Tucumán: extraordinaria jornada de la lucha universitaria

Escribe Daniel Blanco

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La jornada del 23 en Tucumán tuvo un condimento especial en relación a lo ocurrido en el resto del país. Con bastante antelación, ADIUNT, el sindicato que agrupa a la docencia universitaria, decidió intervenir en la jornada convocando al movimiento estudiantil, a los no-docentes, a la docencia provincial y otros sectores en lucha en la provincia.

Se pusieron en marcha asambleas en las facultades, clases públicas en distintas unidades académicas, reuniones de coordinación con diversos sectores, lucha política en diversos ámbitos, como fueron las denominadas multisectoriales.

En la medida en que comenzó a crecer la adhesión a la convocatoria de ADIUNT, se conoció la decisión de APUNT -el sindicato de los no-docentes- declarando paro total el 23.

En paralelo y retrasado respecto a otras universidades del país, el rectorado convocó a una reunión a todos los sindicatos de la universidad y a las autoridades de las facultades. A esa reunión asistió una delegación de la ADIUNT. Las autoridades aclararon que no llamaban a la marcha y proponían realizar el 23 un abrazo simbólico a la UNT en el rectorado, donde se leería un documento que aún no estaba redactado. Los representantes de la ADIUNT se delimitaron, defendiendo la movilización, y desenvolvieron la perspectiva de la rebelión educativa, única vía para defender los derechos de los trabajadores de educación y los estudiantes.

En ese cuadro, teniendo como intermediario al PCR, comenzaron a surgir pronunciamientos que apuntaban a desplazar a la ADIUNT de la dirección de la Marcha. La burocracia de APUNT declarando que iba al “abrazo”, marchaba y se retiraba. Otros sectores, que solamente iban al abrazo. Desde la denominada Multisectorial de la Patria, en la que abrevan la CTA y el PCR, entre otros, buscaron impulsar una línea “intermedia” de apoyar la convocatoria del abrazo del rectorado y la de la marcha de ADIUNT. Por esa vía, intentaban colar a la CGT, la CTA y diversos sectores burocráticos. El FIT-U iba a la cola de esa orientación, aunque sin trascendencia.

Con el paso de los días los pronunciamientos en un sentido y en otro se multiplicaron. Los anuncios del gobierno nacional echaban leña a la participación en la marcha.

El 23, finalmente, el mal tiempo amenazó jugar una mala pasada, pero había disposición a marchar cueste lo que cueste. El rectorado fue el punto principal de concentración. El abrazo pasó sin penas ni gloria. ADIUNT, tomando todas las prevenciones, había organizado la cabecera y detrás suyo se fueron alineando distintos agrupamientos. La marcha de miles de personas recorrió el centro de la ciudad hasta converger en la Plaza Independencia con la columna de la Universidad Tecnológica (UTN) y sectores de los trabajadores no-docentes. La concentración se fue engrosando con sectores proveniente de numerosos sectores. Había presencia de trabajadores de Luz y Fuerza, de estatales, de la docencia provincial, cuyo sindicato -ATEP- decidió adherir a la marcha a último momento. Las columnas más importantes fueron de los colegios secundarios de la universidad y también de los secundarios de la provincial. La FUT (Federación Universitaria de Tucumán) decidió boicotear la convocatoria, pero igualmente hubo importantes columnas de estudiantes de la facultad de ARTES, Filo, Lillo (Ciencias Naturales).

Las autoridades finalmente se hicieron presentes en la marcha, de la misma manera algunos referentes y fuerzas vinculadas al gobierno, como ocurrió con Libres del Sur, o agrupaciones K y de la JP.

Cuando la lluvia se hizo torrencial, a pesar de que la plaza ya estaba casi llena de manifestantes, aunque faltaban de ingresar tres o cuatro columnas de manifestantes, se decidió concretar el acto adaptado a las circunstancias del clima.

Hablaron Anahí Rodríguez, actual secretaria adjunta de ADIUNT, una referente docente de la Universidad Tecnológica, el presidente del centro del colegio preuniversitario de Agricultura y a la vez referente de la Federación que los agrupa, una delegada referente de la facultad de Filo, Raquel Grassino, referente de la docencia autoconvocada. Cerró el acto Ariel Osatinsky, quien hizo un encendido discurso saludando lo que, para todos los reporteros periodísticos, fue la mayor concentración de los últimos 20 años: alrededor de 30.000 manifestantes.

Osatinsky describió el cuadro de situación, el ataque destinado a destruir el sistema universitario y educativo público; desenmascaró el discurso de Milei; denunció que a pesar de los anuncios sigue el ajuste, que se profundiza una política de desfinanciamiento anterior a Milei; denunció que, mientras el pueblo hoy se movilizaba, los bloques políticos denominados opositores y la burocracia de la CGT estaban negociando la aprobación de la "Ley Bases" y una reforma laboral antiobrera, y destacó que la lucha debía continuar, de manera independiente, por medio de autoconvocatorias, coordinaciones y de la huelga general.

Significativamente, un orador integrante de la directiva de la ADIUNT perteneciente al PCR se bajó de la lista de oradores.

En Tucumán la jornada del 23 fue un día de lucha contra el gobierno y sus socios, independiente de las autoridades y las burocracias sindicales.

Ahora, a preparar, balance mediante, los nuevos capítulos de la lucha.

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