Escriben Pablo Vallejo y Brian Murphy
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La rotunda votación para profundizar la huelga docente a posteriori de la fraudulenta conciliación obligatoria se vio reflejada en la masividad de la segunda marcha provincial llevada adelante este primero de octubre. Alrededor de 10.000 trabajadores de toda la provincia coparon la plaza principal de la capital entrerriana, en una convocatoria docente que estuvo acompañada por sectores estatales nucleados en ATE, protagonizando una nueva marcha provincial que, si bien fue levemente inferior a la del primero de Agosto, mostró la enorme disposición para enfrentar el ataque feroz del gobierno de Frigerio.
Esta nueva marcha estuvo precedida por un continuo ataque del Gobierno, quien no escatimó en perseguir a directivos y supervisores para que informen las adhesiones al paro y proceder a descontar los días. Ante la firmeza de éstos en no comunicar ni elevar el pedido del Consejo General de Educación, anunció la implementación de una declaración jurada para que cada agente informe a través del sistema si asiste o no a clases, la cual se complementaría además, según declaraciones de funcionarios, con la posibilidad de que los padres denuncien al docente que se adhiere al paro o falta. Sin embargo, miles de docentes desde esta semana han presentado recursos revocatorios, una herramienta legal promovida por el sindicato, para frenar este atropello al derecho a huelga.
En los discursos en la plaza se presentó una novedad, ya que después de casi once meses de gobierno a la burocracia sindical no le quedó más margen y tuvo que denunciar al gobernador, a quien le había elogiado su disposición al diálogo y acompañó ante el ajuste de la motosierra de Milei. La relación ha entrado en mayor tensión durante la conciliación obligatoria, ya que la conducción sindical se vio muy predispuesta a acordar la “nueva oferta”, pero el Congreso de Agmer la rechazó por casi todos sus departamentos.
En su discurso, el Secretario General de Agmer Provincial, Marcelo Pagani, adelantó que no le tiene miedo al anuncio de Frigerio sobre hacer pública y transmitir en vivo la discusión de la mesa paritaria, una chicana que deslizó el gobernador para que el sindicato encauce a la base docente. Pero, a confesión de partes, tuvo que aclarar que el rechazo no se debe a la fragmentación de la dirección sindical y el Frente Gremial, es decir, a las disputas internas, la presión de las autoconvocatorias y las divisiones de las agrupaciones mayoritarias, sino a la nefasta propuesta de ajuste salarial que la base docente no tolera: las cifras en negro, el aumento de los aportes a la caja, el deterioro de las escuelas, los aprietes de los descuentos, etc. Los salvavidas que intercambiaron el Gobierno y la burocracia en estos meses están pinchados.
Sin embargo, hacía adelante el discurso de ayer de la dirigencia muestra que no planteará ninguna variante y que, al igual que fue con la conciliación obligatoria, apuesta a que se enfríen los ánimos de una docencia en pie de lucha. A dos meses de que finalice el calendario escolar, no hubo ningún señalamiento sobre la continuidad del plan de lucha, ni se planteó la necesidad de nuevas acciones directas para la semana que viene. Es decir, le ofrecen una tregua a Frigerio, esperando una “nueva oferta”.
El desenvolvimiento de la lucha docente en estos meses ha sido rotundo. Los trabajadores de la provincia siguen con atención y gran simpatía la lucha docente, como se expresó en las manifestaciones que se sucedieron en gran parte de la provincia ante el intento de la justicia de frenarla con la conciliación obligatoria. El gobierno busca imponer una derrota a la huelga docente, para frenar este proceso y con el objetivo de avanzar contra las jubilaciones y el resto de nuestras condiciones laborales. Las próximas semanas mostrarán el endurecimiento de las políticas del Gobierno, en sintonía con la de sus pares de la “Región Centro”, donde buscará dividir las escuelas con mayores descuentos, políticas de presentismo y una mayor presión mediática contra una dirigencia sindical que no tiene el respeto de las bases. Esta experiencia política de la docencia es un enorme paso para el desarrollo de una gran huelga general que lleve los reclamos a la victoria. Sigamos construyendo un programa, que ya ha tenido múltiples expresiones en diversos puntos de la provincia, con consignas y métodos que orienten la lucha contra el ataque a la educación pública. Por un aumento del 100 %, por un salario inicial de un millón de pesos y contra la reforma jubilatoria.