Merlo: paro y movilización contra la violencia en las escuelas y por medidas de protección

Escriben Julio Cesar Gudiño y Patricia Urones

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El martes 9 de mayo, en el jardín 907 de San Antonio de Padua un grupo de padres irrumpió de manera violenta imputando a varias docentes de presuntos abusos sexuales. Los violentos derrumbaron varias puertas, increparon verbalmente a los docentes y luego los privaron de su libertad durante varias horas. Semejante ataque motivó la intervención de la policía bonaerense que despejo el jardín a balazos limpios. Los hechos de violencia no se limitan al nivel Inicial. En septiembre del año pasado, las maestras de la EP 57 debieron soportar como un grupo de padres golpearon salvajemente a un auxiliar al cual acusaban de presuntos abusos. La golpiza fue presenciada por directivos, maestros y alumnos. Ante este hecho, los trabajadores de la EP 57 pararon y se movilizaron Jefatura Distrital a pesar de los aprietes de la patronal y de la propia dirección Celeste del SUTEBA que tildo al paro como “ilegal”. Los docentes del nivel Medio soportan todo el tiempo situaciones de violencia entre padres dentro de la institución escolar, entre los propios alumnos y de algunos padres contra los docentes por situaciones tales como la forma de evaluar, etc. La violencia, se extiende como reguero de pólvora por toda la provincia, venimos de movilizaciones y medidas de fuerza en Moreno, Morón, La Matanza, Esteban Echeverría, Ezeiza y CABA.

En este marco de violencia extrema, el FUDB convocó a un paro distrital para el día siguiente sin movilización con el claro objetivo de descomprimir la bronca que anida en la docencia por un sinfín de reclamos entre los que está en primer orden medidas de protección y resguardo para los docentes mientras desarrollamos nuestras labores en las instituciones educativas.

A pesar de la negativa a movilizar por parte del FUDB, en el día de ayer se llevó a cabo una asamblea autoconvocada en el mástil de Merlo seguida de una movilización por las calles céntricas que culminó en la jefatura distrital y con una entrevista con el jefe distrital al cual se le entregó un pliego de reivindicaciones.

La violencia brota por todos los poros de la sociedad

La crisis social es la madre de esta violencia. La precarización laboral, la carestía de la vida, la pobreza y la miseria son la base objetiva del proceso de descomposición al que este régimen social está sometiendo a la familia trabajadora. Es en este contexto en el que se ha producido también un salto en la tasa de adicciones y femicidios. La escuela, lejos de ser el problema, es parte de la solución, en la medida en que funciona como un espacio de contención y guía para los chicos y para los padres.

Sin embargo, el Estado y la conducción gremial de FUDB han dejado fluir este estado de cosas, permitiendo que la escuela se transforme en el chivo expiatorio de la crisis social a la cual los partidos patronales nos han llevado. Las direcciones oficialistas de los sindicatos docentes ni siquiera ponen al servicio de los trabajadores asesoramiento y representación legal gratuita. Esto obliga al docente acusado de presuntos abusos a costear un proceso judicial millonario imposible de solventar para trabajadores que perciben salarios de pobreza. El Estado, lejos de ser el garante de la educación pública y de la justicia permite que se avasalle el derecho de defensa del acusado y se avance en la desorganización del plantel docente implicado.

Asistimos a un ataque en regla contra las condiciones de trabajo de la docencia que además de trabajar en medio de un derrumbe edilicio, con salarios de pobreza y jornadas de trabajo agotadoras debemos soportar una desprotección total de nuestra integridad física y psíquica en nuestro lugar de trabajo. Las patronales y sus medios de comunicación, que son empresas privadas, fogonean este ataque a nuestras condiciones de trabajo y de vida con la construcción de un discurso demonizador que busca enfrentar a las familias con los docentes.

Hace tan solo 20 días los choferes de La Matanza parieron un paro autoconvocado de la Zona Oeste en repudio al asesinato del compañero Barrientos y en defensa de la vida y por condiciones de trabajo seguras y dignas. Debemos seguir este camino. La salida no va a venir de “reclamarle a la burocracia sindical que rompa con el gobierno y se ponga a la cabeza de la lucha” como repite incansablemente el FITU o de “políticas públicas” como reclama la Celeste. Tenemos que trabajar, escuela por escuela, discutiendo con los compañeros, eligiendo delegados y formando una gran coordinadora provincial que luche por la defensa de todas las reivindicaciones docentes, contra la violencia, en unidad con las familias que son trabajadores igual que nosotros y en la perspectiva de la huelga general.

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