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El nombramiento de un nuevo alto mando militar por parte del presidente, Luis Arce, y el repliegue transitorio del destituido comandante Zuñiga, en las últimas horas de esta tarde, está lejos de cerrar la crisis boliviana.
Zuñiga desató su tentativa golpista como culminación de una serie de advertencias y rechazos del propio jefe militar a la candidatura de Evo Morales para las elecciones presidenciales de 2025. Aunque Morales había sido inhabilitado por el Tribunal Constitucional, el expresidente venía de ratificar su candidatura en un Congreso del MAS realizado en mayo pasado. Después de esa proclamación, a quien quisiera oírlo Zuñiga anticipaba que iba a hacer valer “el peso de las Fuerzas Armadas” contra la candidatura de Evo. Arce dejó pasar estos avisos. Evo denuncia un autogolpe de Arce y Zuñiga.
Bolivia atraviesa una bancarrota económica extraordinaria. La quimera de una transformación social y económica de la mano de la explotación gasífera, en una asociación entre el Estado y los monopolios internacionales, ha terminado en un vaciamiento sin atenuantes. Mientras la “Vaca Muerta” boliviana agota sus reservas, el país atraviesa una crisis de deuda y de pagos internacionales. El “RIGI” boliviano —monitoreado por el régimen indigenista— ha terminado con la riqueza hidrocarburífera del Altiplano y con los dólares afuera.
Ahora, el régimen de Arce intenta superar la crisis con una adjudicación acelerada de las reservas de litio, que ha venido beneficiando a consorcios de China y Rusia. Aunque Arce admitió recientemente a empresas norteamericanas, los “Milei” de Bolivia, también ligados a Musk y a las fintech de Estados Unidos, exigen un nuevo y definitivo reparto. El conflicto de Bolivia, por lo tanto, no tiene nada de “local”: lo que se discute es la ubicación de la nación del Altiplano, el mayor reservorio mundial de litio, en la guerra imperialista por el reparto del mercado.
Los Zuñiga son peones de la banda derechista continental. Detrás del retroceso “formal” de la tentativa golpista, sus consecuencias no se harán esperar: Arce buscará salvar su cabeza con concesiones cruciales en relación al litio. La denuncia del golpe debe ir acompañada de la de sus protagonistas internacionales y la guerra en que están envolviendo al mundo.
Denunciamos el golpismo proimperialista, las guerras imperialistas, la complicidad del gobierno liberticida de Argentina y la impotencia política de los “nacionales y populares”.