distintos espacios políticos” y agregan un llamado a “fortalecer y construir una alternativa política de los trabajadores”. En otras palabras, hay que encauzar la crisis en los rieles ordinarios del proceso electoral.
Lo que está ausente en todo el editorial de García, como también estuvo ausente en el acto del 1ro. de Mayo, es una caracterización concreta de la descomposición del gobierno, la crisis de poder que plantea y el cuestionamiento que recae sobre el conjunto mismo del proceso electoral. Tampoco se vislumbra un llamado a la intervención de la clase obrera en este proceso con una huelga general. El llamado a la acción fue reemplazado por los acuerdos de aparatos con los dirigentes piqueteros oficialistas que ocupan cargos en el gobierno.
La ausencia de una caracterización general incluye una caracterización del propio FIT-U. García sostiene que “la independencia del Frente de Izquierda, que es la razón fundamental de su constitución hace 12 años, está cuestionada y en peligro con el seguidismo al kirchnerismo”. Se trata de un planteo unilateral y sesgado, que soslaya las contradicciones que tuvo la propia conformación del FIT y revisa el análisis que el propio PO hizo en aquel entonces. La conformación de un polo independiente, hace doce años, tuvo un carácter “oportunista”, como dijimos en aquel entonces, porque reunía fuerzas con organizaciones democratizantes. Las limitaciones que le son propias a este frente y que el PO quiere disimular, están revelando en estos días, al calor de la crisis del régimen, todo su alcance.
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