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Finalmente, en la reunión entre la UTA y las cinco cámaras empresarias del transporte que se realizó ayer -al término de la ´tregua´ de 15 días- se llegó a un acuerdo. Consiste en el pago de una suma no remunerativa de 500 mil pesos en dos cuotas, a pagar en mayo y junio.
El reclamo era la incorporación al básico de 250 mil pesos a partir de abril, de acuerdo al convenio homologado en febrero pasado. El nuevo acuerdo, en cambio, representa una triple pérdida para los trabajadores del transporte: primero, no van a cobrar la suma de 250 mil pesos del mes de abril; segundo, la suma no remunerativa no pasa al básico; y, por último, ese básico -ahora sin la incorporación de los 250 mil pesos- será la base para discutir los aumentos salariales que corresponden a partir de marzo en adelante. Las patronales consiguieron continuar pagando, hasta junio, los mismos básicos de febrero, es decir 737 mil pesos, cuando habían firmado que pasaría a 987 mil en marzo. El comunicado de la UTA intenta encubrir la agachada anunciando que “la negociación paritaria sigue abierta”.
El núcleo político de esta capitulación es el entendimiento al que arribaron los dirigentes de la CGT con el gobierno de Milei en torno a la reforma laboral y la homologación de convenios. A partir de ese acuerdo, Camioneros se avino a un acuerdo a la baja, renunciando a la paritaria que, en la víspera, insistía en homologar; el plan de lucha de la UOM fue desactivado por completo -los obreros siderúrgicos están cobrando todavía los mismos salarios básicos de noviembre de 2023-; la paritaria de la Alimentación se cerró en cuotas de “un dígito por mes”, y la lista sigue. En este marco, el paro del 9 de mayo -si se realiza- será más una manifestación de apoyo al acuerdo con el gobierno que una medida contra éste.
Las cámaras empresarias llegaron a un compromiso asumido por el Secretario de Transporte para ´recalcular´ los montos de los subsidios. El acuerdo precario deja margen a las patronales para continuar el reclamo de llevar el boleto mínimo a $1.200. El vocero de las patronales declaró que “el aumento se paga con subsidios o con [aumento de las] tarifas”.
Para evitar la suba del boleto, las cámaras reclaman para operar subsidios por unos 50 mil millones de pesos, sin contar los salarios de los trabajadores. Amenazan para forzar la mano con una rebaja de los servicios, en horarios nocturnos y en los valles entre horas pico; con una reducción del parque automotor en incluso con desprenderse de 10 mil trabajadores (lo que representa el 20 % del total del personal).
La agenda de las líneas del transporte es la salida del régimen de subsidios y trasladarle el costo integralmente por los trabajadores con un tarifazo, reducción de servicios o despidos masivos.