Escribe Aldana González
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El 12 y el 13 de septiembre pasados la Federación Médica de Buenos Aires (FEMEBA) volvió a realizar un corte de prestaciones a los afiliados a la obra social de los estatales de la provincia -IOMA- por el cese del acuerdo entre ambas entidades en 11 distritos. Esto generó que muchos afiliados que requirieron prestaciones esos dos días no pudieran acceder a los mismos o debieran pagar como si fueran servicios particulares.
Para realizar el cese del convenio con FEMEBA en esos 11 distritos, IOMA adujo que hubo cobros indebidos por parte de los prestadores a los afiliados. En realidad, el conflicto viene de hace tiempo y tiene su origen en los pagos atrasados y con montos desactualizados que IOMA hace de las prestaciones, algo que perjudica a los médicos, mal pagados por el servicio que prestan, y a los afiliados, quienes ven desmejorado cada servicio.
Es por esto que algunos médicos recurren a copagos adicionales o a registrar dos atenciones por cada una efectivamente realizada, de manera de cubrir los costos reales. El mismo IOMA autorizó el cobro de copagos como reconocimiento de esta realidad económica, pero de una manera que cae nuevamente sobre las espaldas de los pacientes.
Esta situación, que en IOMA se ve acentuada, ocurre con todas las obras sociales; ninguna aumenta los pagos acorde a la inflación, lo cual es una consecuencia directa del atraso salarial general. Es similar a lo que sucede con el vaciamiento de la ANSES y el resto de las cajas jubilatorias.
La cuota que paga cada afiliado es un porcentaje del salario que, mientras más atrás se queda, más magra queda la cuota. Y esto se traslada al pago de los servicios. El 28 de agosto, por ejemplo, los cardiólogos de todo el país iniciaron una medida de fuerza por 48 horas en reclamo de la actualización de los honorarios y por la falta de insumos.
FEMEBA, como entidad que representa a los médicos bonaerenses ante IOMA y que intermedia en los pagos de las prestaciones, reclama la actualización de los montos y por eso el gobierno de la provincia intenta favorecer la contratación directa, para evitar su mediación. Esto lo llevan a cabo en los policonsultorios de IOMA que se abrieron en muchos distritos. La condición para trabajar ahí es desvincularse de FEMEBA. El principal argumento de Homero Giles -presidente del IOMA- es que los médicos pueden acrecentar sus ingresos al puentear el descuento de la cuota -que según él es muy alta–, pero eso los lleva a quedarse sin representación colectiva.
Ante la medida de fuerza, la reacción de los sindicatos estatales que representan a los afiliados, incluso la CICOP, fue la de reclamar a FEMEBA deslindando al IOMA de responsabilidades. ATE, por ejemplo, convocó a una movilización a su sede.
Los sindicatos, que son parte de la conducción del IOMA a través de vocalías, son cómplices de esta situación que mantiene al instituto intervenido por el gobierno provincial y con su caja a su disposición. Durante la pandemia, por ejemplo, la imposibilidad de realizar prestaciones generó una crisis en las clínicas privadas y un superávit en las árcas del IOMA que Kicillof destinó graciosamente a subsidiar a discreción a determinados pulpos de la salud.
Con este mismo criterio el gobierno bonaerense anunció una serie de aumentos en los aportes del IOMA a los municipios que, por un lado, dan cuenta de un reconocimiento de la realidad económica de la salud pública, pero, por otro, se inscriben en la crisis que están transitando las arcas comunales agravada por la medida de Milei que les impide cobrar servicios generales como impuesto municipal. Los incrementos serán del 90 por ciento en gastos sanatoriales, del 248 por ciento para consultas médicas y del 762 por ciento en las consultas de guardia, lo cual da cuenta del desfasaje que hay en la actualización de los costos.
La salida a esta situación solo puede darse con una actualización salarial -de todos los estatales y de los médicos- y de las prestaciones, acorde al costo de vida y a los costos reales de los servicios, y con la conducción del IOMA en manos de sus afiliados y trabajadores, así como la conducción de FEMEBA debe estar en manos de los médicos.