Escribe Nicolás Morel
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Durante los días 2 al 6 de septiembre se realizarán las elecciones de Centro de estudiantes, Consejo directivo y Junta de carrera en todas las facultades de la Universidad de Buenos Aires. Estas ocurren mientras avanza un operativo de desmantelamiento de la educación universitaria pública, la liquidación de la paritaria docente por decreto y el ahogo presupuestario. La actualización de los gastos de funcionamiento para las universidades, prometida por el gobierno bajo el planteo de que estas “no cerrarán sus puertas”, ha sido una farsa, por cuanto los fondos correspondientes no han sido ejecutados. El Tesoro retiene fondos adeudados a las universidades nacionales desde 2023.
El vaciamiento presupuestario apunta a trasladar el financiamiento de las universidades a los “fondos propios” que se recaudan por medio de los cursos, posgrados y tecnicaturas aranceladas, y a la venta de servicios de investigación y desarrollo. Está puesto en agenda el arancelamiento de la cursada, comenzando con los estudiantes extranjeros. El fomento a la titulación intermedia -promovida en todas las facultades por los mismos decanos- anticipa las reformas burocráticas necesarias para la introducción del arancelamiento dentro de las mismas carreras de grado.
Frente a este escenario, el cuatrimestre en la Universidad ha coincidido con un paro masivo docente temporal. Esta tendencia a la lucha es contrarrestada por las autoridades y las agrupaciones oficialistas y la complicidad de la pretendida izquierda. Las próximas elecciones son las primeras en casi dos años y medio, luego de que la FUBA y la FUA oficializaran el golpe de estado en los centros de estudiantes en 2021, cuando se eliminaron las elecciones estudiantiles anuales. Las conducciones actuales de los centro de estudiantes fueron votadas a inicios de 2022. Las elecciones próximas se repetirán dentro de dos años.
La plataforma de Política Obrera plantea la convocatoria a una nueva Marcha Universitaria y la huelga educativa, y el retorno de las clases públicas, los piquetes y las movilizaciones.
Pero en la intervención y las plataformas de las fuerzas que intervienen en esta elección, comenzando por las conducciones de los centros de estudiantes, está ausente una caracterización de esta situación que vive la Universidad o un llamamiento a apuntalar la lucha docente. La intervención de los Centros y de la FUBA se centra en destacar los servicios que cada uno provee o promete proveer, sin advertir el vaciamiento presupuestario ni impulsar una lucha contra el gobierno responsable.
El contenido político de las fuerzas que intervienen,está diseñado para garantizar la reelección de las fuerzas del Rectorado (Franja Morada/Nuevo Espacio), y de los decanos de cada Facultad, en un clima de “normalidad institucional”. Este operativo de encubrimiento que representan las elecciones acompaña las maniobras que se cocinan dentro del Congreso y al interior del Frente Sindical de Universidades Nacionales para clausurar la lucha universitaria. Se ha levantado la convocatoria a paros desde una semana antes de las elecciones. La organización de una segunda marcha universitaria, largamente anticipada, finalmente fue pospuesta para fines de septiembre, donde podría devaluarse a una movilización al Congreso en lugar de la sede del poder político. El planteo de que “los estudiantes debemos esperar a ver qué resuelven los gremios docentes antes de tomar una iniciativa” ha sido enarbolado por todas las corrientes de la universidad, sin excepción, y ha servido para bloquear, en todo este proceso, que el estudiantado se incorpore a la lucha docente con una agenda propia. El surgimiento de autoconvocatorias en algunas Facultades muestra, hasta qué punto, las conducciones de los centros de estudiantes son una traba para el desarrollo de una movilización política del estudiantado. El gobierno ha tomado nota del impasse y ha reforzado su agitación reaccionaria. Nuestra corriente, Política Obrera, se presentará en las elecciones de Centro de estudiantes y de Consejo en las facultades de Exactas y Filosofía y Letras.