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Lo más próximo a la marcha de hoy por la Universidad ocurrió hace 56 años, en 1958, cuando una movilización enorme de 250.000 asistentes salió a defender la enseñanza pública y laica, contra la habilitación, por parte de Arturo Frondizi, de las universidades privadas, incluídas las patrocinadas por la Curia. Al igual que ahora, tuvo lugar cuando el flamante presidente apenas tenía cuatro meses de mandato. Pero a diferencia del escenario actual, el promotor incumplía sin el menor trazo de vergüenza lo que había prometido en la campaña electoral. El grueso de la movilización estuvo a cargo de los estudiantes secundarios, en especial, del Gran Buenos Aires, que iniciaron una huelga general. Pocos meses después estallaba una huelga petrolera, contra la entrega de concesiones al capital extranjero y la militarización de yacimientos y refinerías. Enseguida se producía el intento de privatizar el frigorífico Lisandro de la Torre, la resistencia del barrio de Mataderos contra las fuerzas militares del cuartel de La Tablada y la declaración de una huelga general indefinida por parte de las llamadas 62 Organizaciones, que aglutinaban al sindicalismo peronista.
¿Qué perspectivas abre la movilización gigantesca de hoy contra el vaciamiento presupuestario de las Universidades Nacionales, por parte del liberticida Milei? La movilización en la Ciudad de Buenos Aires ha sido estimada entre 500 y 800 mil personas, y decenas de miles en Rosario, Córdoba, La Plata, Mar del Plata y cada una de las grandes ciudades, incluida Tierra del Fuego. Para los protagonistas políticos que participaron de la movilización, se trató de un acto de comunión educativa, de defensa de tradiciones comunes y de afirmación de una vocación de ascenso social. Casi vibraban de emoción cuando aseguraban que la educación es un patrimonio de todas las clases sociales, a sabiendas de que sólo una proporción mínima de la masa de la juventud trabajadora llega siquiera a la educación secundaria. Se ha buscado deformar la gran jornada de hoy, hasta convertirla en un factor de unidad de clases bajo el sistema existente. El documento de los rectores y federaciones universitarias ratificó el reclamo de un aumento del presupuesto, pero no trazó una perspectiva general. Sin embargo, la marcha de hoy fue objetivamente, una marcha contra el gobierno antiobrero y liberticida de Milei contra la miseria social que ha desatado y contra el alineamiento de Argentina en el bando militar de la OTAN. El día anterior Milei, por cadena nacional, ratificó que reforzará motosierra y la licuación y, en la mañana siguiente, el vocero Adorni declaró cerrado el capítulo universitario.
La jornada de hoy fue impulsada por una extendidisima autoconvocatoria de docentes, no docentes y en especial estudiantes. Fue una irrupción de las fuerzas elementales de la juventud secundaria y por sobre todo universitaria contra un gobierno políticamente fascista que está obligado a transitar, DNU mediante, un régimen constitucional con el apoyo estructural de ‘opositores’ y la Corte Suprema. La victoria de la lucha en defensa de la Universidad requiere una profundización de la lucha que acaba de iniciarse.
En la masa se destacó la afluencia de manifestantes por fuera de los aparatos y las columnas predeterminadas. La masividad hizo colapsar las líneas de subte y de colectivos. La cabecera no había partido de Av. de Mayo y la Plaza de Mayo ya estaba llena, junto a todo a lo ancho de la propia Av. 9 de Julio. La movilización ha constituido una derrota política del Gobierno. Es necesario convertirla en una victoria completa del pueblo movilizado.
El documento leído por los Rectores y la FUA se ocupa de describir el ajuste presupuestario pero [no ofrece una ruta de continuidad de la movilización. Está centrada en una “negociación”, que parta las diferencias, con un gobierno que habla de “tema saldado” y que “los fondos ya los mandamos”. Se ha programado una reunión para el próximo martes, del tipo que reunió a la CGT con los Caputo y el Jefe de Gabinete. Como ha ocurrido con las provincias el objetivo es que el ajuste recaiga fundamentalmente en docentes (ya los hay ‘ad honorem’) y estudiantes (condiciones de estudio y becas). El Rector de la UBA, Ricardo Gelpi, se declaró “angustiado” y que “nunca se hubiera imaginado tener que movilizar”. La movilización universitaria ha abierto un rumbo: vigilias, ocupaciones y la calle.
El gobierno fascistizante de Milei ha guardado para más adelante su arsenal de provocaciones. Para burla propia anunció un “comando unificado de seguridad”, del cual participó Milei con su hermana, “para contener la marcha”. Se tuvieron que contentar con vallar apenas la Rosada porque la policía fue totalmente corrida por la concurrencia. El “protocolo” de Bullrich tampoco pudo impedir que se corten las calles de donde partieron las columnas de las Facultades. El país ha asistido a un piquete masivo de la juventud estudiante y trabajadora, respaldado por los trabajadores que vineron a la movilización.
Que las asambleas por facultad e interfacultades decidan sobre un plan de lucha. Que organicen piquetes de agitación en barrios, fábricas y oficinas. Que la etapa contrarrevolucionaria que pretende inaugurar Milei, se convierta en una etapa revolucionaria.