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La feroz disputa faccional en que se encuentran inmersos los partidos del Frente de Izquierda-Unidad de cara a las próximas elecciones se convirtió en el eje del acto que realizaron en Plaza de Mayo el pasado lunes, en ocasión del 1º de Mayo. Recordemos que cada partido proclamó sus propias precandidaturas presidenciales por separado: la de Solano-del Pla, por parte del PO, la de Bregman-Del Caño, del PTS y la de Fierro-Bodart, por el MST. En el caso de IS, defiende de manera aislada una fórmula única Bregman-Solano.
El escenario del acto fue el 'ring' en el que se confrontaron los distintos slogans electorales de cada partido, pero en ningún caso hubo un esbozo de planteo estratégico frente al colosal derrumbe de las condiciones de vida de la clase obrera y al agotamiento del gobierno peronista. El Día Internacional de los Trabajadores fungió, en realidad, como una excusa para dar rienda suelta a la autoproclamación y a la exaltación del carrerismo político. Allí donde la clase obrera era invocada por alguno de los oradores, el fin era adjudicarse su representación en contra de los demás partidos, repitiendo las mismas fórmulas que vienen utilizando en sus respectivos periódicos. El acto, además, se realizó al día siguiente de los comicios municipales de la provincia de Mendoza, donde los partidos del FIT-U fueron en dos listas separadas y sufrieron un derrumbe histórico de su votación, no superando el piso proscriptivo de las PASO en la mayoría de los casos. Estos resultados fueron aprovechados en el escenario de Plaza de Mayo por los partidos del FIT-U para culparse mutuamente por la mala performance electoral mendocina.
En su discurso, Myriam Bregman reclamó, contra los demás partidos del FIT-U, que “necesitamos una izquierda con una política independiente frente a la guerra en Ucrania: ni Putin ni Zelensky armado por la OTAN”; una denuncia velada contra sus socios del MST. También reclamó la necesidad de “una izquierda independiente de todas las instituciones reaccionarias de este Estado capitalista, como lo es el poder judicial”; esta vez, la acusación fue dirigida contra el PO oficial, en referencia al apoyo de este a la condena contra CFK. Del otro lado, Gabriel Solano del PO replicó que “es cierto que necesitamos una izquierda independiente, como acá se dijo, del poder judicial. ¡Y del poder parlamentario también!”, devolviendo esa acusación contra el PTS, al que el aparato del PO acusa de ´neokirchnerismo´. Las denuncias cruzadas de falta de independencia política frente al parlamento, al poder judicial y a la OTAN, invalida la fórmula de que se trató de “el único acto que es una real oposición a la política del gobierno y de los partidos de los capitalistas”, como afirmaron los partidos del FIT-U, a coro, sobre su 1º de Mayo. Las acusaciones mutuas, de todas maneras, no pasan el nivel de la chicana política que domina la disputa faccional del frente; una vez superadas las disputas por los cargos, estas denuncias serán sepultadas en el olvido.
Trayendo a colación las elecciones mendocinas, Solano destacó que en el municipio de Maipú (el único donde el FIT-U superó las PASO) “vinieron al rescate del Frente de Izquierda los trabajadores más precarizados de Maipú”, que permitieron al PO imponerse sobre sus aliados en el distrito. Finalmente, Solano explicó que “cuando discutimos candidaturas, lo que estamos discutiendo es un programa y una estrategia”. El desarrollo de ese programa y de esa estrategia, sin embargo, estuvo por completo ausente de los discursos en la jornada de Plaza de Mayo, salvo que se tome como tal la consigna de “una izquierda que se planta”, como fue repetido por los oradores del PO.
El planteo de la huelga general estuvo ausente como orientación estratégica. Sólo en medio de una larga lista de consignas, sin ninguna conexión entre sí, Bregman afirmó que “hace falta preparar la huelga general”, así como “un congreso nacional de ocupados y desocupados” y “pelear por la reducción de la jornada laboral a seis horas”, entre otras tantas. Presentado de esa manera, el planteo de la huelga general se desvirtúa en un slogan electoral, en lugar de ser el norte rector de agitación política de un partido revolucionario.
El virtual desmembramiento del FIT-U tuvo su correlato en las actividades que desarrollaron en las provincias y regiones del interior. Los actos del 1º de Mayo se realizaron en diferentes días en las provincias, repartidos entre el 28 y el 30 de abril en su mayoría, y en muchos casos de manera dividida entre los distintos partidos, como fueron los casos de Santa Fe, Córdoba, Jujuy, Bahía Blanca, entre otros. Ninguno de los partidos del FIT-U creyó necesario explicar la razón de los actos divididos del interior. Tampoco hubo explicación alguna sobre el hecho de que las organizaciones de la Unidad Piquetera, a diferencia de años anteriores, no se hicieran presentes en el acto del Plaza de Mayo, salvo por el Polo Obrero oficial y el MST, así como en el resto de los actos de las provincias en los que solían participar.
Al final de su discurso, reclamando un congreso del FIT-U, Solano lanzó su santo y seña: “estamos a tiempo”. Como sucedió en la provincia de Salta, el PO sólo espera la concesión de alguna candidatura para cerrar todos los acuerdos de candidatos que hagan falta con el resto del FIT-U, olvidando las “diferencias de programa y estrategia” que afirmaron tener. El MST, a su vez, se sumó a la línea del PO para dirimir las candidaturas, planteando un congreso obrero que vote los candidatos, pero, en cambio, agregó que “finalmente, si hay PASO, tampoco dramaticemos, no hagamos una novela de eso, porque después vamos a salir a dar la pelea todos juntos”. Con esas palabras Celeste Fierro cerró el acto y dejó en claro que las grandes “divergencias de programa y estrategia” quedarán sepultadas por la convergencia en el oportunismo y el carrerismo político.
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