Del Estudiantazo a Plaza de Mayo a la huída de la burocracia de la CGT a la sede de Azopardo

Escribe Comité Editorial

La crisis de dirección de la clase obrera a la vista de las masas

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A cualquiera que haya participado en la gigantesca marcha del martes le llamó poderosamente la atención la presencia de la masa de jóvenes de todos los rincones de CABA y el Conurbano, que se movilizaron con independencia de los aparatos sindicales o estudiantiles tradicionales.

La denominación de “gente suelta” para todos ellos es tendenciosa. Lo que tuvimos fue la autoorganización de colegios, institutos y facultades que llegaron con sus banderas precariamente pintadas, e infinidad de cartones o pancartas confeccionadas a mano. Algunos observadores señalan la presencia de jóvenes que han votado al gobierno. Pero ¿cuál es el hilo conductor entre el voto a Milei y la marcha masiva contra Milei? Un curso acelerado de experiencia política: advirtieron que el gobierno de Milei es antiobrero y liberticida, sin depositar ninguna confianza en los viejos aparatos patronales y la burocracia sindical. Hasta donde alcanzó nuestra mirada, en numerosas universidades del Conurbano los estudiantes rechazaron los colectivos contratados por rectores o incluso por centros de estudiantes, para venirse en tren a Plaza de Mayo.

A su manera, la marcha fue recorrida por la tensión entre los aparatos burocráticos y la masa presente. Las burocracias de los no docentes, FATUN, y el aparato de la CGT se las arreglaron para colocarse al frente de la columna oficial y conformar una suerte de tapón en la Plaza, delante de las centenares de miles de personas que pugnaban por ingresar. Pero la masividad desbordó todo y el propio acto “oficial” -y la lectura de un documento- pasó a un segundo o tercer lugar, en medio de una manifestación donde los puntos de agitación se propagaban por todos lados. La CGT se subió tardíamente al acto universitario y no le aportó más que el despliegue de un aparato, a través de las burocracias sindicales que actúan dentro de la universidad.

Este señalamiento es fundamental a la hora de caracterizar al acto cegetista que tendrá lugar el próximo Primero de Mayo frente a la sede de la central sindical. Huye de la Plaza de Mayo porque no recoge ni quiere recoger el ímpetu de lucha que se manifestó, como fenómeno de conjunto, en el estudiantazo. Por medio del choque de masas contra la asfixia presupuestaria de las universidades, se coló lo más obvio: una reacción a la enorme y fulminante confiscación social de los trabajadores, que estalló con el nuevo gobierno. Para los sociólogos habituados a la contratapa de los libros, los manifestantes habrían expresado reclamos universales con la vista puesta en el arribismo personal. Con tasas enormes de pobreza en todo el mundo, la tendencia del capitalismo no es, precisamente, a la igualdad y el progreso. La educación, como se mostró ayer, servirá para la mayoría de educandos como arma de lucha organizada contra el capital, en tanto que la realización de las mejores aspiraciones individuales dependerán de la derrota de la barbarie, la guerra, la explotación y de la victoria del socialismo.

El acto de la CGT, confinado a su propia sede, es el resultado de un acuerdo político entre la burocracia sindical y el gobierno de Milei. La entrega de los derechos laborales, incluida en la ley “Bases”, y la aceptación de las paritarias a la baja, para obtener su homologación, son la expresión de algo más general: la defensa de los cuatro años de mandato del liberticida. El acto de la CGT no será un canal de movilización de masas, será sólo la ceremonia de un aparato patronal y, encima, dividido. De otro modo, lo habría convocado en la Plaza de Mayo para organizar las asambleas y piquetes de las luchas que vienen.

La Marcha Universitaria fue una gran autoconvocatoria; los aparatos que hicieron de convocantes no tienen los recursos, la voluntad ni tampoco la autoridad política para ello. Que lo diga, si no, Lousteau o Massa; el saludo de la ventana de CFK fue patético. Lo de la CGT frente a su sede es, esencialmente, aparatismo. Los elementos subjetivos -programa y organización- para confrontar a esos aparatos comienzan a desarrollarse de nuevo, como ha ocurrido en el pasado. Quienes, como el FIT-U, se repiten, una y otra vez, en el seguidismo a los aparatos históricamente agotados, no ven el alcance político de los canales que se abren. En los debates de la "multisectorial" han rechazado nuestra moción de hacer un acto en la Plaza el 1° de Mayo.

El primer paso de una nueva dirección, en una situación que tiene potencialidad revolucionaria (una potencialidad de conjunto: económica, social, política, internacional) es dar el paso al frente. Eso representa el 1° de Mayo en la plaza histórica de la clase obrera, frente al poder político.

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